Capítulo 20: La prueba del sauna.

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Me levanté y como casi todos los días no podía dormir

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Me levanté y como casi todos los días no podía dormir. Las chicas por suerte si pudieron hacerlo, tanto que ni notaron que salí de la habitación. Hice el desayuno para las tres y me arreglé de una forma más decente,ya que hace días no lo hacía como me gustaba. Mientras esperaba que las adolecentes despertarán, me acomodé en el sofá mientras veía el anillo de promesa que Billy me había regalado el día en que nos hicimos novios ¿Qué cambió tanto? ¿Por qué él estaba tan extraño? ¿Por qué constantemente me pide que me alejé? Mi mente no dejaba de recordar la noche  anterior y como él no recordó mi nombre,cuando él me conocía complemente. Mi mente estaba en el limbo pensando en el rubio bonito hasta que el teléfono me devolvió a la realidad nuevamente.  Mi mente quería que fuera él queriendo explicar lo sucedido, pero al atender me sorprendió quién era el remitente de esta llamada, era Mike.

—Bueno días Yan, ¿Estás con Max o Jane?— pregunta algo nervioso el pelinegro.

—Hola Mike, si están conmigo ¿Por qué?_ pregunto preocupada.

—Solo dile que vengan a casa—responde con preocupación en su voz

—¿Por qué? ¿Todo está bien? Es temprano Mike—respondo confundida.

—¡ES UN CÓDIGO ROJO! Ellas van a entenderlo, solo vengan—grita Mike al teléfono y cuelga dejándome totalmente descolocada.

Esperaba que no fuera Billy o relacionado a él, fui hasta la habitación y llame al duo suavemente.

—Max, Jane— murmuró tocando sus hombros en forma de llamado.

—¿Qué?—pregunta Jane algo dormida.

—Mike llamó—respondo suavemente.

—¡Dios! ¿Este chico nunca se cansa?— pregunta molesta la pelirroja.

—No lo sé, solo dijo que es un código rojo y que debíamos ir—apenas termine la oración y ambas se miraron como si el fin del mundo estuviera cerca.

—Si hay que ir— responde con preocupación.

—¿Qué es un código rojo?—pregunto algo curiosa y preocupada.

—Te lo diremos cuando estemos con los chicos—menciona Jane.

—Okey chicas, las dejo que se apronten. Las espero en la sala—respondo confundida

Mientras ellas se cambiaban, yo me quedé guardando algunas galletas y un poco de jugo para que ambas desayunen en el auto, no me permitía que alguna salga sin desayunar. Ellas eran muy importantes para mí y el día parecía ser algo agotador otra vez. Antes de salir le dejé una nota a mi padre "Estoy en lo de Wheeler” y seguramente luego esté en la piscina"

—Ya estamos— dice Max esbozando una pequeña sonrisa.

—Vamos al auto chicas—suelto un pequeño suspiro.

OBSESSIVE  [Billy Hargrove]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora