𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘 ━ 𝗢𝗦𝗖𝗔𝗥 𝗜𝗦𝗔𝗔𝗖

8

En la oficina de ese mismo hogar, estaban el par de jóvenes conviviendo totalmente ajenas a lo que sucedía fuera de la habitación, Val aún nerviosa al tener algo más cercano a la realidad de su carrera profesional, pero más que nada, no quería decepcionar a Nerea. Tenía unos apuntes en su computadora frente a ella, los datos básicos que le había pedido únicamente, pero apartó el computador para poder prestarle total atención.

—¿Cómo te has sentido éstos días?—preguntó, mirándola con suavidad.—.

—Confundida, he... Tenido demasiadas emociones en muy poco tiempo.

—Entiendo. ¿Ha sido por alguna situación en general?

—Probablemente papá ya te lo ha dicho.—suspiró.—. He encontrado cosas que no deseaba ver en el teléfono de mi madre, y allí he descubierto por qué se han divorciado.

—¿Deseas compartirme qué has encontrado?

Nerea asintió, tirándose en el sofá.—Un video porno, que no era con papá, y claramente eso no mejora las cosas, es decir, igual si fuera papá me hubiera dado asco, pero fue horrible ver eso.

Val se sorprendió ante el dato, además de la facilidad con la que la menor hablaba, pero ella únicamente afirmó, haciendo unas notas sin mirar a la pantalla, al menos estaba muy acostumbrada a teclados electrónicos.

—¿Cómo te hizo sentir específicamente ello? ¿Qué es lo que has pensado al respecto?

—Mi madre me ha dado asco.—confesó, mirando al techo.—. Pensaba que había sido por otra cosa, no sé, tengo muchos amigos que tienen padres divorciados, incluso por infidelidad, pero comúnmente son los padres quienes abandonan a sus mujeres y quienes no tienen miedo a ser descubiertos, ese video no era reciente, recuerdo que la fecha que tenía era de hace siete meses, y lo encontré en una conversación con un colega de su trabajo, que claramente era algo más.

Otra nota, algo que ella no necesitaba saber en su análisis por completo, pero serviría para saber cuál sería el enfoque y las metas en este proceso terapéutico.

—Es común la infidelidad y posteriormente los divorcios, y como has observado aunque las tasas son más altas en hombres, pero eso tampoco descarta que una mujer pueda cometer infidelidad, por supuesto.—Val se cruzó de piernas.—. ¿Desde cuándo lo supiste?

—Hace siete meses, según lo que recuerdo.—murmuró nerviosa.—. Me sentí culpable porque no pude decírselo a papá, sentía que lo estaba traicionando... Quizá él pensaba que yo lo odiaba, pero me sentía una traidora al saber eso. Recientemente volví a revisar el teléfono de mamá y sigue teniendo esa clase de encuentros, probablemente el seminario de esta semana sólo sea una excusa.—Puso los ojos en blanco, irritada.—. No sé por qué es así, jamás pensé que mi madre fuese capaz de hacer algo así, ahora pienso en ella y sólo quiero evitarla, me da... Asco.

—Primero, creo que tiene que ver con la forma en la que naturalmente vemos a nuestros padres desde pequeños, Nerea.—explicó, mirándola con serenidad.—. Vemos a nuestros padres como dioses, no como humanos, son nuestras figuras a seguir y cuando sucede este tipo de situaciones, esa fachada cae totalmente llevándonos al punto de decepcionarnos a un extremo radical.

—Pero no entiendo, es que es egoísta, ¿cómo pudo hacerle a papá eso? Y lo peor de todo, ¿por qué papá no hizo nada? Es molesto, siempre baja la cabeza, nunca discute, no debería ser así.

Valkyrie asintió, haciendo otra breve nota para posteriormente volver a mirarla.—Entiendo lo que sientes, Nerea, pero creo que primero que nada debes aceptar una realidad, ese es un problema de pareja, aún si no están juntos, sé que desearías intervenir, que desearías proteger a tu padre, boicotear a tu madre por sus actos y demás, pero créeme que no es tu papel, no se trata de justificar esa acción, para nada, eres consciente que es incorrecta, pero tú no eras parte de esa relación, muchas veces como hijos pensamos que nosotros podemos resolver los problemas entre nuestros padres, al menos tenemos esa falsa esperanza, pero la realidad de todo, es que ese no es nuestro papel, Nerea, no es tu papel. Tienes 15 años, no puedes ser la terapeuta ni la amiga de tu madre o tu padre, porque eres su hija, solamente eso.