Vegas se quedó sin palabras.
Pete parecía petrificado; se le había congelado una media sonrisa traviesa y falsa que sabría distinguir de una verdadera hasta con los ojos cerrados. Se ruborizó, pero no tanto como recordaba.
Está maquillado, pensó.
De todas formas, estaba precioso. Más delgado, incluso un poco demacrado, pero hermoso. Llevaba un gran collar trenzado de cuero que le cubría todo el cuello y le bajaba casi hasta la clavícula, y una delicada túnica que casi transparentaba sobre sus hombros finos, y Vegas tuvo que contenerse para no babear. El olor delicioso, espeso, no ayudaba. El alcohol en su organismo, tampoco.
"Vaya, vaya" Pete ladeó la cabeza, recuperándose poco a poco de la sorpresa. "Vivan los reencuentros incómodos"
Vegas parpadeó. Le daba vergüenza mirarlo, pero no era como si fuera fácil apartar los ojos de su rostro.
"¿Qué... qué haces aquí?" balbuceó, y Pete alzó una ceja.
"Me han llamado específicamente..." se mordió el labio inferior, sin moverse. "No tenías pinta de putero, Vegas..."
"Yo" Vegas se atragantó de nuevo "No... quiero decir, no estaba... sólo vine porque mi jef..."
"Eh" lo interrumpió él con suavidad "No me des explicaciones. Mírame, sigo siendo el que más bajo ha caído"
Tragó saliva, negando con la cabeza. Fue una mala idea; la habitación se tambaleó peligrosamente.
"Estas...¿tu...? ¿Qué haces..."
Pete se pasó los dedos por el pelo. Se sentó en la cama con un suspiro.
"Oh, Vegas" su sonrisa desapareció. Hundió el rostro entre las manos "Ojalá hubieras sido cualquier otra persona, cualquier otra."
Todavía no había respirado; inspiró con fuerza al empezar a marearse.
"Es... ¿cuándo...?" empezó, pero no pudo seguir. Pete bajó la mirada.
"Parece que ha pasado una eternidad" hablaba en voz baja, suave. Sus movimientos eran calculados, y su expresión era indescifrable.
No era el Pete ruidoso y espontáneo que recordaba. Pero, francamente, Vegas tampoco se sentía el mismo.
"Cinco años." consiguió decir al cabo de un rato, y él asintió.
"Lo has aprovechado al máximo"
¿Y tú?
"No... me va mal" dijo despacio, cuidadoso, y Pete asintió
"Doy por hecho que te fue bien en la escuela de negocios" dijo con una leve sonrisa, y Vegas bajó la mirada hasta su traje arrugado, su corbata perfectamente anudada y los gemelos brillantes en sus muñecas. Llevaba años trabajando en traje; su armario estaba lleno de ellos y prácticamente no se ponía otra cosa, pero bajo la mirada de Pete se sentía ridículo, como si volviese a tener veinte años y estuviese fantaseando con triunfar en la bolsa, antes siquiera de que le admitieran en la escuela de negocios. Como si fuese un niño jugando a ponerse el traje de su padre.
"Sí" admitió. Se sintió enrojecer; no tenía ni idea de qué decir. Las palabras se atragantaban en su garganta y se negaban a salir.
Llevaba años sin quedarse en blanco de esa forma. Concretamente, cinco. Los mismos que hacía desde que Pete había desaparecido desgarradoramente de su vida.
"Estás... estás precioso"
Pete desvió la mirada. Sonrió blandamente.
"Siempre sabías qué decir para descolocarme, ¿eh? No ha cambiado nada"

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PlayBoy
FanfictionVegas y Pete se reencuentran después de cinco años. A Vegas le ha ido bien. A Pete, no tanto. No es el reencuentro que ninguno de los dos habría imaginado.