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— ¿Entonces vas a hablar o nos piensas mentir de nuevo? — Jeongyeon era la única que hablaba, Nayeon y su corazoncito de pollo no tenían la fuerza para regañar así a sus hijos.

— No sé de que están hablando. — se defendió inútilmente.

— Hyunjin... — amenazó con esa mirada que solo una madre enojada le podía dar.

— ¡Bueno! ¡Está bien! Ayer volví después de las 12.

— ¿Así de fácil? — Hyunjin asistió. — Bien, si así quieres las cosas... Estás castigado, por un mes, no vas a salir en la noche.

— ¡¿Qué?! — Se paró de su silla con brusquedad.

— No me hagas volver a repetirlo.

— Pero mamáaa, ya tengo casi 22 años, no me pueden castigas así.

— Es nuestra casa y harás lo que nosotras te digamos, cuando tengas tu casa vas a hacer lo que se te dé la gana.

— Pero ustedes son las que no me dejan independizarmeee.

— Nadie te tiene con una cadena atado aquí, ¿o sí? — Hyunjin negó con enojo. — Entonces estás castigado.

— Pero mamáaa, por lo menos déjame ir hoy al club.

— Es mi última palabra Hyunjin.

— Pero Jisung y Changbin se van a presentar, van a rapear y será genial.

— Pues felicidades por ellos. No irás.

— Mamáaa. — ella lo miró sin ni un poquito de pena, tenía que sacar la artillería pesada. — Llevaré a Sunoo al jardín de infantes. — Jeongyeon no se inmutaba — Lavaré los platos. — Ni reaccionaba, Hyunjin solo tenía una carta más. — Llamaré a todas y cada una de mis tías para felicitarlas y responderé a cada una de sus oraciones de forma amable.

— Llegas después de las doce y te quito la moto Hwang. — advirtió.

— ¿Acaso nunca fueron jóvenes? ¿Quién en su sano juicio se va de una fiesta a las 12? Hasta las cuatro. — vaciló.

— Doce y hay trato.

— Tres y media y hago todo lo que prometí antes del viernes. — Las mujeres se miraron por unos segundos hasta que Nayeon asintió.

— Tres y te estamos dando compasión mocoso.

— Trato.

Hyunjin iba a salir corriendo de la oficina pero una voz lo detuvo. — Pero si mañana llegas un solo minuto tarde, estarás castigado hasta que el año termine.

— ¡Pero para eso faltan como 4 meses!

— Entonces asegúrate de llegar aquí a las dos y cincuenta y nueve. — en esa familia todos tenían una aura amenazante.

— Eso haré.

(...)

Tuvo que sacrificar su delicioso desayuno para poder llegar al campus con 15 minutos de antelación a su última clase, usaría ese tiempo para ver a Félix, por lo que sabía él siempre llegaba más pronto a todas partes, por eso tenía una fuerte esperanza de que estuviera ahí.

Intentando esquivar a toda la gente curiosa fue a la cafetería, seguro ahí estaba, todos los días se la pasaba ahí cuando no tenía clases.

Lo encontró sentado con el que creía que se llamaba “Chan” o por lo menos así se presentó el día anterior. Sin nada de pena se sentó frente a ellos y saludo con la mano al más alto, pero saludo de una forma diferente a Félix, a él le sacudió el cabello hasta que quedará completamente desordenado.

Guilty [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora