Ramé 🥀 ~Rindou Haitani~

🥀XXIII🥀

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Escuché desde lejos como el ascensor llegaba y luego se iba, para que así en menos de dos minutos volviera a estar en nuestro piso. Me asomé para recibir a los chicos y me encontré con una Ciel sonrojada - supongo por el sol - y a un Ran malhumorado. Rin, por su lado, cerraba la puerta. Tenía un aire feliz y su rostro se veía iluminado.

¿En qué momento los hermanos habían cambiado los papeles?

Ciel llegaba a su asiento mientras me miraba fijamente, me sonrió y guiñó el ojo.

¿Qué?

Ran llegaba al puesto opuesto a mi amiga, pero me di cuenta de algo extraño, Ran caminaba raro, casi cojeando.

- ¿Ran, estás bien?

- Mejor que nunca - dijo entre dientes, al mismo tiempo en que su hermano se sentaba a su lado y soltaba un risita.

Yo, por mi lado, me sentaba a un lado de Ciel y frente a Rin. Su hermano, de vez en cuando, hacia gesto de dolor cuando se movía y mi mente solo podía imaginar que se cayó o golpeó cuando estaba con Ciel abajo.

La comida transcurrió en silencio, Ciel y Ran compartían miradas "sospechosas", así que Rin y yo alternamos miradas entre ellos dos y nosotros.

Algo está pasando aquí, y sin duda me sentía intrigada.

- ¿Qué tal el postre? - pregunté al ver que ambos niños habían comido todo su plato y para romper el hielo.

Ambos parpadearon como entrando de nuevo en este mundo y me miraron para luego observar el postre delante de ellos. Ran fue el primer en dar una probada, saboreó y abrió mucho los ojos.

- Esto es... - parecía estar sin palabras.

- Sip, eso es M...

- ¡PREPARASTE MI PLATO FAVORITO! - se levantó de la mesa y caminó normal hacia mí, supongo que ya su malestar había cedido.

Ran me abrazó y susurró.

- Si mi hermano nunca te pide matrimonio, juro que yo lo haré solo para que me cocines. 

Reí ante su comentario y le guiñé el ojo indicándole que siguiera comiendo. Ciel no se quedo atrás, dió una probada y suspiró encantada con su comida. Dieron bocado tras bocado y al finalizar ambos levantaron sus recipientes vacíos.

- ¡QUIERO OTRO, POR FAVOR! - realmente me estoy preguntando si ellos comparten la misma neurona, como para decir lo mismo casi siempre.

Se observaron mientas se odiaban con la mirada y para quitar un poco de la tensión de estos niños, observé a Rin. Él veía fijamente su dulce especial, y degustaba tomándose su tiempo. Sonreí viéndolo, para luego volver mi mirada a los chicos quienes ahora miraban a Rindou y su postre.

- ¿Cómo te puede gustar eso? - preguntó Ran.

- ¿Cómo es que no estás babeando por este postre? - Ciel miraba el suyo fijamente con cara de sorpresa.

Rindou simplemente se encogió de hombros y siguió comiendo con normalidad, se le veía feliz de su plato exclusivo. Fui al refrigerador a buscar otra porción del postre y los niños babeaban con los potesitos que traía en las manos.

Extendí mis manos y les entregué con una gran sonrisa uno a cada uno. Estaba feliz y aliviada de saber que les había gustado.

Al terminar su segundo round, Ciel y Ran se encargaron de limpiar y guardar los platos. Rindou fue a tender las toallas de los chicos que habían traído y yo fuí por mi teléfono para dar las buenas noches a mi papá.