Almas vacías las cuales se encuentran con un propósito que estaba planeado desde antes que ellos supieran de la existencia del ajeno
¿Es amor? ¿Es deseo? ¿Es protección?
Quizá sólo buscaban un poco de calidez entre sus piezas rotas, porque este mund...
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016
El color rojizo en sus cabellos corría de un lugar a otro, incluso si no era su intención. Había estado detrás de su madre, posteriormente detrás de Pedro que se negó tomando esa excusa de que debía trabajar, y posteriormente detrás de su padre, siguiéndolo por la cocina como si fuese su sombra. La frustración ya se posaba en su rostro, sus cejas estaban arqueadas ante tantos rechazos.
—Quiero ir al carnaval, ¿por qué no podemos ir? —preguntó, casi refunfuñando, harta.—. Mi madre me ha rechazado, el tío Pedro también, y tu ni siquiera me respondes.
—¿No irás con tus amigas?
Nerea rodó los ojos.—Sucedieron eventos que no harán eso posible; tan sólo quiero ir y pasar un rato con alguien que me quiera mientras paseamos por todo el maldito parque de diversiones.
—Lenguaje. —regañó Oscar tomando un sorbo de la taza, haciendo una mueca mientras que la dejaba sobre la mesa, añadiendo más azúcar.—. Dulzura, me encantaría ir contigo, pero no me será posible, será la primera semana, inicio de un curso totalmente nuevo y me ha tocado la mala suerte de ser el encargado de la inducción a los de primer año en la universidad. Por más que quisiera ir contigo, dudo estar aquí para las siete de la noche.
—Dios, entonces el mundo me odia. —La menor se cruzó de brazos.—. ¿Con quién se supone que iré entonces? Mamá con mucho trabajo, tu con mucho trabajo, el tío Pedro casualmente tiene también trabajo. Aunque ese es un maldito mentiroso.
—LENGUAJE. —Nerea se sobresaltó ligeramente, desacostumbrada al tono serio en la voz de su padre.—. Pequeña, aunque no lo creas, el tío Pedro aveces sí trabaja. ¿No tienes alguna otra amiga fuera de tu grupo usual?
—No.
—¿No puedes ir sola?
—Claro que no, no pienso humillarme así. —Negó rotundamente, con una voz ofendida.—. No quiero que piensen que soy una perdedora sin amigos.
—No pensarán eso.
Nerea suspiró.—Yo lo pensaría. Me quedé sin opciones, adiós Carnaval, y es mi época favorita.
—¿Qué sucedió con tus amigas? —preguntó con curiosidad Oscar, aún haciéndole muecas a su propia taza mientras que daba otro sorbo.—. Puedes contarme al menos.
—No lo entenderías; vas a empezar con dilemas filosóficos de por qué los seres humanos y así. En este momento desearía más a Valkyrie en casa.
—¿Por qué no le dices a ella que te acompañe al carnaval?
—¿Por qué diría que sí? Tu mismo has dicho que ella estará muy ocupada para seguir mi terapia porque es su último año.
—Lo he dicho, sí. —Oscar dejó la taza sobre la barra de la cocina, totalmente frustrado.—. Pero no creo que le haría mal una tarde de diversión con alguien contemporánea a ella, igual a tí. No creo que ella te rechace eso. Además estará con un horario bastante libre, no tendrá que estar tan metida en su facultad, al menos no por clases.
