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Los días son tan monótonos para él desde hace tanto

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Los días son tan monótonos para él desde hace tanto. Cuatro paredes llenas de estrés y confort, con la agria significancia; irónicamente, era lo único que le quedaba en éstos últimos meses, lo único que le daba sentido a esa vida tan vacía que había cambiado tanto en un instante, un instante que jamás pensó que tendría que enfrentar.

Su mente aún recordaba como hace casi un año atrás su vida dió el giro que temía. En aquella sala en los cuales pasó los últimos años, con esa fémina que había jurado amar eternamente en esa ceremonia, y que durante tanto tiempo pensó que era el amor de su vida. Lo creyó que juró por su vida que le amaría hasta su último respiro, tan seguro de su promesa.

Cualquiera podría equivocarse.

Todo aquello cayó ante esa confesión que destruyó, dando sentido a esas peleas carentes de razón que el último año había traído; no se entendían más, la presencia de ambos en la misma habitación sólo ocasionaba desagrado, terminando en discusiones sin fundamento lógico.

Pero allí estaba.

-Te he sido infiel -confesó aquella mujer, dejándolo perplejo.-. No quería que lo supieras así, pero no puedo seguir a un lado de tí sabiendo que disfruto estar en los brazos de alguien más. Oscar, no puedo fingir más. No puedo.

El corazón de aquel se rompió cuando la realidad cayó en cuenta, esta no era una simple pelea marital y rutinaria. Palabras que estaban marcando un fin luego de años de matrimonio; veinte años de su vida culminando por un amorío que ni siquiera podía procesar correctamente.

-¿Cómo se llama?

Por un momento, la traición cubrió su corazón, su cuerpo y sus ojos, los cuales ya estaban cristalizados y empañando aquellas gafas metálicas. Su corazón rompiéndose cual cristal, fragmentos que caían conforme las lágrimas empapaban sus mejillas, dejando que su hombría se pudriera ante su mujer. La poca dignidad que le quedaba se estaba derrumbando conforme caía de rodillas frente a ella.

Y aun así, estaba pensando en perdonarla.

-No quieres saberlo. -susurró la fémina, cabizbaja, pero sin saber cómo evitar la verdad no dicha.-. Oscar, no quieres saber eso.

-No quiero saberlo. -repitió aquel, afirmando lo obvio mientras que sus sentimientos se desbordaban por sus ojos.-.

Tan real. Se sintió tan real.

Sólo era un recuerdo, y aún así lo tenía perplejo cuando se suponía que debió escapar de ese salón de clases universitario vacío hace más de quince minutos, pero sus fantasmas aún lo perseguían hasta ese punto. Donde todo se sentía lúcido apesar de haber pasado casi hace un año y de haber firmado el divorcio hace apenas dos meses; la firma que para él le marcó la vida, la tinta que lo llevó a empezar a cuestionarse qué había sucedido para que su vida tornase en ese desastre.

𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘  ━  𝗢𝗦𝗖𝗔𝗥 𝗜𝗦𝗔𝗔𝗖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora