Mi Imperio

Capitulo 5

Con el entusiasmo palpable y el plano del horno de fundición en mis manos, me dirigí hacia el taller del ingeniero recomendado por mi padre. La luz del sol se filtraba entre las nubes, iluminando el camino mientras recorría los pasillos del castillo hacia la zona donde los artesanos y expertos trabajaban en sus oficios.

Al llegar al taller, encontré al ingeniero ocupado en su labor, supervisando el trabajo de su equipo. Me acerqué con respeto, consciente de que estaba a punto de compartir con él mi visión para el futuro de Pendragon.

—Ingeniero— lo saludé con cortesía, —mi padre me recomendó hablar contigo sobre un proyecto importante para el reino. Se trata de la construcción de un horno de fundición que nos permitirá producir nuestras propias láminas de hierro.—

El ingeniero, un hombre experimentado con líneas de experiencia marcadas en su rostro, me miró con interés —Ah, has venido por el proyecto del horno de fundición. Tu padre habló muy bien de ti y de tus ideas innovadoras. Cuéntame más sobre lo que tienes en mente.—

Extendí el plano del horno de fundición, detallando cada parte con entusiasmo. Le expliqué cómo esta iniciativa podría ayudar a superar la crisis económica del reino y revitalizar nuestra producción interna de recursos esenciales.

El ingeniero escuchó atentamente, haciendo preguntas pertinentes y expresando su opinión sobre la viabilidad técnica del proyecto. Su experiencia se reflejaba en la forma en que evaluaba cada detalle y consideraba los desafíos prácticos.

—Es una propuesta ambiciosa, pero viable— comentó finalmente —Necesitaremos ajustar algunos detalles y asegurarnos de tener los recursos adecuados, pero creo que podemos llevarlo a cabo.—

Con esa afirmación, comenzamos a planificar los siguientes pasos. La dualidad entre la tradición y la innovación se manifestaba en la colaboración entre un ingeniero experimentado y un joven con una visión audaz para el futuro. Juntos, nos embarcamos en el desafío de construir un horno de fundición que podría cambiar el destino de Pendragon.

Con el plano del horno de fundición extendido sobre una mesa en el taller del ingeniero, comencé a explicar con entusiasmo los beneficios que esta iniciativa podría aportar al Reino de Pendragon y a su producción.

—Ingeniero, este horno de fundición no solo nos permitirá producir nuestras propias láminas de hierro, sino que también reducirá nuestra dependencia de fuentes externas. Podremos fortalecer nuestra economía interna y garantizar un suministro constante de este recurso esencial— comencé, señalando las áreas clave del plano mientras hablaba.

—Con láminas de hierro producidas localmente, podremos mejorar la calidad y la eficiencia de la fabricación de herramientas, armas y otros productos. Esto no solo impulsará nuestras capacidades industriales, sino que también generará empleo en la región, ayudando a mitigar la crisis económica que enfrentamos— agregué, destacando los beneficios a nivel económico y social.

El ingeniero asentía mientras continuaba escuchando, sus ojos evaluando cada detalle del plano —Además— continué —al tener un control más directo sobre la producción de láminas de hierro, podemos explorar oportunidades para la innovación en la forja y la creación de nuevos productos que podrían ser comercializados dentro y fuera de Pendragon.—

La dualidad de la tradición y la innovación se desplegaba en la conversación, ya que adaptábamos las ideas modernas a la realidad de la era medieval. —Esta no es solo una solución a corto plazo— concluí —sino una inversión en el futuro de Pendragon, una oportunidad para fortalecer nuestras capacidades y construir una base sólida para las generaciones venideras.—

El ingeniero asimilaba la información, sus ojos reflejando la ponderación de un profesional con experiencia. La colaboración entre visiones audaces y conocimiento técnico estaba en marcha, y juntos explorábamos cómo esta iniciativa podría transformar la producción y la economía de Pendragon para mejor.