Capítulo 27

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Pete suspiró.

"Miralo" murmuró. Vegas obedeció; Benz tenía el ceño fruncido en una mueca de concentración que le recordaba a sí mismo, y pintaba algo con determinación en un papel, sin prestarles atención "¿te parece amenazante? ¿Lo vez capaz de imponerse a alguien?"

Vegas tragó saliva al entender lo que quería decir.

"Es omega" murmuró.

"Si"

Suspiró.

"Puede que no lo sea, Pete. Yo tampoco era muy agresivo cuando tenía su edad"

"Tú no has sido agresivo en tu vida, mi amor. Pero siempre has sido... alfa. Muy alfa. Y Benz es como una flor de jardín"

Vegas apretó los puños.

"Es perfecto así" susurró "Es fuerte y es inteligente y es perfecto. Es como tú. Es así como lo quiero"

Pete asintió, pero todavía había preocupación en sus ojos.

"No todo el mundo piensa eso"

Vegas se esforzó por borrar las horribles imágenes que empezaban a formarse en su cabeza.

"¿Crees que Kinn habría intentado...?"

"Kinn habría intentado cualquier cosa. No tenía escrúpulos"

Se dio cuenta de que estaba respirando demasiado fuerte.

"Le habría" se le cortó la voz "¿Le habría... puesto la mano encima?"

Pete tragó saliva.

"Lo habría intentado, seguramente " admitió "Pero yo...yo no lo habría permitido, Vegas. Nunca."

Se sintió enfermar. Se giró para mirarlo, mareado; parecía totalmente ajeno al mundo.

"Cómo puede estar ahí dibujando tranqui lamente " murmuró. Sintió la mano cálida de Pete sobre la suya "después de todo lo que ha pasado..."

"Oh, está siempre dibujando. Siempre, esté contento o triste. Creo que nuestro hijo no tiene talento nato para la pintura, pero al menos eso lo distrae. Lo ha mantenido fuerte"

Vegas lo miró.

"No. Has sido tú" dijo con suavidad, y él se quedó quieto. Sonrió despacio; estaba despeinado y tenía los ojos brillantes, un color miel tan intenso que podría perderse en él. Llevaba ropa especialmente seleccionada; había olisqueado todo lo que tenía y se había quedado con lo que "más olía a él", y ahora tenía que doblar las mangas para que sus manos no se perdieran en ellas. Vegas había aceptado el caos que se había formado en su armario sin inmutarse; le habría permitido cualquier cosa con tal de verlo hundir la nariz en la tela con insistencia, confortado por su olor.

"Sólo he hecho lo que tenía que hacer" murmuró, pero Vegas ya había perdido la capacidad de concentración.

"Eres hermoso" se encontró balbuceando. Pete le dedicó una mirada divertida.

"Todavía no me he duchado hoy, estos pantalones ya me quedan seriamente pequeños, y llevo una sudadera tan estirada y gastada que ni siquiera tiene dibujo, en serio, Vegas, ¿no tienes dinero para comprar más ropa? Creía que eras rico..."

Dejó de escucharlo en favor de inspeccionar la parte baja de su cuello. No recordaba nada tan satisfactorio como hundir la nariz en ese punto exacto, donde Pete olía dulce y familiar, donde cada célula de su cuerpo encontraba el único hogar que tendría nunca.

"Hm. Podrías ser portada de la revista Playboy" murmuró sin pensar.

Pete rió bajo sus labios.

"Soy un playboy. Bueno, lo era"

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