Capitulo 39 - Final

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Y nada novedoso, en internet todos hablaban de la presentación que hice del álbum a los chicos en el teatro. Se había vuelto a repetir la historia de que estuviéramos en el punto de mira de todo el mundo. Incluso me da la sensación de que los medios de comunicación solo se agarran a lo primero que encuentran... Al parecer, todos saben que hemos empezado a salir desde el cine y era evidente de que tarde o temprano iban a enterarse.

A veces desearía poder escapar de toda esta atención mediática y simplemente disfrutar de nuestra relación en paz. Pero supongo que es el precio que hay que pagar por estar con alguien como Marcos, siempre en el centro de la atención.

Han pasado pocos días desde que nos hemos mudado a una casa fuera de la ciudad. En pocas palabras, podría decir que vivir juntos está siendo un desastre. Sin embargo, aún conservo la esperanza de que con el tiempo logremos adaptarnos y encontrar un equilibrio que funcione para ambos.

Y vuelta a la rutina, Marcos está montando un mueble en la cocina.

—¿Qué hora es?

—Las dos. Debes de estar agotado con eso amor.

Marcos levantó la cabeza, con una sonrisa cansada en el rostro.

—Se me dan bien otras cosas que no sean montar muebles—contestó con un tono ligeramente sarcástico.

—Tú has querido montarlos, ¿Necesitas ayuda?—le pregunté.

—No, solo con un par de giros más al tornillo y creo que estará listo—respondió, volviendo su atención al mueble.

—Ahora que lo pienso, se te da bien todo lo que tenga que ver con herramientas,..

—¿Tú crees?

—Eres el mejor guitarrista.

—Solo tú lo piensas—me dijo.

—Todo el mundo lo piensa.

—Si ya...

—Lo digo en serio, todos lo piensan aunque tú no. Créete un poco más lo de ser el mejor—le dije

—Me lo creeré si me lo dices tú.

—Te lo he dicho.

—Por eso—sonríe.

—¿Cómo debería de colocar los platos, por colores, o por nuestros favoritos...?

Él me miró un par de segundos.

—Colócalos todos juntos—contestó.

—Mejor por colores.

—Vale, señorita. No sé porqué me preguntas si lo harás a tu manera—suspiro

Los chicos se están tomando unos días de descanso después de la salida del álbum. Eso hace que Marcos tenga más tiempo de estar en casa y ayudando a que todo lo que tenga que ver con los muebles. Solo espero que las palabras de la terapeuta no nos lleven a una convivencia complicada y nos acabemos odiando. Se que esto puede funcionar bien, aunque tengamos nuestras diferencias.

Hay muebles que apenas estaban montados, así que tuve que sacar mis herramientas y ayudarle para que terminara antes. Joder, no... Siento una calor encenderse en mi cuando los tornillos no encajaban correctamente. ¡Sabía que era muy mala idea! Pero como persona terca tuve que insistir con los tornillos por si alguno entraba. Pero entonces, mientras intentaba ajustar un tornillo, sentí cómo me hacía daño en el dedo. Un pequeño grito de dolor escapó de mis labios mientras retiraba la mano y examinaba la herida.

Malditos tornillos. Ya era lo último que me faltaba.

—¿Estás bien..?—Marcos examina mi dedo.

—Solo es un pequeño rasguño —repetí.

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