- ̗̀➽◦̥̥̥20; Conversión.

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• Advertencia(s): descripciones de violencia, mención explícita de homofobia y contenido que puede resultar delicado para algunas audiencias. Pese a que no comulgo con alguna religión, no pretendo desacreditar alguna, sino plasmar la «terapia de conversión» de forma neutra y realista.

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Llamativas luces neones oscilaban continuamente de un lado a otro, bañando en sus tonalidades a todo lo que les rodeaba. La música pop del club nocturno retumbaba por todo el lugar, propiciando que los clientes tuvieran que, prácticamente, gritarse unos a otros si es que deseaban entablar una conversación.

La muchedumbre se amontonaba animosamente en la pista de baile. Festejaban, reían y, por supuesto, danzaban. Se divertían tan libremente, como si nadie más estuviese ahí presente. Aunque quizá eso podía atribuir a lo nublado que se encontraba su juicio.

—¡Vaaamossh, S-Shaasshuke! Bai... ¡Hip! lemossh un... ¡Hip! Poco —pidió el Uzumaki, quien esbozaba una amplia sonrisa. Jalaba del brazo insistentemente al azabache, como si aquella acción fuese capaz de convencerlo.

El nombrado negó con la cabeza mientras una sonrisa igual de grande se dibujaba en su rostro. En cualquier otro momento, la persistencia del rubio le hubiese resultado irritante, sin embargo, en ese preciso instante la catalogó como tierna. Su acompañante estaba demasiado ebrio como para ser molestado.

—No soy bueno en eso —explicó el pelinegro con una risa suave—. Además, aún estoy plenamente consciente —dijo, haciendo alusión a que necesitaba embriagarse para ceder a una petición como esa.

El moreno llamó a uno de los meseros. Una vez que éste estuvo cerca, habló:

—Queremooossh... ¡Hip! Máash shots... ¡Hip! De t-tequila... ¡No, no! —negó con la cabeza varias veces—. ¡Mejor... La boteeella... Hip... Enteraa! —le dio una palmada amistosa al muchacho en su hombro, quien miró con preocupación al azabache. 

El joven mesero se retiró una vez que el Uchiha aseguró que él pagaría. Pese a lo concurrido que se encontraba el club, su botella llegó en un santiamén.

Sasuke tomó la botella por el cuello, como si fuese a servir los tragos.

—¡Y-Yo... Hip... Quiero! —comentó Naruto, acercando su «caballito» al azabache, indicándole que le sirviera un poco.

Sin embargo, el pelinegro lo ignoró por completo y bebió directamente del envase, separando sus labios y depositando la botella sobre la mesa una vez que ésta se encontraba a la mitad. Resopló, evidentemente víctima del ardor interno que consumía lentamente su garganta. Cerró los ojos por un momento, y antes de que Naruto pudiese objetar respecto a su precipitado actuar, habló primero:

—Has bebido demasiado —tosió mientras cubría su boca con el dorso de su mano. Su voz era ronca, áspera. Secuelas de sus inesperadas acciones—. No deberías tomar más.

El moreno lo observó con estupor durante varios segundos. Parpadeó, incrédulo ante lo que acababa de presenciar. No obstante, al cabo de pocos segundos rió a carcajadas al mismo tiempo que golpeteaba repetidamente la espalda de su acompañante.

La embriaguez no tardó en envolver al Uchiha, por lo que minutos más tarde la pareja se encontraba en la pista de baile. Naruto se movía con soltura, sus movimientos eran agraciados y encantadores, denotaban experiencia. Por otra parte, Sasuke hacía su mejor esfuerzo por seguirle el paso, pero poco a poco el escenario se tornaba difuso y sentía su cuerpo entorpecerse.

"Somebody said they saw you..."

Sus cálidos cuerpos permanecían cerca el uno al otro. El azabache sostenía a su acompañante de la cintura, mientras el rubio lo tomaba dulcemente de la mano. Reían al unísono cada vez que se percataban de lo incapaces que eran para coordinarse. Lejos de enfurecerlos, aquel irrefutable hecho hacía el momento más ameno.

Locamente enamorado || NarusasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora