Después de haber tenido sexo con Santi, él se fue a mi balcón a fumar. Yo me quedé tirada en mi cama, desnuda, tratando de recuperar un poco de fuerzas.
Él se asoma por la puerta de mi habitación, sin camisa.
-Eva, ¿queres que pidamos algo para cenar? -me pregunta.
Asiento. Mis ojos vagan por su torso desnudo y sus tatuajes.
-¿Queres que veamos una peli? -le pregunto con una sonrisa.
El me dice que si, después se va a arrepentir porque lo obligué a ver Mean Girls.
Mientras estábamos acurrucados en el sillón sonó el timbre, atiendo y era el delivery.
-Bajo yo. -le aviso a Santiago y el pausa la película.
...
Me despierto, me molestan los rayos de sol que entran por la ventana. Santiago esta durmiendo junto a mi.
Hoy es sábado, mañana son las elecciones. Pienso en eso y me da un nudo en el estómago.
Veo la hora y son las 10:30 de la mañana. Me pego una ducha.
Cuando salgo esta Caputo, ya despierto, sentado en mi cama.
-Buen día Santi, ¿cómo descansaste? -me acerco y le doy un pico.
-Muy bien la verdad, ¿vos?
-También. Escucha, en unas horas me tengo que ir porque tengo una reunión previa a las elecciones.
Él me sonríe y me asiente.
-Sí, yo también. Ahora te preparo el desayuno y me voy. -me dice eso haciéndome sonrojar.
Cuando Caputo se fue aproveché para acomodar un poco la casa, y me cociné para la semana.
Me llega un mensaje de Axel: "Buen día Evita, ¿hoy queres que te pase a buscar para ir a la reunión?". Le digo que sí, siempre es muy atento.
Cuando llega la hora me subo al auto de Kicillof, lo saludo y nos ponemos a charlar de trivialidades.
-Axel, de verdad gracias por pasarme a buscar, ya me siento culpable. -digo mirando hacia abajo.
-No hay nada que agradecer, Evita. Además, siempre es un gusto tenerte cerca.
Llegamos a la reunión previa a las elecciones. La atmósfera está cargada de nerviosismo y expectación. Me encuentro con varios compañeros de partido, intercambiamos saludos y nos preparamos para el día crucial.
. . .
Es domingo, día de elecciones. El nerviosismo me acompaña mientras me dirijo a votar. Los periodistas me abordan para obtener declaraciones. Con serenidad, respondo a sus preguntas, tratando de ocultar la ansiedad que se agita en mi interior.
Tras votar, me encamino al búnker de Unión por la Patria. La expectativa y la tensión en el ambiente son palpables. La noche avanza, y finalmente, la noticia cae como un golpe. Ganó la Libertad Avanza.
La tristeza me embarga, y las lágrimas escapan de mis ojos. La derrota política duele, pero también pesa la incertidumbre sobre el futuro. Abandono el búnker, buscando un momento de soledad para procesar la situación.
En ese instante, mi teléfono vibra. Es un mensaje de Santiago: "Evita, ya sé que las elecciones no salieron como querías, pero espero que estés bien. Si queres hablar o tomar algo para distenderte, acá estoy."
Estoy enojada y triste, sabiendo que esta derrota tiene su parte de responsabilidad en él y sintiendo que está disfrutando de la situación. Mi respuesta es el silencio, una pausa para procesar mis emociones antes de abordar cualquier conversación con él.
Tocan la puerta de mi departamento, pregunto quién es, es Axel. Me explica que el portero del edificio le abrió. Entra con la mirada preocupada.
-Evita, vine porque vi que te fuiste muy afligida, quería saber si estabas bien. -me cuenta, acercándose con ternura.
-Perdimos, Axel, perdimos las elecciones. -mi voz tiembla mientras intento contener el llanto.
Él se sienta a mi lado y me abraza con fuerza. Puedo sentir el consuelo en sus brazos, y eso me reconforta un poco.
-Estoy tan decepcionado como vos. Pero esto no es el fin, Eva. Tenemos que seguir luchando por nuestros principios.
Intento sonreír, agradecida por su apoyo.
-Gracias por estar acá, Axel. No sé qué haría sin vos.
-Somos compañeros, Eva. Estamos juntos en esto. Además, no estoy dispuesto a dejarte sola en una noche como esta.
Permanecemos en silencio por un momento, compartiendo la tristeza y la frustración que la derrota nos ha traído.
-Mañana será otro día, Eva. La lucha no termina acá. -me asegura Axel, apretando mi mano con determinación.
-Que hermosa es la ilustración que tenes de Evita Perón en la pared. -me cambia de tema, logrando sacarme una sonrisa.
-Gracias, me lo regaló Clari después de mi primer día como diputada. Le tengo mucho cariño.
Veo los ojos azules de Axel, escuchandome con ternura.
Nuestros labios se encuentran en un gesto impulsivo, un beso que busca consuelo en medio de la tristeza. Siento la calidez de su boca y la ternura en su abrazo, como si intentara envolverme en un consuelo momentáneo. El sabor a sal de mis lágrimas se mezcla con la dulzura del momento.
ESTÁS LEYENDO
Enemies and lovers | Santiago Caputo
أدب الهواة¿Una peronista y el asesor de Mieli? Nuestros protagonistas van a tener que mantener su vínculo en secreto, porque de lo contrario, sería un escándalo. En lo político son enemigos, pero cada encuentro secreto está cargado de adrenalina y emoción.