Goodbye?

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-Vámonos Angus-me levanté de la roca, tome mi arco y monté de nuevo en él, comenzó a galopar, llegamos al árbol en donde escondía mi arco, le di un último vistazo y lo volví a esconder junto con mi carcaj, volví a montar en Angus y volvimos lo más rápido posible a mi casa. Dejé a Angus cerca del grifo y le acerqué un pedazo de heno para que comiera.

-Te veo en un rato amigo-le di unas palmaditas y me metí a nuestra cabaña

Siempre habíamos vivido en esta pequeña cabaña, no era de lo más lujoso, pero era muy cálida y acogedora, los cuartos eran demasiado pequeños, pero aún con todos sus defectos, era lo más agradable del mundo.

Abrí la puerta y cuando la cerré mi madre estaba justo en frente de mi, tenía los ojos rojos de tanto llorar. Sin preguntarme nada, ni ¿a dónde había ido? Se acercó hacia mi y me abrazó, no contuve las ganas de llorar, cerré mis ojos y las lágrimas cayeron en sus hombros.

-¿Dónde esta mi papá?-dije secándome las lágrimas

-Salió por un rato, dijo que necesitaba estar a solas por un tiempo, no te preocupes, volverá antes de que te vayas-dijo secando las lágrimas que aún estaban en mi mejilla

-De acuerdo

-Por lo pronto tienes que asearte y arreglarte

Fui a mi cuarto, preparé mis botas de invierno, mi túnica azul y mi abrigo de piel, me metí a bañar y después de salir me vestí, sostuve mi pelo en una media cola, cuando terminé fui a la sala junto con mi madre, me senté a lado de ella y tomé otra taza de té de menta.

-Katara, quiero que sepas algo...-dijo algo triste

-¿Qué pasa?-pregunté extrañada

-Se que siempre he sido muy estricta contigo, se que no te he dejado salir ni conocer el mundo al que un día te enfrentaras tu sola, pero créeme que todo lo que he hecho por ti ha sido para protegerte, nunca dudes de lo mucho que te amamos yo y tu padre-mi madre rompió en llanto-De verdad perdóname-Dejé la taza en la mesa y la abracé muy fuertemente, en eso comencé a pensar en todas las escapadas que me había dado durante estos años, me sentía muy mal el hacer cosas a escondidas de mi madre pero mi amor por el arco no tenía límites, decidí no contarle acerca de las escapadas nocturnas, no era el momento y sabría que ya no tendría oportunidad de decírselo.

-Yo lo sé-dije sonriendo

En ese momento tocaron a la puerta

-Quizás sea mi padre, yo abro-me levanté de la mesa y me dirigí a la puerta, cuando la abrí me aterré de quien estaba.

Eran seis soldados de la nación del fuego, todos venían cubiertos con sus máscaras que formaban parte de sus uniformes, todos excepto uno, era un señor grande, con barba, canoso y unos ojos color café. El señor canoso me miró fijamente y me dijo:

-¿Acaso eres Katara?-estaba tan aterrada que solo logré asentir con la cabeza, alcancé a escuchar a mi madre acercarse y llegar por detrás de mi

-¡Llévensela!-Dos guardias se acercaron a mi, retrocedí de inmediato, estaba tan asustada que siquiera podía moverme, los guardias me tomaron bruscamente de los brazos y me comenzaron a empujar para que saliera de nuestra pequeña cabaña

-¡No! Esperen.... ¡Mamá!-Mi mamá comenzó a jalar a los guardias para que me soltaran pero de inmediato otros dos se acercaron para detener a mi madre

-Todavía no es hora, no se la pueden llevar aún...¡suéltenme!-trataba de no perderla de vista, no quería que algo le hicieran, seguíamos avanzando y traté de quitármelos de encima.

-Mi padre aún no llega, por favor, déjenme esperarlo, no me he despedido de él-el guardia que no tenía la máscara me volteó a ver y me dijo:

-¡Qué lastima, tuviste mucho tiempo para despedirte! -en eso comenzaron sujetarme de las muñecas con unas esposas.

-Por favor, solo déjenla unos minutos más, solo en lo que llega su padre-mi madre también luchaba por quitarse a los guardias de encima, traté de dar un fuerte tirón para quitármelos de encima pero cuando lo hice, ellos ya habían apretado las esposas. Los guardias me sujetaron aún mas fuerte, salimos de la pequeña cabaña, ya no alcanzaba a ver a mi mamá.

-¡Mamá!-Grité con desesperación

-Estaré bien cariño, recuerda lo mucho que te amo-rompí en llanto, esta había sido la despedida más dura de mi vida

-Te amo mamá-dije entre sollozos, Angus se comenzó a alterar al ver que yo salía de la cabaña junto con los guardias-Adiós amigo, estaré bien te lo prometo-lo último que escuche fue a Angus relinchar.

Los guardias me subieron a uno de sus vehículos de ataque, cuando entré había algunos chicos de mi vecindario, todos estaban llorando.

-Les recuerdo una vez más que tienen prohibido hablar entre ustedes mismos-dijo el guardia que no traía la máscara.

El vehículo comenzó a avanzar, todas las familias del vecindario salieron de sus cabañas, alcancé a ver a mi madre y Angus por una pequeña ventanilla del vehículo, tenía los ojos cristalizados de lágrimas al igual que todos los demás, trate de buscar a mi padre entre la multitud, pero lamentablemente, nunca lo volví a ver.

Durante el camino, vi que había más vehículos similares a donde estaba yo, cada vez se juntaban más y más. Finalmente habíamos llegado al lugar en donde harían la inspección, cuando la Nación del fuego llegó a la tribu agua del sur, se instalaron en el centro de la tribu, este lugar estaba lleno de antiguos túneles subterráneos, estos túneles no se habían visitado desde hace siglos, solamente maestros extremadamente leales a la tribu agua del sur conocían las entradas a ellos, desconozco si hay maestros que aún conozcan la entradas a ellos.

Abrieron la puerta del vehículo

-¡Rápido! ¡Bajen todos ahora! ¡Muévanse! ¡Fórmense!

Los chicos asustados comenzaron a bajar del vehículo lo más rápido posible y se formaron en una larga línea.

-¡Volteen hacia mí!

Los chicos volteamos a ver al general que nos daba las instrucciones.

-Cada uno de ustedes tendrá a un guardia, ellos los acompañarán y los llevarán a donde se les solicite, también cuidarán de ustedes para que no intenten ningún escape, se les llamará por orden y se les hará unas pruebas.

Unos guardias comenzaron a salir de otros vehículos, un guardia se paró detrás de cada uno de nosotros, todos estaban vestidos de igual manera, armaduras de metal, túnicas finas por debajo de las armaduras y unas máscaras que cubrían sus rostros.

-Ahora, vayan junto con su guardia, el los irá a registrar y después se reunirán todos y esperarán hasta que los llamen uno por uno.

Todos los guardias comenzaron a avanzar junto con el chico o chica que les haya tocado vigilar, todos se comenzaron a ir a diferentes partes, mi guardia me guío a un lugar, nadie se dirigía al lugar a donde el me guiaba, entramos a un pequeño despacho, en él había un guardia sin máscara.

-¡Hey! ¡ustedes no pueden estar ahí-dijo muy enojado-¡Voy a llamar al general Zao! ¡salgan...-en ese momento el guardia que venía acompañándome golpeó en la cara al otro guardia, dejándolo inconciente en el suelo, aterrorizada, intenté escapar, pero el guardia me sostuvo, no podía defenderme pues tenía las muñecas sujetadas con las esposas. El guardia cerró la puerta por donde entramos con seguro.

-¡No! ¡Suéltame!-dije intentando soltarme del guardia

-¡Tranquila cariño!-eso sonó extraño

-¿cariño?

El guardia se quitó la máscara, y cuando lo hizo no lo podía creer.

Love is a mystery (zutara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora