Capítulo 26.3

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Su mirada estaba perdida en un punto indefinido de la mesa mientras yo intentaba esconderme detrás del vaso de jugo que me había dado

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Su mirada estaba perdida en un punto indefinido de la mesa mientras yo intentaba esconderme detrás del vaso de jugo que me había dado.

Mi cara estaba roja de la vergüenza, no sabía que hacer para aligerar el ambiente tan tenso e incómodo en el que me sentía envuelto y por más pequeños que fueran los sorbos que le daba a mi jugo, no quedaba mucho para que se terminase.

—Entonces...—Su voz por fin cortó el silencio, encogí los hombros y bajé lentamente el vaso, sonriendo de forma forzada.

—¿Te emborrachaste por mí?—Se cuestionó más para sí misma que para alguien más.

Sentí como mi estómago se revolvía, casi regresando el jugo.

—No fue por ti, fue pensando en ti.—Intenté corregirlo, sin embargo no logré encontrar gran diferencia—Pero te juro que esa fue la última estupidez que hice

—Sin contar que amaneciste en casa ajena, con resaca

—Bueno, eso también—Rodé los ojos con suavidad—Lo siento mucho Mina, no sé que me pasó ese día es solo que...—Suspiré e intenté relajarme—Me deprimí después de...

—Las notas—Completó mi frase como siempre mientras alzaba la mirada hasta toparse con la mía y apoyaba los codos en la mesa.—Por cierto, ¿cómo te sientes con eso?—Su tono se calmó un poco.

Le sonreí suavemente, de verdad que había extrañado a Mina una eternidad en los últimos días, su tono calmado y tranquilo que me brindaba paz y aquella mirada de comprensión que jamás me juzgaba sin importar las idioteces que llegase a cometer.

—Pues... Mejor, Jeongin y Tzuyu me han estado apoyando bastante con eso—Asentí convencida y rasqué mi nuca disimuladamente—Ya la superé, incluso estamos haciendo un proyecto de clase juntas y así.

—¿Momo y tú?—Indagó sorprendida y con las cejas alzadas—Hace algún tiempo jamás hubiera imaginado que algo así fuera posible, menos que amanecieras en su casa y hasta te diera una ducha

—Eso fue raro, tan sólo de imaginarla quitándome la ropa me siento incómoda—Fingí estremecerme.

Mina rió al ver mi mueca.

—¿Te habrá bañado en ropa interior o completamente desnuda?—Meneó las cejas, mi boca se abrió hasta que casi se me disloca la mandíbula.

—¡Mina!—Chillé en medio de una carcajada y luego ella se unió a mí—Aunque ahora que lo mencionas—Comenté una vez nos relajamos - No lo había pensado...—Mis ojos se abrieron de forma exagerada—¿Y si me vio... ?—Ahora mi boca también se abrió exageradamente—¡Oh por dios!

—¡Ea, ea, uh uh!—Canturreó la pelinegra con picardía antes de volver a soltar una carcajada—Dahyun y Momo, se gustan, se besan, se pasan el chiclee

Rodé los ojos y la golpeé en el hombro. Mi amistad con ella era la cosa que más apreciaba en el mundo y de verdad no sé que habría sido de mi si no hubiese estado a mi lado en todo momento, aunque en todo caso jamás me gustaría averiguarlo.

—Cállate—Negué con la cabeza, sonriendo.

—Bueno, dejando a tu enamorada anegado de lado.—Dijo, haciéndome soltar una queja que ella ignoró inmediatamente—¿Seguro que estás bien?—Su preocupación volvió—Sabes que no te voy a forzar para que me digas las cosas, pero ten en cuenta que te conozco y sé cuando no estás bien.

Encogí los hombros nuevamente y le sonreí en un intento por tranquilizarlo.

—Entonces ya sabes cómo me siento, pero te digo que estaré bien...—Asentí intentando convencernos, pues incluso yo me sentía un tanto insegura respecto a eso—Estoy avanzando, de nuevo—Reí un poco—Me siento estúpida creyendo que todavía podré encontrar a alguien que realmente deseé estar conmigo después de tantos amoríos fallidos, pero Tzuyu ha demostrado que es muy buena persona y...

—¿Saldrás con Tzuyu?—Mina me interrumpió con sorpresa, una linda sonrisa adornaba su rostro ahora—Eso es lindo, pero ya deja de decir esas cosas o realmente te golpearé—Me regañó un tanto molesta—No te hagas la víctima, sufriste cosas mucho peores a lo que te está pasando ahora y lo sobrellevaste más que bien.

—Lo siento... De nuevo—Me disculpé, pues después de todo tenía mucha razón.

Sufrí años de abuso en casa de mi madre, semanas comiendo únicamente latas de atún y varios días viviendo en la calle pasando frío y depresión cuando solo tenía quince años. Un tonto corazón roto no es nada comparado con lo demás, ¿cierto?

—Ya déjalo, no te angusties de nuevo por esas cosas...—Me dijo antes de levantarse de su lugar y regalarme un pequeño abrazo reconfortante—Y con respecto a lo otro, pues... Lo pasado pasado. Prometí que jamás te dejaría solo y no planeo hacerlo, ¿okay?

Asentí sonriendo y le regresé el abrazo.

Segundos después llegó Jisung.

 Segundos después llegó Jisung

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—¿Listo?

—Yep—Sonreí cálidamente y me levanté del sillón en su casa, Tzuyu pasó uno de sus brazos por mis hombros y después salimos a caminar tranquilamente por ahí.

Realmente no habíamos planeado la cita completamente, sólo quedamos en que queríamos ir a algún lugar tranquilo para conversar y quizá comer algunas chucherías.

Terminamos en el mismo café donde la conocí, en la misma mesa donde nos sentamos la primera vez, platicando de cosas sin sentido y logrando distraernos de todo por un buen tiempo.

—¡Te lo digo! Esa vez usé un cubre bocas y por poco me atraganto.

No podía parar de reírme.

—¿A quién rayos se le ocurre que un cubre bocas funcionaría como bozal?

—Fue una apuesta—Se excusó riendo también—Una muy estúpida

Mi risa había comenzado a distorsionarse y el aire me comenzaba a faltar, estaba a punto de llorar mientras me sujetaba el estómago y me retorcía en mi lugar como un auténtico gusano con risa de foca.

Fue entonces cuando la vi.

A unas dos o tres mesas, sola y con una malteada de fresa medio vacía, mirándome embelesada con una enorme sonrisa en el rostro como si estuviese frente a la persona más hermosa del universo.

Sólo era yo, joder... Sólo era yo.

 Sólo era yo

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Amor entre cuerdas Ꞝ DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora