CORRE [TAEKOOK/VKOOK]✓✓

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La puerta de la sala de juntas se abrió dejando ver a un chico de cabello corto que entraba con la cabeza agachada y las manos sosteniendo un pequeño bolso de entrenamiento color negro.

El pelinegro que estaba sentado en una de las sillas giratorias mientras leía un libro se le quedó mirando con curiosidad.

—MinGyu, te he dicho que no subas los pies a la mesa— un hombre de cabello canoso y camisa azul entró detrás del castaño y cerró la puerta.

—Lo siento, ¿Sí?— resopló dejando el libro sobre la mesa.

El más alto de todos rodó los ojos y señaló al muchacho que seguía detrás suyo.

—Él es el modelo que estará contigo en el vídeo musical de 'Under'.

—Mucho gusto, soy Jeon JungKook, encantado de conocerlo, Kim MinGyu-ssi— se acercó tímidamente para hacer una reverencia.

MinGyu observó a JungKook de arriba a abajo, su sonrisa permanecía en su rostro, pero había algo en sus ojos que no coincidía con la calidez que mostraba.

—Así que tú eres el nuevo, ¿Eh? —dijo, extendiendo su mano para un apretón, pero cuando el menor la tomó, el cantante mantuvo su agarre un segundo más de lo necesario, con una presión que hizo que JungKook tuviera una sensación rara en el pecho— te ves nervioso, no hay razón para estarlo... por ahora.

El modelo soltó una pequeña risa nerviosa y apartó la mirada. El gerente de MinGyu los observaba, pero parecía ignorar el pequeño intercambio.

—Bueno, espero que te prepares bien para mañana, JungKook —dijo el más alto, liberando finalmente su mano—la cámara capta todo, ¿Sabes? Especialmente los errores.

El pelinegro le guiñó un ojo y se dio la vuelta, dejando a JungKook con una sensación extraña, como si acabara de pisar terreno desconocido sin darse cuenta.

La puerta de la habitación se cerró detrás de él, corrió hasta su cama y se lanzó de lleno sobre el colchón. Su cara se enterró en la almohada amortiguando el grito que soltó después de eso.

—¡¿Por qué demonios hice eso?!

Volvió a estrellar la cara contra la almohada unas 3 veces más antes de quedarse totalmente inmovil mientras soltaba pujiditos de desesperación. Recordó el momento, parte por parte, desde su cuerpo siendo acorralado por el mayor, hasta su boca sintiendo la suavidad de la contraria.

Se acostó sobre su costado y se tocó los labios con la yema de los dedos, aún no procesaba nada de lo que había sucedido, era cómo si hubiera pasado en un segundo, sin que él lo supiera.

Pero lo que hubiera sido, no, no podía ser. Y no sería de nuevo, jamás.

—Fue un impulso, fue una confusión— se repitió a sí mismo en voz alta cómo si eso lo fuera a hacer verdad.