Las familias Grayce y Walter se conocen desde hace años, son familias amigas, y ambas son muy numerosas.
Gracias a esta amistad, Sky pudo conocer a unos excelentes amigos, y al chico del que se comenzó a enamorar ese año en el que dos cosas se lo im...
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El sol había empezado a salir, y aunque me hubiera encantado apreciar el brillo que este le daba a cada facción de Cole, el pinchazo en mi cabeza volvió, con todo esto, había olvidado la resaca que tuve hoy toda la mañana. Fruncí el seño.
— ¿Estás bien? — me preguntó luego de aclararse la garganta.
— Sí... sí, solo me duele la cabeza — expliqué y presioné mis labios en una sonrisa.
— Creo que debemos volver a subir — me dijo, yo asentí, y así lo hicimos.
Seguimos estudiando, de la forma tradicional, porque aunque haya sol, hacía mucho frío.
Estornude — Esta, definitivamente, no fue mi mejor idea — dije mientras él se me reía.
— Obviamente no — dijo —. Bien — se detuvo a mirar el cielo, haciendo que en sus ojos se reflejen pequeños destellitos —, creo que es hora de irnos — se levantó del suelo y me extendió la mano.
Yo la tomé y dejé que me ayude a levantarme. Volvimos al auto, pero esta vez fue Cole quien condujo.
— La próxima estudiamos de una forma más conveniente — me reí mientras él encendía el auto.
— Sí... — respondió mientras comenzaba a andar —, pero fue divertido — me miró brevemente.
— Lo fue... — pensé mientras recordaba el momento en el que me tocó estar en el agua.
Pasamos el camino en silencio, pero era uno lindo, sin estar incómodos. Estamos tan acostumbrados a la presencia del otro que ni siquiera hace falta estar hablando para pasarla bien.
— Adiós — nos saludamos con una sonrisa, una vez que estuvimos frente a su casa.
Yo comencé a conducir hacia la mía, estaba bastante oscuro ya, por lo que probablemente llegaré mientras cenan.
— ¡Hola, familia! — saludé entrando al comedor.
— Hola, amor — saludaron mis padres.
— No avisaste que llegarías tarde — me dijo mi padre.
— Sí, lo siento, nos entretuvimos — expliqué mientras me sentaba en la mesa luego de buscar un plato en la cocina —, lo ayudo a estudiar — agregué mientras me servía ensalada.
— ¿Cole estudiando? — bromeó Nolan.
— ¿Le está yendo muy mal? — preguntó mamá.
— Sí, pero tuve que obligarlo más o menos — le contesté a mi mamá —. Realmente piensa que todo está perdido.
— Pobre — dijo mamá, mientras todos asentían.
— ¿Qué te pasó en la cara, hija? — preguntó mi papá.
— Una larga historia, pero digamos que me golpee con unos anillos — le respondí sonriendole.
