Capitulo 30

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—¿Estás esperando que te llame a estas horas?—me pregunta Irina

—No, solo estoy tratando de ver qué novedad hay en internet y si puedo comprarme un par de... No te voy a mentir...Sí, estoy esperando un mensaje de Marcos antes de dormir, pero él me ha pedido que lo esperara eh...

—¿A qué hora termina hoy todo lo que tenían planeado?

—Dos de la madrugada y volvían al hotel a esa hora alrededor.

—Nian me dio el mismo horario, está bien.—dice

Miu está durmiendo en el suelo en un colchón prestado de otra habitación, con nosotras en la residencia. Hacía dos días desde que los chicos se fueron de promoción a Múnich y esperaba con ansias un mensaje de Marcos en la madrugada, tal como quedamos en que lo haríamos. Mañana es sábado, un sábado cualquiera y no me molesta quedarme toda la noche esperando por un mensaje de él...

Se une a mi cama Irina y me abraza, enciendo el teléfono y no hay señales de un mensaje de Marcos.

—¿Estás esperando las buenas noches o que esperas, exactamente?—me pregunta

—Espero un mensaje de él, nada más—digo

—Guay, entonces esperemos juntas...—me dice—O espera, Nian me regaló chocolate y puedo compartirlo contigo.

—¿De verdad lo compartirías conmigo?—preguntó

—¿Por qué te sorprende que comparta contigo chocolate?

Encaró una ceja... Irina, no comparte ni la ropa y ahora se ofrece a hacerlo con chocolate que es lo más bueno, realmente Nian la ha convertido en otra.

—Porque nunca lo haces, eres una rata—le digo

—Es que lo ha comprado él y no me molesta compartirlo, si hubiera sido yo... Pues, quizás no te daría...

—Pobre Nian.

—Oye, considéralo como un regalo... ¿Qué tipo de chocolate comes más a menudo? Nian me ha vuelto adicta a estos.

Saca la caja y la coloca sobre mi cama. Eran chocolates de la marca Cadbury Dairy Milk. Tenían un aspecto delicioso, y en el cajón había más de tres variedades. ¡Qué hambre me ha entrado de pronto! Miu sigue en su mundo durmiendo mientras nosotras, nos quedamos en mi lado de cama.

—Hace mucho que no como chocolate, más que en pasteles... ¡Marcos los odia!—digo.

—Bueno, te comes cosas mejores, ¿o no?—sonríe traviesa

—Irina, estoy en mis días.

—Pues te viene genial el chocolate... Y más que está lejos Cooper y no puedas...

—Tengo la regla y tampoco haría gran cosa.

Se acomoda en mi colchón y saca un chocolate de la caja, una caja rosa que guarda cuidadosamente debajo de su cama, siempre fuera del alcance de Eliot porque siempre le suele robar de ella. Para ser sinceros creo que Eliot lo hace aposta y para molestarla. jeje

—Entre amigas, ¿no te suele pasar que cuando tienes la regla...? Pues... Que tienes más antojo sexual, es... Extraño, lo sé, pero es como que te entra hambre de una buena poll...

—... Serán las hormonas.—dije

—O seré yo la extraña...

Escuchamos murmullos salir de Miu, que parece estar profundamente dormida, hablando. No podemos evitar reírnos suavemente al escuchar como habla entre sueños...

No podemos dejar pasar aquello, así que... Cuanto más habla en sueños, más nos acercamos a ella, intentando descifrar lo que está diciendo. Entre risas, nos acercamos tratando de escuchar mejor, pero las palabras de Miu son incomprensibles, entendería antes a un gato que a ella, durmiendo. Nos quedamos a su lado, tratando de entender los sueños surrealistas de Miu.

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