CAPÍTULO 39: DE VUELTA A HAWKINS

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La mañana llegó, me desperté con Billy abrazado a mí y como siempre una de sus manos bajo mi camiseta apretando uno de mis pechos, se que lo hacía para sentirme siempre cerca de él y a mi me encantaba, me encantaba sentirlo tan cerca de mí. No imaginaba un día, una mañana sin él a mi lado. Sin sentir mi espalda sobre su pecho, su respiración sobre mi nuca y sus besos al despertar.

—Buenos días mi amor— beso mi cuello.

—Buenos días amor— respondi sonriente.

—Mierda, eres tan hermosa cuando despiertas— se coloca sobre mí y besa mi cuello, mi torso, mi abdomen haciendo que ría.

—También lo eres, mi dios nórdico favorito— sonreí ante sus besos mientras entrelace una mis manos a su cabello.

—¿Soy tu dios?— cuestiona coqueto—Eso me gusta— me beso suavemente.

—Ante el único que me arrodilló — respondí besando su rostro, luego sus labios.

—Y tú—acaricia mi rostro con suavidad—tú eres mi diosa, la única mujer y persona ante la que me arrodíllare— me beso otra vez.

Ambos nos dimos una ducha, se sintió tan íntima, tan hermosa, él tenía ese efecto de hacer que todo se vuelva erótico u íntimo en cuestión de segundos. Desayunamos juntos, yo sentada sobre su regazo mientras sus brazos rodeaban mi cintura, definitivamente Billy era el amor de mi vida, no podía dejar de mirarlo con los ojos más absolutos de amor y sentir la misma mirada de vuelta. 

Cuando llegó a la hora, fuimos a la preparatoria, queríamos ver a Max y para nuestra buena suerte la encontramos entrando al gimnasio.

—¿Mi hermanita en el gimnasio? ¿Cómo fue posible ese milagro? — pregunto Billy haciendo que Max gire.

—¿Ustedes aqui? ¿Y ese milagro?— pregunta burlona.

—Te extrañabamos MadMax— respondió Billy siendo tan sincero que me hizo soltar una lágrima pequeña.

— Y yo a ustedes— admitió— vengan, Jason va decir su discurso de capitán de equipo— rueda los ojos.

—No me perderé eso— reí.

—Ni yo, no dejaré que arruine mi legado— agrega mientras caminamos al gimnasio, sintiendo las miradas de todos sobre nosotros dos.

—Maldición Billy, si algún día tienes hijos, pobre de ellos.

—No será ahora Max, así que no pienses en eso— agregue.

—Pero si que disfrutas el proceso—dijo mientras abría la puerta del mismo.

—Que asco Billy, ya cállate— dijo Max— Yan te compadezco.

Entramos todos, nos ubicamos en las gradas y saludé a Dustin y Mike que me hicieron un montón de preguntas sobre Will.  El espectáculo comenzó, primero las porristas haciendo el mismo baile que me sabía de memoria y la nostalgia se apoderó de mi; ellas culminaron y entró el equipo, entraron los chicos. Jason a la cabeza, tomo el micrófono dando su discurso, nombrando todo lo ocurrido desde el 82' hasta el año pasado, dónde todos los ojos se centraron en nosotros. Vi los ojos de Billy, de azules brillantes eran azules como la noche de tanta irá que tenía, se que le dolió cada palabra que dijo Carver y más aún cuando de la boca del nuevo capitán del equipo salió “Billy” haciendo que Max y yo nos sintieramos tensas.

«¿Para qué lo nombro? ¿Para que nombró a Heather frente a él? ¿Para qué nombró a papá?» cuestioné para mí misma al escuchar las palabras de Jason en su discurso; Billy noto como me sentía y no podía permitir que yo me sintiera así y más por un idiota que siempre buscó ser un “Good boy” pero que era tal cual lo fue Steve, lo que se que aún es Billy, esa escencia de chico rebelde, de “Bad Boy” siempre estará en él.

OBSESSIVE  [Billy Hargrove]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora