Capítulo 13

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Lena se quedó paralizada

Pete contuvo la respiración.

Benz se removió a su lado. Empezaba a temblar; a pesar de sus esfuerzos, la pesada lluvia lo había calado en el último tramo. Debería darle un baño caliente y ponerle ropa seca; pensó inconscientemente en la ropa que había metido en las bolsas, y agradeció internamente haber metido varias prendas de abrigo.

"Quiero hablar con Vegas" repitió, y los ojos de Lena cayeron hacia Benz, que ya se acurrucaba contra su pierna con timidez, sin mirarla.

"Mientes" decidió ella en voz alta, haciendo ademán de cerrar la puerta de nuevo, pero Pete no le dejó. No podía permitírselo.

"Déjame hablar con él" insistió, y notó el cansancio en su propia voz. Lena no se movió ni un centímetro.

"Pete, no voy a permitir que te metas en esta casa. No sé de qué otra forma decírtel..."

"Escúchame" la interrumpió "No tienes que dejarme pasar, pero Benz es hijo de Vegas y puedo demostrarlo. Son las tres de la mañana. Deja que pase aquí la noche, mañana a primera hora vendré a por él. Te lo juro."

Lena se quedó callada. Miró a Benz, que todavía ocultaba el rostro en los bajos de su abrigo.

"¿Es tu hijo?"

Contuvo las lágrimas. Asintió despacio.

"¿Es... hijo de Vegas, en serio?"

Asintió de nuevo. Lena parpadeó.

"¿Se... él lo sabe?" murmuró. Parecía exhausta de repente, pero al menos parecía estar creyéndole.

"No" admitió en un susurro, y ella tragó saliva audiblemente.

"¿Y por qué no estáis los dos en... dondequiera que viváis?"

Pete se esforzó por mantener la cabeza alta. Teniendo en cuenta que Lena era más alta que él, no era algo fácil.

"No puedo decírtelo" dijo a través de los dientes apretados, y lo invadió el pánico al ver que su expresión cambiaba.

"Vegas" llamó en voz alta. Él ya se acercaba por el pasillo. Inspiró hondo para hablar en cuanto estuvo junto a ella, pero no la dejó hablar; levantó una mano en un gesto cortante.

"Lo he oído todo" dijo en un tono bajo, grave, y ella apretó los labios y se apartó a un lado. Pete leyó en su rostro la decepción y el enfado; lo leía como un libro abierto.

Se le cayó el alma a los pies. No se encontraba la voz. "Vegas" empezó en un murmullo.

"Me mentiste. Me utilizaste"

Parpadeó.

"Lo sabes" dijo con suavidad, y los ojos de Vegas se clavaron en él con dureza. Era la primera vez que lo miraban con frialdad, y no le gustaba la sensación. "Vegas, yo... puedo..."

"No quiero ninguna explicación. No quiero nada de ti. No tengo por qué ayudarte" hablaba despacio, impasible, pero veía en sus ojos que estaba herido.

"No te estoy pidiendo nada para mí. Pero Benz es tu hijo"

Vegas se quedó quieto por primera vez. Miró a Benz, que todavía escondía el rostro en el abrigo de Pete. Sus ojos avellana se abrieron un poco más.

"¿Es cierto?"

"Te lo juro" susurró. "Te lo juro por lo que quieras"

Él suspiró. Se frotó el rostro con las manos.

"No te creo" dijo al final, y Pete tragó saliva.

"Míralo" empezaba a preocuparle desmayarse en mitad de la conversación "es igual que tú. Tiene tus ojos y tu pelo y tu sonrisa. No tienes que creerme, tienes que tener ojos"

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