La incomodidad empezaba a habitar en aquel auto estrecho, Valkyrie parecía más callada que de costumbre y es probable que por ello todo se había tornado de aquella forma. No había señal de que Nerea regresara rápidamente, de hecho, ambos lo habían notado, incluso Val aún estando en su propia cabeza, presentía que Nerea tenía alguna motivación para haberse ofrecido tan desesperadamente.
—¿Le habrá pasado algo a Nerea? —voz preocupada, inclinándose hacia su contraria.—. Ha tardado más de lo normal.
—Tengo una teoría.
—¿Una teoría?
—Quizá vió a algún compañero del instituto, comúnmente eso sucede.
—Le daré diez minutos, de lo contrario iré por ella.
Val rió suavemente, aún con el nudo en la garganta.—Ella estará bien, quizá hay muchos pedidos en el local.
Oscar suspiró, siempre era tan ansioso, de hecho esa eran una de las cosas que desesperaban a la gente a su alrededor, la manera en la cual podía llegar a ser compulsivo respecto a cosas que le importaban, específicamente. Él la miró, girando ligeramente su cuerpo.
—Le agradas a Nerea.
—También me agrada.
—... Tu crees que, ¿soy un mal padre? ¿La he dejado marcada con mis errores? —preguntó temeroso, ansioso por una respuesta clara.—.
Val suspiró, un golpe en su pecho ante esa pregunta, por un momento quiso llevarlo a sus recuerdos, mostrarle lo que un verdadero mal padre haría, la forma en la que no dudaría en usar a sus propias creaciones en desahogo. Oscar jamás sería capaz, no porque ella le tuviese cariño, sino que tenía una experiencia completa de lo que eran padres dañinos.
—Jamás, Oscar.
Ella le puso la mano encima de la contraria, ambos en los muslos del mayor, intentando darle ese confort que él parecía buscar, y al mismo tiempo, buscando un hogar entre ese cuerpo. Se inclinó, sentándose sobre sus rodillas en el asiento aún si tuvo que quitarse el cinturón de seguridad, abrazándolo con esa calidez que sólo él podía brindarle a cualquiera. Oscar, aún sorprendido, correspondió el abrazo, sus brazos rodeando la cintura de la menor por la posición incómoda en la que estaban, no entendió la naturaleza del abrazo, pero agradecía tanto que sucediera.
—Jamás serías un mal padre, eres el hombre más dulce que conozco.—susurró sobre su oído, acurrucando su cabeza sobre su hombro.—. Nerea también lo sabe, y cualquier persona con una buena conexión sináptica podría notarlo.
—¿Conexión sináptica? —rió, separándose para verla a la cara.
—Con dos neuronas funcionales.
Él la miró a los ojos, le hizo sonreír la manera en la cual ella hablaba en ocasiones, como si de tanta lectura algunas frases se hubiesen quedado en la red de su vocabulario, no era común para una mujer de su edad, ciertamente.
—Platicaré con Nerea, aunque no puedo compartirte absolutamente nada de lo que hable con ella por ética, intentaré ayudarla en su proceso individual.
—No sé cómo haces para hacer sentir en confort a cualquiera.
En su garganta se habían atorado las palabras que querían emitir su verdad.
"Quiero darles la calidez que jamás en mi vida he podido experimentar aún si la he buscado incansablemente."
Era tan triste todo lo que en su cabeza rondaba. Quiso volver a los brazos ajenos, pero al ver a la cobriza salir del centro comercial con un par de bolsas en sus manos, solamente volvió a su posición anterior, sentada mientras la miraba caminar hacia ellos.
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𝐁𝐄𝐅𝐎𝐑𝐄 𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐃𝐀𝐘 ━ 𝗢𝗦𝗖𝗔𝗥 𝗜𝗦𝗔𝗔𝗖
FanfictionAlmas vacías las cuales se encuentran con un propósito que estaba planeado desde antes que ellos supieran de la existencia del ajeno ¿Es amor? ¿Es deseo? ¿Es protección? Quizá sólo buscaban un poco de calidez entre sus piezas rotas, porque este mund...