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Papeles desordenados, regados sobre el escritorio prestado que le hacía sentir algo suyo. Uno resaltando, justo frente a ella con el nombre de su primer paciente durante prácticas.

Nerea Estrada.

Problemática inicial: Divorcio de sus progenitores, relación complicada con la madre, alejamiento del padre.

Observaciones: Buena relación paternal actual, apego desorganizado provocado por vivencias en grupo inicial, exposición a contenido sexual a temprana edad - posible detonante de despertar sexual actual. Cuenta con red de apoyo seguro.

Objetivo del tratamiento: Mejora en el autoestima, desarrollo de un estilo de apego seguro, mejorar gestión emocional.

Suspiró, dejando el papel de lado, casi acabando en esa misma carpeta donde únicamente había más detalles de la sesión. Miró la computadora frente a ella, tenía más de once pestañas abiertas, entre las que había hecho en prácticas como los borradores de la de Nerea. Observó una en especial sin nombre, sólo un número.

Veinte.

Frunció el ceño, abrazándose a sí misma al sentir el aire acondicionado de la habitación erizar su piel. Oscar tenía tan bien acondicionada esa oficina que se sentía cómoda y profesional, era perfecto. Empezó a leer el archivo sin nombre, deteniéndose al sentir como parecía transportarse hacia otro lugar clave, justo en ese relato sin nombre, el primer archivo clínico que creó. De pronto, estuvo en esas paredes menta, recordando eso, empezando a perderse.

—Papá, no estoy intentando manipularte, sólo estoy intentando explicarte lo que siento. —Sollozó, sintiendo el nudo en su garganta ampliarse mientras retenía esas lágrimas que salían sin control.—. Sólo quiero que me entiendas, es una oportunidad increíble, sé que es otro país, pero es mi oportunidad.

—Es una estupidez. —Dió una calada, sin siquiera mirarla.—. Ni siquiera sabes si es real, además, eres una inútil para la vida; podrás ser lista en tus estudios, pero para la vida eres una inútil, no sabes hablar con las personas, lloras por todo buscando manipular a la gente, pero créeme, he vivido en este maldito mundo tantos años para saber lo que intentas hacer. Esa beca no tiene sentido.

Esa joven Valkyrie de 17 años sólo sollozó más, pellizcando sus cicatrices recién sanadas, se sintió tan culpable ante ello, pensando en cómo su padre tenía razón. No era suficiente fuerte para poder seguir a esa última etapa de esa beca que parecía perfecta para ser real, hasta ella lo sabía, pero la esperanza de salir de allí era latente.

—Papá, es real, he llegado muy lejos, porfavor busca entenderme, ustedes ni siquiera han podido pagarme la universidad, he tenido que asistir a un sistema sabatino donde realmente no puedo. —confesó, limpiándose las lágrimas con las mangas.—. Sólo necesito que confíen en mí.

—De verdad parece que esa beca más que una oportunidad, es un capricho.

—Necesito esa oportunidad. —jadeó, subiendo la mirada.—. Bien, necesito libertad, necesito poder ser individual, hay cosas que jamás podría hacer aquí, necesito poder irme.

—¿Ves? Es un capricho. —Tiró el humo al costado.—. Tú no quieres libertad, quieres libertinaje.

—Papá, porfavor...

—Es una estupidez, pero ya entendí. —Rió con ironía, viéndola por primera vez en minutos.—. Sólo quieres irte a donde puedas hacer lo que quieras. Piensas que todo es perfecto allá, no hay nada de diferente a aquí, vas a vivir la misma vida de mierda que tanto nos reprochas.

—La diferencia es que ustedes no están allá.—escapó de sus labios, haciéndola morderse la lengua como un castigo automático, quedándose sin habla.—.

𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘  ━  𝗢𝗦𝗖𝗔𝗥 𝗜𝗦𝗔𝗔𝗖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora