Guilty [Hyunlix]

23

— Entonces empecé a ir a primer grado, mi maestra es muy vieja, tiene como 200 años, pero es muy amable conmigo y siempre lleva galletas. — el niño estaba sentado al lado suyo contándole anécdotas mientras balanceaba los pies frenéticamente.

— Woah, seguro debe ser muy difícil estar en ese curso.

— No, mamá Jeongyeon me ayuda con los deberes, pero es muy fácil.

— Creo que eres un niño muy inteligente, tal vez de grande seas un científico o algo así. — Félix realmente estaba disfrutando de la conversación.

— Yo quiero ser un dibujante como mi Hyung. — el rubio rio, ese niño hablaba hasta por los codos.

— Pero Hyunjin es escritor, no dibujante.

— ¡Él también dibuja! Hace una semana hizo una pintura de unas flores y ahora está colgada en la cocina.

Eso era algo que no sabía, tenía en cuanta que Hyunjin era un artista neto, le encantaban los graffitis que hacía y obvio los poemas que de vez en cuando le dedicó, siempre los tendría presentes, solo no sabía que él pintaba y dibujaba, tal vez empezó a hacerlo después de su ruptura y él nunca se dio cuenta, en fin.

— ¿Oye Sunoo, sabes que está mal escaparse de mamá? — Hyunjin se acercó al lugar caminando para quedar enfrente de su hermano.

— ¡Hyunjin Hyung, mira con quién estoy hablando!

La cara tranquila del peli azul cambió a una sería cuando miró los ojos color miel del chico rubio. — ...Hola.

Félix saludó con la mano e inmediatamente miró al pasto para que sus mejillas rojas ni se notarán. — Sunoo ya es hora de que te vayas.

Hyunjin asintió y cargó a su hermano, quien hacía maniobras inútiles para poder librarse del agarre de su mayor. — Es suficiente con tu jueguito, vamos a casa, seguro tienes hambre.

— ¡Noooo, yo me quiero quedar con Lix! — el menor pataleaba en busca de bajarse de esos fuertes brazos.

— Sunoo, ya estuviste mucho tiempo aquí, Félix debe tener cosas que hacer. Además, mamá tiene un batido de fresa especialmente para ti.

— ¡¿De fresa?! — Hyunjin asintió. — Déjame bajar tonto. — apenas Hyunjin lo dejó en el piso, el niño salió corriendo en dirección a su madre, no sin antes despedirse de Félix con un fuerte abrazo.

Los dos chicos quedaron solos, Hyunjin se limitó en mirar a Félix apenas unos segundos y después apartar su mirada. — Me alegra que te hayas graduado...

Hyunjin y Félix ahora solo son extraños con recuerdos.

Félix seguía sin poder ponerle un ojo encima debido al nerviosismo y vergüenza. — Gracias, igualmente.

En ese momento sintió como Hyunjin soltaba un sonido de aprobación y empezaba a caminar lentamente haciendo que las hojas secas en el piso crujieran, apretó sus puños contra la tela elástica de su pantalón, no, así no podían quedarse para toda la vida, solo iba a estar vivo una vez y tener que vivir así no era lo que quería para él, si intentaba hacer algo y fallaba iba a ser mejor que si no lo hacía y se quedara con la duda para toda la vida.

Se levantó rápidamente de la banca y a zancadas caminó hasta estar lo más cerca posible a la espalda de Hyunjin. — Hyunjin, espera... por favor.

El nombrado le regresó la mirada. — ¿Qué pasó? ¿Necesitas algo?

— ¿Podemos hablar?

(...)

— Me preguntaste si podíamos hablar, pero solo estás jugando con tus manos sin decir una palabra. — Hyunjin reía un poco mientras estaba sentado con Félix intentando mimetizar los nervios que le tenían a flor de piel.