CORRE [TAEKOOK/VKOOK]✓✓

-PRÓLOGO-

La música resonaba en sus oídos, adoraba tener los audífonos al máximo volumen aunque esto no fuera exactamente saludable. Echó un vistazo por la ventana del avión, una sonrisa se formó en su rostro cuando pudo ver los mares delimitados por verdosas y rocosas montañas apareciendo justo debajo de él, ni siquiera estaba afuera, pero ya olía a su hogar.

No podía creer que por fin regresaba a casa, había pasado una larga temporada en Tokio y ahora estaba más que ansioso por volver a ver a su familia, sus ojos brillaban incandescentemente al recordar que sus padres seguro lo esperaban entusiasmados y sus hermanos le aguardaban con mil anécdotas divertidas de todo lo que habían hecho esos meses que no estuvo con ellos.

Viajar se había vuelto casi como andar en auto para él, era un requisito en su exitosa carrera como modelo, porque sí, él era eso, un famoso modelo surcoreano llamado Jeon JungKook. Muchas marcas rogaban por patrocinarle y contratarlo para pasarelas que se transmitían a nivel mundial; sin embargo, el chico era tan bueno en su trabajo que se podía dar el lujo de rechazar y aceptar tantas propuestas quisiera, aunque la mayoría de las veces aceptaba porque estar en la pasarela le llenaba de verdad, era su pasión.

Era por eso que se había ido tan joven de su querida y natal Busan, ahora que tenía 26 años podía ver todo en retrospectiva y jamás se arrepentiría de haber subido a ese camión en dirección a Seúl con ojos de corderito perdido y una pequeña maleta llena de expectativas y sueños que con mucho esfuerzo y dedicación consiguió alcanzar.

"Tripulación, preparar cabina para aterrizaje. Les solicitamos permanecer sentados con el cinturón de seguridad abrochado y sus pertenencias debajo del asiento delantero, gracias."

La voz de la sobrecargo le había llenado de emoción, cada vez estaba más y más cerca de llegar al aeropuerto de Gimhae, sonrió mientras se aseguraba de guardar sus cosas y se sacó los auriculares para poder escuchar las instrucciones atentamente a pesar de que ya se las sabía de memoria.

Después de un rato bajó del avión y caminó directo hacia la salida del aeropuerto, donde se topó con cierto chico que había extrañado más de lo que pensó. Al verlo, el contrario de cabello oscuro, ojos color oliva y piel acanelada sonrió limpiamente mostrando sus preciosos dientes perlados.

-¡JungKook!- saludó el más alto mientras abría sus brazos para abrazarlo.

-¡NamJoon-hyung!- se lanzó contento hacia su gran cuerpo y dieron una media vuelta debido al impulso que se generó.

-Pero mira lo alto que estás, casi eres de mi tamaño- le revolvió el cabello sin dejar de mirarlo afectuosamente.

-Deja de decir eso, bien sabes que mides casi 20 centímetros más que yo- puchereó alejándose un poco de él para mirar detrás de su mejor amigo- ¡Mi bebé!- empujó a NamJoon para quitarlo del camino y éste solo atinó a formar una mueca de indignación pura.

Su corazón latió con fuerza apenas llegó a estar frente a su precioso Audi R8 de color lila que tanto amaba, abrazó el auto con los ojos cerrados tanto como su cuerpo pudo abarcar y suspiró relajado.

-Cuidé bien de él, en mi cochera estuvo a salvo de todo- señaló su pecho con el pulgar demostrando su orgullo.

-Gracias hyung, en mi casa no había mucho espacio para él, pero no me dejaron llevarlo a Tokio- explicó mientras veía a su amigo guardar sus maletas en la parte de atrás.

-Creo que te llevarás una gran sorpresa cuando veas tu casa, pero anda, vamos, tu hermano te estará esperando, y yo lo quiero ver a él- soltó sabiendo que su menor haría una cara de asco y se sentaría de malas en el asiento de piloto.

-¿Sigues con ese raro flechazo por Jin-hyung? Iugh- frunció el ceño y arrancó el auto.

-¿Qué dices? No es un flechazo, solo, creo que pudo haber sido modelo sin problemas- miró hacia la ventana tratando de rehuir a la mirada incrédula de JungKook.