Cap. 10 - Luke

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Tras haber hablado con mamá me sentí muy mal. Ella estaba realmente triste y decepcionada por mi conducta, creo que hubiera preferido que me gritara o dicho cosas peores. Pero el simple hecho de que me viera de esa forma, rompió mi corazón.

Me sentí mal por haber traicionado su confianza, pero seré realista, no me arrepiento de lo que hice. Porque Aemond realmente me gustaba, pero aún no estaba completamente seguro de que estuviéramos destinados. Habían pasado tres días de conocerlo nomás, sino lo sabía hasta ahora, cuando??. Mamá me había dicho que cuando Madre la beso por primera vez, supo que era su destinada. Yo no sentí lo que ella me había relatado, asique estaba confundido. Sentía que, de alguna forma estaban conectados, lo supo cuando lo beso, pero nada más que eso.

Todo era demasiado confuso, no podía pensar bien y las horas pasaban. Mamá me había dejado al menos despedirme de él, ¿pero cómo hacerlo? Cómo dejarlo?. Veía a mis madres, su relación y yo quería eso en mi vida, pero no estaba completamente seguro de que así sería con Aemond. Me dolía la cabeza asique cuando termine me dirigí a mi camarote, empecé a ordenar los dibujos que había hecho de él y los guarde en un gran cofre donde guardaba mis objetos más preciados. Al abrirlo empecé a ver cada uno de ellos y recordar mis aventuras en los lugares donde los encontré. Las peleas que tuve, los amigos que hice, las travesuras que realicé, los amantes, indistintos entre hombres y mujeres, que me enseñaron lo que ahora se.

Dagas, mapas, cartas de amor, caracoles, bolsas de oro y ahora, mis dibujos del único hombre que realmente llamo la atención de mi corazón. Cuando estaba acomodando todo, encontré una pequeña bolsa blanca, un poco sucia. No recordaba que la tenía, y cuando vi su contenido, el recuerdo vino a mí.

Hace años, paramos en una isla llamada Thart, estuvimos dos semanas ahí debido a problemas en el barco, lo que me dio el tiempo para hacer amigos nuevos. El lugar se llamaba "Isla de Zafiros" por sus aguas azules y verdes, era muy hermoso y todos eran muy amables. Un día fuimos a una cascada a bañarnos y pasar la tarde, todo parecía salido de un sueño y entre las piedras del río una llamo mi atención, era muy hermosa, de forma esférica y de un azul tan brillante que no podía dejar de verla. Sin dudarlo la guarde, uno de mis amigos me había dicho que era un zafiro y que era inusual encontrar uno, y más con esa forma.

Sonreí de vuelta al recordar esos días y un pensamiento invadió mi mente. Guardé los dibujos dentro del cobre y lo cerré.

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Llegó el almuerzo, todo bien hasta ahí. Mis madres hablaban con todas como era costumbre y yo me entretenía con las conversaciones, participando de vez en cuando. Después de ordenar todo, me cambié de ropa y me dirigí a la escalinata.

Cuando iba llegando pensaba en todo lo que había pasado y lo que podría llegar a pasar, me empecé a sentir mal y entonces su aroma llegó a mí. Lo vi, no pude creer que ya estaba ahí. Usualmente soy yo quien siempre llega primero, pero hoy estaba él, con su armadura, su espada y su cabello bien peinado. Volteo a verme y me sonrió de nuevo, se acercó a mí, no podía respirar.

A - Luke!. Estás aquí - aún con su sonrisa.

L - Si, es raro verte primero.

A - Pensé que no vendrías cuando llegué y no estabas.

L - Tuve más trabajo en el barco, por eso se me hizo tarde. Discúlpame, no quise hacerte esperar.

A - Estás aquí ahora, lo demás no importa. Dime, ¿llegaste bien ayer? Tus madres no te dijeron nada. - se acercó a mi preocupado y sostuvo mi mano.

L - No, sino no estaría aquí. - apreté su mano con fuerza y Vi que me miraba extraño.

A - Seguro que todo está bien? - me miró fijo, buscando una respuesta en mi mirada. Asique solo sonreí.

Una segunda oportunidad / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora