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Lee Félix, todo un caso.

En su universidad es tan popular como una celebridad y lo conocen por ser tan guapo como un modelo de pasarela, aunque realmente solo un simple estudiante universitario de último año en Derecho.

Con un cabello rubio claro, algo seco, de las incontables veces que lo decoloró y pintó para que no se note su castaño oscuro natural, además de unas hermosas pecas, muy raras de ver en Corea a decir verdad, labios grandes y carnosos que a cualquiera le encantaría besar y un cuerpo hermoso que atraía miradas tanto de chicos y chicas.

Así era Lee Félix.

El típico chico popular, proveniente de una familia con prestigio y buenas calificaciones, pero con una personalidad muy juguetona y vacilante que parecía atraer a un rollo de jóvenes con expectativas altas.

El típico chico popular del que todo el mundo se jactaba tener su amistad, pero probablemente Félix muy apenas recuerde sus nombres. Los tenía comiendo de sus manos sin decirles una sola palabra.

El típico chico popular con un grupito de amigos pegajosos, guapos y de buenas familias, igual de populares que él y con una personalidad casi tan fuerte como la de él, claro que sí, algo cliché a decir verdad.

Todos los días tomaba varios minutos para escoger que se pondría ese día, no tenía ningún propósito sinceramente, ya que todos los días recibía los mismos comentarios "Félix, te ves increíble..." "Eres lo más lindo..." "Lee, que buen culo...", pero pensándolo bien valía la pena perder algo de su tiempo con el propósito de recibir atención de los demás, a veces eran idiotas con un cerebro tan pequeño como una nuez que no podían decir un comentario que no sea insinuándosele, pero así era a lo que estaba acostumbrado, no podía hacer algo al respecto y tampoco lo haría si pudiera.

(...)

Maldita sea esa alarma que decidió poner desde el primer día de clases, siempre justo cuando la parte buena de esos sueños raros que Félix tenía empezaba a sonar, varios "ring-ring" llegaban para sacarlo del cálido mundo de los sueños.

Poner los pies en la tierra un día más es difícil, en especial para ese rubio que odia despertarse antes de las 11h, pero por su apretado horario universitario la mayoría de días le toca hacerlo a las 6h30.

Su pijama (si así se le podía llamar) era muy fea, prácticamente era un conjunto negro (o blanco sucio) que más que para dormir parecía para arreglar autos viejos, pero era muy cómodo, eso sí.

Los pódcast era algo a lo que no estaba acostumbrado cuando quería escuchar algo mientras hacía cualquier cosa, en vez hacía una llamada a cualquiera de sus amigos más cercanos, eran demasiado parlanchines, lo que era divertido de escuchar, llamó a Minho quien no demoró más de un minuto en aceptar la llamada y apenas estaba en ella unió a los dos amigos que faltaban para completar su grupito.

Félix llevaba su celular al baño para escuchar lo que decían mientras él se lavaba los dientes.

— ¡Holaaaa amiguitos! — la voz de Minho siempre era sorprendentemente alta.

— ¿Minho? ¡¿Por qué mierda llamas tan temprano?! Deja de ser tan rompehuevos y hazme el favor de no llamarme a estas horas. — Ese era Jeongin, a pesar de ser el menor entre ellos era muy pasivo-agresivo por no decir solo agresivo con todo lo que decía.

— Innie haznos un favor y ~cállate~, pareces idiota. ¿No te das cuenta de que tenemos clases en como una hora? — Chan era un sumbae dos años mayor al igual que Minho, pero a diferencia de él, Chan se encargaba de que esos amigos tuvieran paz por lo menos unos minutos hasta que las peleas tontas le ganarán.

Guilty [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora