Guerra...... Horror..... Sufriendo.
El infierno de la tierra donde la mayoría no regresa.
La historia se desarrolla en un mundo devastado por la guerra, donde dos razas, los monstruos y los humanos, se enfrentan en un conflicto sangriento y brutal...
La noche había sido implacable, y el día siguiente amaneció en medio de los escombros y lamentos de la guerra. Frisk, entre la inconsciencia y la realidad, poco a poco abrió los ojos. La visión borrosa y el dolor en su cuerpo indicaban que algo grave había ocurrido. Encima de él, varias tablas de madera pesada lo mantenían atrapado.
Las voces familiares de Chara y otros soldados se filtraron en su conciencia. Chara, con urgencia en su tono, insistía en encontrar a Frisk entre las tablas. Frisk, aún aturdido, intentó comprender la situación.
Chara: (preocupada) ¡Frisk! ¿Puedes oírme?
Frisk dio un quejido de dolor en señal de afirmación. Poco a poco, las tablas de madera fueron retiradas, revelando la angustia en los ojos de Chara. Otro soldado, junto a él, no tuvo la misma suerte. Estaba muerto y olía horrible, La realidad de la guerra estaba presente en la figura inerte y sin vida a su lado.
Chara: (abrazando a Frisk) ¡Oh, por todos los dioses, estás vivo!
Frisk, aún en estado de shock, abrazó a Chara con fuerza. La proximidad del otro soldado muerto era un recordatorio crudo de la fragilidad de la vida en medio de la brutalidad de la guerra.
Chara: (acariciando el cabello de Frisk) Descansa un poco. Estás a salvo ahora.
Mientras Chara consolaba a Frisk, otro soldado se acercó, gritando que necesitaban la ayuda de Chara para apartar tierra y madera. Chara, dejando a Frisk temporalmente, le aseguró que regresaría pronto y se unió a la tarea de rescate.
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Frisk, sentado entre los restos del refugio, observó el caos que lo rodeaba. La realidad de la guerra estaba frente a él, en cada escombros, en cada grito, y en el olor penetrante de la muerte. La tragedia se manifestaba en cada rincón de aquel campo de batalla, y Frisk, aún temblando por la cercanía de su propia muerte, se enfrentaba a la cruda verdad de la guerra.
Mientras los soldados continuaban sus labores de rescate, Frisk se sumió en sus pensamientos. La guerra había cambiado todo, incluso la percepción de la vida y la muerte. En medio de la devastación, la humanidad de aquellos atrapados en la tormenta de la guerra se mostraba en su máxima expresión.
Chara, regresando junto a Frisk, lo encontró aún en estado de conmoción. Se sentó a su lado, compartiendo el peso del dolor y la pérdida.
Chara: (suavemente) Esto no tiene sentido, Frisk. Pero estamos juntos, ¿de acuerdo?
Frisk, incapaz de encontrar palabras, asintió. Mientras el sol se alzaba sobre un campo de batalla desgarrado, Frisk y Chara enfrentaron juntos las secuelas de la guerra, donde cada rescate, cada pérdida, dejaba una marca indeleble en sus almas.
El capitán se acercó a Frisk y Chara, evaluando la situación. Preguntó directamente a Frisk si estaba herido, y la respuesta negativa fue seguida por el lanzamiento de una bolsa.
Capitán: (serio) Toma esto. Busca a los demás.
Frisk asintió, tomando la bolsa con determinación. El capitán se dirigió a Chara, encomendándole la tarea de ayudar a mover a los heridos. Chara, mirando con preocupación a Frisk, recibió la orden y se dispuso a cumplirla.
