― Padre, ¿podemos hablar un momento? ―dije mientras entraba en la sala de audiencias, donde mi padre solía ocuparse de los asuntos de estado.
― Por supuesto, Liam. Siempre tengo tiempo para ti ―respondió él, levantando la mirada de los papeles que tenía sobre su escritorio.
― He estado revisando los avances del reino y tengo algunas propuestas que me gustaría discutir contigo ―comencé, tomando asiento frente a él.
Mi padre asintió, invitándome a continuar con un gesto de su mano.
― En primer lugar, me gustaría hablar sobre una nueva arma que hemos estado desarrollando. La hemos llamado "Kar 98". Es una versión mejorada de nuestras armas actuales, con ciertas mejoras en su diseño y rendimiento. Creemos que podría ser una adición valiosa a nuestro arsenal, especialmente en el contexto de las recientes tensiones en la frontera ―expliqué, presentando los detalles del proyecto.
Mi padre escuchaba atentamente, asimilando la información mientras tomaba algunas notas en un bloc de notas.
― Entiendo. ¿Cuáles son las principales mejoras que ofrece esta nueva arma? ―preguntó, mostrando interés en los detalles técnicos.
― Principalmente, hemos mejorado la precisión y la potencia de fuego. También hemos hecho algunos ajustes en el diseño para que sea más ergonómica y fácil de manejar para nuestros soldados. Creemos que estas mejoras nos darán una ventaja significativa en el campo de batalla ―respondí, destacando las características clave del Kar 98.
Mi padre asintió, sopesando la información que le había proporcionado.
― Interesante. Continúa.
― Además, quería informarte sobre el progreso de nuestro proyecto para establecer escuelas públicas en las zonas más importantes del reino. Creemos que invertir en educación es fundamental para el futuro de nuestro país. Estas escuelas proporcionarán una educación básica a los niños y jóvenes, ayudándoles a desarrollar habilidades y conocimientos que les serán útiles en la vida cotidiana y en el mercado laboral ―expresé, compartiendo mi entusiasmo por esta iniciativa.
Mi padre asintió, mostrando su aprobación.
― Estoy impresionado por tus propuestas, Liam. Parece que has estado ocupado trabajando en proyectos que beneficiarán mucho a nuestro reino. Continúa así ―me dijo, con una sonrisa de orgullo en su rostro.
― Gracias, padre. Haré todo lo posible para seguir contribuyendo al progreso y la prosperidad de Pendragon ―respondí, agradecido por sus palabras de aliento.
― Estoy seguro de que lo harás. Ahora, ¿hay algo más que necesites discutir? ―preguntó, mostrando disposición para abordar cualquier otro tema que pudiera estar en mi mente.
― Por el momento, eso es todo. Gracias por escucharme, padre ―respondí, levantándome de mi asiento y preparándome para retirarme.
― Siempre estoy aquí para ti, Liam. No dudes en venir a mí si necesitas ayuda o consejo ―me recordó, con una expresión de afecto en su rostro.
Asentí, agradecido por su apoyo, y salí de la sala de audiencias, satisfecho con la conversación que habíamos tenido.
Después de salir de la sala de audiencias, me dirigí hacia el área donde se encontraba el jefe de ingeniería del reino. Mientras caminaba por los pasillos del palacio, mi mente estaba llena de pensamientos sobre los nuevos proyectos que estábamos desarrollando y los desafíos que enfrentábamos como nación.
Por un lado, estábamos trabajando en la creación de nuevos automóviles, una empresa ambiciosa que nos permitiría avanzar en términos de transporte y movilidad. Sin embargo, también era crucial seguir desarrollando nuestras capacidades militares, especialmente en un momento en que las tensiones en la frontera estaban en aumento.
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Mi Imperio
RandomSigue la vida de Liam, un valiente sargento con experiencia militar y habilidades de ingeniería, quien, tras perder la vida en un acto heroico, se encuentra reencarnado en un mundo medieval en el Reino de Pendragon. Consciente de su vida pasada, Lia...