Capítulo 3

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"Sí" mintió, con voz rasposa "Si, es... mi omega"

El policía asintió, ajeno a la tormenta en su interior. Soltó a Pete, que se acurrucó bajo su brazo sin decir nada. Temblaba. Vegas, también. Agarró la bolsa de viaje que llevaba y lo sujetó contra él; Pete ocultó el rostro en su hombro, y Vegas respiró hondo y todo se llenó de su olor dulce, fuerte por el miedo. Soltó el aire despacio y se concentró en no dejar que sus instintos tomasen el mando; no debía rugirle a aquel policía por haberlo agarrado, no debía revisarlo de arriba abajo en busca de heridas, y seguro que no debía cargarlo en brazos y sacarlo de allí al momento.

El policía los miraba sin decir nada, con el ceño levemente fruncido, y lo invadió el pánico.

"Vamos a casa" murmuró contra el pelo color caramelo de Pete, que sintió al instante. Olía genial, dulce y espeso; más fuerte de lo que recordaba "Voy a llevarte a casa, Pete, no te preocupes. Respira hondo"

Los dos hombres se relajaron al oírlo hablar.

"Puede que lo llamemos para declarar más adelante..." empezó a decir uno "Pero de momento es mejor que vaya con usted. Está muy nervioso"

Asintió.

"Gracias, agente" se obligó a decir, y se volvió hacia Pete "Vamos, Pete" lo agarró de la cintura para dirigirlo hasta su coche, y él se dejó con docilidad.

"Vegas" llamó en voz baja en cuanto estuvieron dentro del coche. Su voz débil sonaba tan vulnerable que le dolía el corazón. Apretó los nudillos alrededor del volante.

Te ha marcado. Alguien te ha marcado. Un alfa te ha marcado.

"¿A dónde te llevo?" Consiguió articular, y Pete se apresuró a rebuscarse en los bolsillos.

¿Dónde está tu alfa?

"...Aquí"

Agarró la tarjeta que le tendía. Era de un hotel a las afueras de la ciudad; sabía vagamente dónde estaba. Frunció el ceño.

"¿Vas a ir a un hotel...?" respiró, y él asintió con rapidez. "Arranca. Nos está mirando el policía "

Obedeció, pero en cuanto entró en la carretera principal suspiró.

"¿Qué ha pasado, Pete?"

Lo oyó respirar hondo, tembloroso.

"No puedo, Vegas, sólo... sólo llévame" rogó en voz baja, y giró la cabeza justo a tiempo para ocultar las lágrimas que ya sabía que le brillaban en los ojos. Lo conocía demasiado bien como para dejarse engañar.

"¿Estás bien?" murmuró, y él se estremeció. Asintió sin mirarlo.

"Llévame" repitió con voz pastosa, secándose las lágrimas con el dorso de la mano "Por favor"

Vegas cerró los ojos una milésima de segundo y siguió conduciendo. No insistió; ni siquiera cuando Pete hundió el rostro en las manos ni cuando se estremeció para sí.

No dijo nada cuando dejó el coche en el aparcamiento del hotel y apagó el motor. Pete lo miró con timidez.

"¿No vas... no vas a bajar conmigo?" Preguntó al final en voz baja.

Vegas se encogió de hombros, enfadado.

"¿Para qué?" Dijo con simplicidad, y Pete se mordió el labio inferior.

"Vegas..."

"No" lo interrumpió con suavidad "No, Pete, no... no funciona así. No puedes... aparecer de repente y... llamarme a la escena de un crimen y..."

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