Pero tal vez esa no era la mejor manera de sentirme. Nos guie de vuelta a su anterior, y más seguro tema de conversación.
—Entonces, te encontrabas en tu graduación...
—Graduación. Correcto. Y me di cuenta, mirando a mis padres, que era todo lo que habían querido. Para lo que me criaron, Era todo el paquete: con manicura, elegantemente resaltado, costosamente vestido, paquete.
Él era todas esas cosas. Era de hecho el paquete perfecto en la superficie... pero en su interior, sentía que era mucho más. Sucia y apasionada, y cruda y creativa, un ciclón forzado en una cáscara de huevo. No es de extrañar que la cáscara se hubiera roto.
—Yo adornaba la vida que ya tenía demasiados autos, demasiadas habitaciones, demasiados almuerzos y galas de recaudación de fondos. Una vida llena ya con otros dos niños que también se graduaron en Dartmouth y que luego procedieron a casarse con pares igualmente ricos y tuvieron pequeños bebés ricos. Me encontraba destinada a trabajar en algún lugar con un vestíbulo acristalado y conducir un Mercedes Clase S, por lo menos hasta que me casara, y entonces escalaría gradualmente en mi trabajo y ampliaría mi participación en caridades, hasta que, por supuesto, tuviera pequeños bebés ricos para redondear los retratos de la familia. —Se miró las manos—. Esto probablemente suene ridículo. Como una moderna novela de Edith Wharton o algo así.
—No suena ridículo en absoluto —le aseguré—. Se exactamente el tipo de personas de las que estamos hablando. —Y realmente lo hacía, no lo decía solo por decirlo. Crecí en un barrio bastante agradable y, en una escala mucho menor, las mismas actitudes operaban. Las familias con sus bonitas casas y sus dos punto cinco hijos que se situaban en la lista de honor y que jugaban lacrosse universitario, las familias que se aseguraban de que todos los demás supieran exactamente qué tan exitosos y deliciosamente estadounidenses era su saludable descendencia Asiática.
—Rechacé toda esa realidad— confesó—. La vida de Wharton. No quería hacerlo. No pude hacerlo.
Obvio que no pudo hacerlo. Se hallaba muy por encima de esa vida. ¿Podía ver eso de si mismo? ¿Podía sentirlo, incluso si no podía verlo? Porque aunque apenas la conocía, incluso yo sabia que era del tipo de hombre que no podía vivir sin sentido, impotente y sin significado real en su vida. Y no lo habría encontrado en el otro lado del escenario de Dartmounth.
—Sí, tenia el corazón roto por Tae —continuó, todavía examinando sus manos—, pero también tenía el corazón roto por mi vida... y ni siquiera había sucedido todavía. Tomé el diploma falso que te dan antes de que te envíen el verdadero, caminé fuera de ese escenario y luego fuera de la universidad, ni siquiera me quedé para el requerido lanzamiento de birrete, o las fotos, o la cena súper costosa en la que mis padres insistirían. Y luego me fue a mi apartamento, dejé un mensaje de voz definitivo en el teléfono de mi padre, metí mis cosas en mi auto y me fui. No habría más pasantías. No más eventos para recaudar fondos que constaban diez mil dólares el plato. No más citas con chicas que no eran Tae. Dejé esa vida detrás, junto con todas las tarjetas de crédito de papá, Me negué a tocar mi fondo fiduciario. O me paraba sobre mis propios pies o en nada en absoluto.
—Eso fue valiente —murmuré. ¿Quién era ese Tae que tanto mencionaba? ¿Un ex novio? ¿Un antiguo amante? En cualquier caso, tenía que haber sido un idiota para dejar ir a Seokjin.
—Valiente o tonto. —Se rio—. Tiré a la basura toda una vida de educación, cara educación. Supongo que mis padres se sentían devastados.
—¿Supones?
Suspiró.
—Nunca hable directamente con ellos despues de que me fui. Todavía no lo he hecho. Ya han pasado tres años, y sé que estarían furiosos...

ESTÁS LEYENDO
P R I E S T -KOOKJIN
FanfictionAdapto esta historia porque alguien la inicio y me dejó picada!!