Cap. 4 - Luke

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A la mañana siguiente, me desperté más temprano de lo normal. No para navegar, sino para empezar con mis quehaceres, quería terminarlos antes del almuerzo para poder ir al mercado. A buscarlo.

Cuando llegue arriba, note que algunas chicas habían empezado sus tareas y pensé que mamá despertaría en cualquier momento.

C - Dos días seguidos? Esto es nuevo. - dijo a mis espaldas y me voltee rápidamente para ver la expresión de curiosidad y duda en su cara. En su bella cara blanca, como era posible que se viera tan hermosa a estas horas? Ni siquiera había salido el sol completamente y su mirada brillaba.

L - Buenos días... de verdad te sorprende? - pregunté algo dolido.

C - Sí. - sincera - solemos contar con tu presencia recién para el almuerzo. - se acercó a mí, acunando mi cara con una de sus delicadas manos y depositando un ligero beso en mi frente. Adoraba ese cálido toque de mi mamá y me deje ser - Tienes algo planeado, ¿no es así? – sus ojos se entrecerraron, sospechando.

Su pregunta me descolocó, ¿tanto me conocía como para darse cuenta? ¿Realmente me despertaba tan tarde como para ahora, levantar sospechas? Noté su sonrisa y respondí rápido, sin pensar.

L - Quiero salir al mercado después del almuerzo. - su sonrisa se hizo más grande, pero la disimulo al morderse el labio inferior.

C - Podemos ir ahora, tengo que ir a comprar cosas para las chicas.

L - No! - y sus ojos se ensancharon, sorprendida. - Digo, no hace falta. Tengo cosas que me encargo Madre y me gustaría empezar ahora. - en su mirada note, que no me creía.

C - De acuerdo, si tanto deseas empezar, te dejo tranquilo - ni siquiera disimuló la burla en su tono o en su mirada. - Iré con Meera, avísale a tu Madre si no llego para cuando despierte. Tu... Sigue en lo tuyo... - y su sonrisa se ensanchó aún más, levantando ambas cejas, señalándome.

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Estaba en el puente, rodeando una mesa con varios mapas del continente, pensando en una mejor ruta a nuestro siguiente destino. La mañana era cálida, la brisa soplaba con pausa, con calma, por lo que tuve que sujetar los mapas con un par de piedras para que no se doblaran. Escuche pasos acercarse y una voz.

D - Despierto a esta hora??.

Revolee los ojos al escuchar a mi Madre. Dioses, ¿tan perezoso era? ¿Debería empezar a cambiar? Mamá es una de las primeras en despertar y en organizar el día. Si algún día quería dirigir un hogar como ella, debería empezar a mejorar mis hábitos. "Cómo él podría reconocerme como buen compañero, si me la pasaba durmiendo?" Pensé.

Se acercó a mí, depositando un beso en mi cabeza, mientras con su mano desordenaba mis rizos. Siempre se sintió cálida esa muestra de afecto, reclamada por ella, ya que era la única que lo hacía. La mire, era sencilla al vestir, pero muy fina. Su pantalón tiro alto suelto, ajustado a la altura de la cadera, la hacía lucir más alta de lo que ya era. Tenía una camisola suelta, con mangas largas arremangadas a la altura del codo, sujetada por un pequeño corsé que acentuaba mas su figura. La parte del cuello era demasiado suelto, haciendo notar su pequeño busto cada vez que el viento soplaba, y la marca que mi mama había hecho hace años en su clavícula, aparecía de tanto en tanto. Esa marca que significaba lo fuerte que era su vínculo, ya que era extraño que un omega marcara a su Alfa, y que este, lo mostrara sin ningún pudor.

Cada vez que la veía, anhelaba una unión igual. Ellas realmente se amaban, se complementaban muy bien, y yo quería lo mismo en mi futuro.

D - Tu mamá? - dijo con un bostezo atravesando la pregunta, alejándose de mí.

Una segunda oportunidad / LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora