«Muchas personas son como las nubes, acumulan tanto sin decirlo y al final explotan en una tormenta» —. Como los gatos hacen antes de morir.
•🥀•
El clima no daba rienda suelta a su desenfadado torrente que se precipitaba sobre la ciudad de Emerald Lake, la temporada de lluvias estaba cada vez más cerca y el clima tempestuoso solo era prueba de ello, aunque aún había días de inesperada claridad, el clima frío y lúgubre siempre parecía sobreponerse sobre él.
Sin duda alguna, no había cabida para la luz y la felicidad que este solía traer con él.
Jared miraba desde su —recientemente favorito— lugar al fondo del salón, como todo parecía tener una nueva vida en esa época, los árboles tomaban un tono de vibrante de verde y las flores atraían cada tanto a alguna abeja quienes la polinizarían y estas a su vez harían la miel para su consumo.
¿Cómo se mantenía a flote en medio del tsunami?
¿Cómo evitaba agrandar las grietas de su ya quebrado corazón?
Era curiosa la manera en la que las personas robaban tan fácilmente el corazón de otros y jugaban a placer con el, pero tan difícil de volver a unir.
Mentalmente, Jared era una taza de porcelana. Una vez que la primera grieta aparece era imposible evitar que el resto de él siguiera el mismo rumbo. Era una taza de porcelana que se había roto tantas veces que no estaba seguro de si era una taza o solo piezas separadas que se mantenían unidas con pegamento y pura determinación.
Ahora, jugar al rompecabezas parecía ser lo más lógico. Construir una nueva imagen alternando pedazos de su antiguo ser, de aquél que era en ese momento y de esa extraña persona que lo veía a través de su reflejo y que constantemente se burlaba de él.
Sacudió la cabeza para alejar esos pensamientos que no hacían más que aumentar sus dudas. Prestó nuevamente atención a la clase y pasó el día en un aislamiento social autoimpuesto. Su pase por la cafetería fue casi tan rápido como un parpadeo, duró lo suficiente para ser notado, pero lo suficientemente corto como para evitar preguntas indeseadas.
Al ver su última clase del día su cabeza palpitaba debido al estrés y su vista ardía debido a la falta de sueño, pero en ningún momento mencionó nada al respecto, guardó silencio, sus ojos fijos en las cosas que el profesor anotaba en el pizarrón y su cuerpo tenso intentado controlar las náuseas que de repente lo atacaban.
Al momento de dar por terminada la clase, Jared quería correr al baño, en su lugar se levantó, tomó sus cosas y caminó tranquilamente fuera del aula y se dirigió al mismo paso uniforme al baño donde una vez dentro solo le dió tiempo de dejar caer su bolso antes de devolver el poco desayuno que había comido esa mañana.
Nefasto, era una palabra que conocía, pero que en un futuro adquiriría un nuevo significado, uno más profundo, más arraigado a su ser de lo que nunca podría ser. Pero en ese momento, solo era una palabra, una palabra que describía muchas cosas, pero no a su situación en particular. Si en algo coincidían todas las personas del mundo, era en que no había peor sensación que el convulsivo movimiento que hacía la garganta para vomitar y que normalmente continuaba un par de minutos más aún cuando ya no quedaba nada en el estómago.
Se levantó y miró su demacrado reflejo, se lavó la boca y salió del baño para irse. Jared nunca notó los ojos marrón avellana que lo miraron a través de una de las puertas y que ahora se encontraban revueltos en una silenciosa tormenta contenida. No importaba mucho, él no tenía la valentía —que antes lo acompañaba— para hablarle a Jared. Desea arreglar las cosas, pero había forzado demasiado y terminó por romperlo.
En un futuro, Alejandro se arrepentiría. En un futuro desearía haber salido del cubículo y hacer notar su presencia, exigir hablar. En un futuro desearía haber tenido el valor de hablar con él y poder volver a ser lo más cercano a lo que era antes.
En un futuro.
Por ahora, se limitaba a verlo marchar. No entiende por qué, pero se siente diferente, por alguna razón se encuentra desesperado por recuperarlo, por volverlo a ver. Teme haberlo roto y que Jared no logre encontrar solución, teme que no pueda volver a reconstruirlo.
El clima en el exterior nunca disminuyó, solo aumentó su torrente y por primera vez, Jared no lo pensó dos veces antes de entrar bajo la lluvia y disfrutar de las gotas que caían sobre su rostro. Su ropa se mojó rápidamente, pero no le importaba, disfrutaba la sensación, como el agua parecía llevarse sus penas y con ella todo el peso de sus hombros.
El concierto estaba a solo un día, la presión se acumulaba, los nervios aumentaban, pero en ese momento era poco relevante, el agua se llevaría todo, el agua lo purificaría, le daría una nueva vida y borraría la anterior.
Seguía sin saber quién era, aún luchaba por entender su interior y quién era ahora, pero hay cierta elegancia, cierta belleza en lo desconocido, que no importa lo que hagas, puedes crear y destruir, rearmar y reemplazar las piezas que hagan falta hasta encontrar las piezas que encajen con su ser.
La lluvia sigue cayendo, Jared no se resguarda. Al contrario, extiende los brazos, como si quisiera abrazar la lluvia misma. Baila con pasos ligeros y erráticos, como si estuviera siguiendo una melodía secreta que solo él puede escuchar. Cada movimiento es una expresión de libertad y deseo, una comunión con la naturaleza, una liberación.
La calle está desierta, salvo por la presencia de Jared y la lluvia persistente. No hay testigos, excepto quizás las hojas que caen a su alrededor y los árboles que lo observan con sus ramas extendidas. El mundo se reduce a esa escena: un chico solitario, la lluvia y su danza efímera.
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El Diario De Las Mil Vidas
LosoweHe pasado mi vida entera escuchando: "Eres una gran persona y cualquiera sería afortunado de estar contigo". Pero si fuera así. ¿Por qué nadie se queda a mi lado? Entiendo que a veces los destinos son diferentes y que muy probablemente nos alejemos...