Jinete de Dragón

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Mientras el fuego crepitaba suavemente, iluminando sus rostros con un brillo anaranjado, Darius miró a Laura con una expresión seria.

-Hay algo que debes saber sobre Yshar.- comenzó, sus ojos reflejando el peso de una historia largamente guardada.

Laura se acomodó, su interés despertado.

-¿Qué pasa con él?

Darius suspiró, como si las palabras que estaba a punto de decir pesaran sobre él.

-La historia que nos une a Yshar y a mi... es una historia antigua. Hace muchas lunas, antes de que la guerra de Námalum diera comienzo, éramos como hermanos.

Laura abrió la boca asombrada pero no emitió ningún sonido, dejó que Darius prosiguiera su historia.

-Ambos pertenecíamos a la Academia Skyrider. Una escuela antigua y poderosa donde sólo algunos elegidos podían formarse en las artes de la lucha y convertirse en jinetes de dragón.

Laura seguía sin salir de su asombro.

-¿Has dicho dragón? ¿Montabais dragones?

Darius asintió sonriendo orgulloso.

-Sí, y he de reconocer que Yshar fue una vez uno de los mejores jinetes de dragón que han salido de esa academia, uno de los más valientes y leales. Su dragón, Zephyr, era una criatura magnífica, de escamas que brillaban como el acero bajo el sol y ojos tan sabios como los de cualquier anciano.

Laura escuchaba atentamente, su curiosidad aumentando.

-¿Y qué tiene que ver conmigo?

Darius hizo una pausa sopesando sus palabras.

-Fue Zephyr quien forjó tu espada, Corazón de Dragón.- reveló Darius.- En los fuegos de estas mismas montañas de Argentum. La espada fue creada con la magia y la esencia de Zephyr a través de su aliento, por eso sientes esa conexión especial.

Laura se sonrojó.

-Yshar y tú estáis unidos a través de esa espada.

Laura, sorprendida, miró la espada que reposaba a su lado. De repente, su peso y calor tenían un significado nuevo, más profundo.

-¿Pero por qué no está Zephyr con Yshar ahora? ¿Y tú dragón?- preguntó Laura, una sensación de tristeza por la separación de un jinete y su dragón creciendo en su corazón.

Darius se removió incómodo.

-Cuando comenzó la guerra con Námalum, los dragones, temiendo ser usados como armas en un conflicto que no era el suyo, desaparecieron. Decidieron abandonar a sus jinetes, a todos. Fue duro, pero algunos, bueno... digamos a algunos lo llevaron peor que otros. Zephyr desapareció una noche, dejando a Yshar con un vacío que ha estado tratando de llenar desde entonces.

Laura asintió, comprendiendo la magnitud de la pérdida de Yshar.

-Y aquí es donde mis preocupaciones entran.- continuó Darius, su mirada endureciéndose. -No confío completamente en Yshar. Temo que quiera usar tu conexión con Corazón de Dragón para encontrar a Zephyr. No sabemos cuáles podrían ser sus verdaderas intenciones.

Laura procesó sus palabras, el conflicto y la duda claramente reflejados en su rostro.

-Pero, ¿No merece al menos el beneficio de la duda?"

Darius asintió lentamente.

-Es cierto, pero debemos ser cautelosos. Las heridas del pasado pueden llevar a decisiones desesperadas.

Aetheria. Las Hijas de los Dioses - Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora