Las familias Grayce y Walter se conocen desde hace años, son familias amigas, y ambas son muy numerosas.
Gracias a esta amistad, Sky pudo conocer a unos excelentes amigos, y al chico del que se comenzó a enamorar ese año en el que dos cosas se lo im...
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Me desperté otro día más, en mi cama, con Alberta en el lado libre de mi almohada y con la luz entrando a mi ventana. Me tomé mi tiempo, en dónde me mantuve mirando hacia una zapatilla que tenía tirada por ahí, y me levanté de mi cama para dirigirme al baño.
Aproximadamente, tarde unos treinta minutos en salir, era bastante conveniente ser la primera en despertarme, ya que nadie molestaba en mis horarios.
Al salir del baño, me dirigí hasta mi habitación, como siempre, y me dediqué a elegir el atuendo de hoy: una falda blanca, con una sudadera beige que tiene escrito "Los Angeles" y qué se yo en un marrón más oscuro, nunca presto mucha atención a lo que tiene escrito mi ropa; acompañando, me puse unas converse de botita.
Bajé hasta la cocina con intenciones de desayunar, y me encontré con mamá y papá sentados en la mesa desayunando.
— Buenos días — saludé pasando hasta la cocina.
— Buenos días — saludaron a la vez.
— ¿No irás a trabajar? — pregunté a mi papá.
— No, hoy tengo el día libre — respondió desde su lugar.
Mi padre es cirujano, al abandonar la carrera de veterinaria, se metió a estudiar medicina, por suerte, estudiaba poco mi papá, nótese el sarcasmo.
— Amor — me llamó él.
— Mh — expresé como respuesta.
— ¿Puedes ir a devolver la caja de herramientas de George?
— ¿No que tienes día libre?
— Vamos, a ti te encanta ir, cielito — se rió mi padre.
— Está bien, ahora termino mi café y voy — le respondí.
— Muchas gracias, eres la mejor.
— Siempre.
Me senté en la mesa a tomar mi café y tomé mi teléfono entre mis manos, como siempre, me puse a jugar jueguitos. Pasados unos minutos, mis hermanos comenzaron a bajar, y yo comencé a ir hasta el baño para lavar mis dientes.
Luego fui hasta el patio, tomé la caja del cuartito que está en el fondo y me dirigí a buscar mi bicicleta, probablemente me ofrecerán llevarme hasta la escuela, y no puedo llevarme el auto porque mis hermanos tienen que usarlo.
— ¡Adiós, familia! — exclamé mientras salía de la casa.
Estaba utilizando solo una mano para mantener el manubrio y la otra la mantenía sobre la caja que estaba sobre mis piernas, para que no se cayera con el movimiento de estas. Pasaron unos minutos hasta que llegué a la casa de los Walter, en ese momento, Cole estaba agachado frente a Parker, la cual tenía su camiseta de fútbol y la pelota en sus manos.
— Papá dice que primero tienes que perder para saber ganar... — él la estaba mirando a los ojos mientras ella lo miraba de igual manera —, y, aunque sé que no va a pasar, si te sientes nerviosa, puedes mirar a las gradas y me verás ahí, comiendo palomitas, en primera fila — le sonrió, Parker también lo hizo y asintió ante las palabras de su hermano. Cole empujó levemente su hombro para que entre a la casa, y luego de eso se levantó con pesar, haciendo una mueca y soltando un quejido.
