Capítulo 29.

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Capítulo 29.

Allie Jacksonville.

Se siente horrible estar sentada en una banca en el hospital, viendo a doctores correr con personas en una camilla, quizás cerca de la muerte. Ver personas llorando, sufriendo por ese ser querido, nunca me había encontrado en esa posición hasta el día de hoy. Estaba junto a Rebeca, Lucas, Hector y el hijo del sr. Nelson -otra vez lo dije-. Sentí una mano rozar mi cabello, haciendo que saliera de mis pensamientos. Miré y Rebeca me daba una sonrisa triste.

-Él estará bien, Allie.

-Tengo miedo - dije con los ojos llenos de lágrimas -, esto es mi culpa, Rebeca.

-No, no es tu culpa Allie. - Quita los mechones de mi cabello - deja de decir eso.

-Oye Rebeca.

-¿Si?

-Michael, aparte de su abuela, ¿nunca tubo a más nadie?

Esta niega.

-Bueno, desde que lo conocí la única persona que ha estado con él siempre es su abuela. Nunca pudo conocer a su mamá, y su papá pues... no se sabe si esta muerto o vivo.

-¿No tiene primos, tíos? - pregunté curiosa.

Esta niega.

-Su abuela sólo tubo un hijo, que es el padre de Mike.

-¿Y que hay de su abuelo?

-Murió cuando su padre tenía siete. Fue por un accidente en auto, o eso fue lo qué nos contó su abuela. El caso es que Michael no tiene a más nadie si no que a su abuela.

Sentí un inmenso dolor. El echo de que Michael solo tuviera a su abuela como familia, la verdad, duele mucho que no allá podido crecer rodeado de seres queridos.

-Necesito agua - dije suspirando - y vuelvo - dije acercandome a la pequeña cafetería que estaba allí cerca. Me senté y di un suspiro.

-Agua por favor - dije casi sin aliento.

El chico de la cafetería asintió a mi pedido.

-¿Es lo único que pedirás? - mire a mi lado y allí estaba el director de la escuela. Di una sonrisa de boca cerrada, asintiendo. -¿No es mejor una taza de café? - dice dándole un sorbo a la taza que tenía.

-Odio el café - dije riendo.

-No es raro, a la mayoría de los chicos no les gusta el café. Solo espera en unos cuantos años y verás.

-No creo. Ni en años bebería café.

-Aquí esta - dice el chico de la tienda.

-Gracias - saqué unas monedas de mi bolsillo.

-No, no, no Allie, ponlo a mi cuenta - dice este.

-Sr. Nelson...

-Déjalo Allie, no me molesta - duce sonriendo.

Asentí.

-Muchas gracias.

En serio necesitaba agua, sentía la garganta muy seca. Llegué al punto de casi beberla toda.

-Creo que tienes visita - dice este haciéndome una seña detrás de mi.

Mire hacía al frente y mis padres estaban allí justo a Levi. No dude ni un segundo y corrí a abrazarlos fuertemente, las lágrimas calleron de mis ojos.

-Mamá... - dije entre sollozos.

-Ya ya cariño - coloca mi rostro entre sus manos - se pondrá bien, ya lo verás.

La Primera Vez Que Te ViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora