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Ligeras gotas de lluvia que empapaban los cristales, era más usual la nieve a la lluvia en la sola, pero el clima es algo que no se puede controlar, idéntico al corazón humano. Impredecible, caótico en ocasiones, pero siempre reactivo.
Sus manos en el volante mientras que Nerea hablaba sin parar, aunque su cabeza no se lograba concentrar, lo cierto era que disimulaba muy bien entre breves miradas y esa sonrisa que aparecía con cualquier palabra, casi como si le hubiesen practicado una lobotomía. Las imágenes se repetían por sí mismas, ahora ni siquiera con morbo, era algo más, las miradas, los besos, la forma tan necesitada en la que ella le pedía que no se alejase ni un segundo, era como si estuviese viviendo en una fantasía. Incluso si horas antes tuvieron esa pequeña discusión donde secretos fueron revelados, no esperó que escalase a ese clímax.

—Entonces al final no vimos esa película, sino la otra, pero la verdad no estuvo tan increíble como esperaba, incluso para ser un musical. —Nerea habló, su mirada fija en su padre, sus expresiones delatando cada emoción en ella.—. Es todo, sé que tardé en llamarte pero estaba muy distraída entre muchas cosas.

—Pero te has divertido. —respondió automáticamente, vista fija al camino.—. Me gusta que hagas eso, divertirte con amigos, son años que jamás volverán.

—Lo sé, pero igual te he dejado solo. —Se tiró en el asiento, poniendo su teléfono en su bolso.—. Bueno, con Val y el tío Pedro, pero supongo que te pusiste a leer algún libro, ¿no?

—El tío Pedro ha salido sin avisar, me ha dicho apenas hace unos minutos, sólo desapareció y posteriormente me dijo que debía revisar uno de sus clubes. —compartió, mirándola un instante.—. Así que sí, sólo he leído un libro.

—¿Y Val?

—Ha estado revisando cosas en la oficina, creo que se ha quedado estudiando, no quise molestarla.

—Ella me agrada. —confesó.—. Sé que es mi terapeuta, pero me hubiese gustado tener una hermana mayor, me entiende en muchas cosas, incluso más que tú... O mi madre.

—A tu madre le cuesta entender sin pensar que todo es su culpa o que es la causante de las cosas. —explicó negando.—. Claramente no podemos defender ciertas cosas, pero así es ella, y no parece querer cambiar ello.

—Quizá si fuese a terapia con alguien como Val cambiaría.

Oscar negó, era una mala idea en todo lo posible.—No podemos provocar un cambio en alguien si esa persona no desea cambiar, será un trabajo en vano.

—Lo sé, sólo que aveces las cosas con ella van bien, luego todo explota y siento que no tiene caso. —confesó Nerea, mirando a la ventana.—. Me ha enviado un par de mensajes, pero no sé, quizá pudo haberme llevado a su seminario.

—No sabemos sus razones, quizá necesitaba tiempo para ella.

—Papá. —llamó, volviendo a observarlo, esta vez haciendo que la mirase un momento.—. ¿Tu realmente no extrañas a mamá? Fueron muchos años, ¿ni siquiera extrañas cuándo estábamos juntos, como una familia?

Oscar detuvo el auto un momento, ciertamente la pregunta lo había tomado con la guardia baja. Quizá era el hecho de que pasó el duelo durante los últimos años cuando en el fondo ambos sabían que eso no daba para más, quizá que para él su familia estuvo conformada por Nerea y Pedro durante bastante tiempo, o quizá que tenía en su corazón a una nueva persona, pero tantas cosas le pasaron por la cabeza, cosas que no podía explicarle a Nerea con sinceridad.

—Fueron muchos años con tu madre, por supuesto que aveces es nostálgico, pero creo que ha sido mejor, Nerea, para los tres. —Tomó la mano de su hija.—. Seguimos siendo una familia, sólo que diferente, tu madre y yo incluso nos llevamos mejor de esta forma, como un equipo para criarte como es debido.

𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘  ━  𝗢𝗦𝗖𝗔𝗥 𝗜𝗦𝗔𝗔𝗖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora