5°𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝐷𝑒𝑏𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑦 𝑉𝑖𝑔𝑖𝑙𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎

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La noche envolvía las trincheras en su manto oscuro, cubriendo el campo de batalla con una quietud tensa y ominosa. Chara y Frisk se encontraban sentados junto a la entrada de la trinchera, compartiendo un momento de relativa calma en medio del caos de la guerra.

Chara: (susurrando) ¿Crees que algún día todo esto termine?

Frisk miró al cielo estrellado, buscando las palabras adecuadas para expresar sus pensamientos.

Frisk: (con tono pensativo) Quiero creer que sí. Pero a veces, la esperanza parece tan distante...

Chara asintió en silencio, comprendiendo el peso de las palabras de Frisk. En medio de la oscuridad, las conversaciones se volvían más íntimas, permitiendo que los sentimientos más profundos emergieran entre ellos.

Chara: (desviando el tema) ¿Recuerdas cuando éramos solo unos niños, jugando en el jardín de tu casa?

Una sonrisa melancólica se dibujó en el rostro de Frisk al evocar aquellos recuerdos más inocentes.

Frisk: (nostálgico) Sí, esos fueron tiempos más simples. Parece una vida pasada...

La conversación se desvió hacia momentos más felices, lejos del estrés y la angustia de la guerra. Chara y Frisk compartieron anécdotas y risas, encontrando consuelo temporal en los recuerdos de un pasado más tranquilo.

Chara: (riendo suavemente) ¿Recuerdas cuando intentamos construir una casa en el árbol y terminamos cayéndonos?

Frisk: (riéndose también) ¡Sí! Fue un desastre total, pero también fue divertido.

A medida que hablaban, la tensión en sus hombros se disipaba, reemplazada por un sentido de conexión y camaradería. A pesar de las circunstancias adversas que los rodeaban, encontraron consuelo el uno en el otro, compartiendo la carga emocional de la guerra.

Frisk: (más serio) A veces me pregunto si podremos regresar a esa inocencia perdida...

Chara: (poniendo una mano en el hombro de Frisk) Tal vez no podamos volver al pasado, pero podemos construir un futuro juntos, Frisk. Uno en el que la paz y la felicidad sean una realidad.

Las palabras de Chara resonaron en el corazón de Frisk, llenándolo de esperanza en medio de la oscuridad. Sabían que el camino hacia la paz sería largo y difícil, pero juntos, estaban determinados a enfrentarlo.

Frisk: (con una sonrisa leve) Gracias, Chara. Por estar aquí conmigo.

Chara: (devolviendo la sonrisa) Siempre, Frisk. Siempre estaremos juntos, pase lo que pase.

El capitán se aproximó a Frisk y Chara con una expresión severa en el rostro, interrumpiendo su tranquila conversación nocturna.

Capitán: (serio) Menos charla y más vigilancia, soldados. Necesitamos estar alerta en todo momento.

Frisk asintió con seriedad, consciente de la gravedad de la situación. Hizo el saludo militar en respuesta a la orden del capitán.

Frisk: Sí, señor. Entendido.

El capitán dirigió su mirada hacia Frisk, evaluándolo con detenimiento antes de tomar una decisión.

Capitán: Soldado Frisk, es tu turno de estar de guardia en el nido de ametralladora al sur. Los demás soldados te estarán esperando allí.

Frisk asintió nuevamente, preparándose para cumplir con su deber asignado.

Frisk: Entendido, señor. Me dirigiré allí de inmediato.

Con determinación en su mirada, Frisk se despidió de Chara y se encaminó hacia el sur de la trinchera, donde lo esperaba su próxima tarea. Caminó con paso firme, consciente de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros en medio del peligro constante de la guerra.

Al llegar al nido de ametralladora, Frisk encontró a los otros soldados preparados para la guardia nocturna. Intercambiaron saludos breves antes de que Frisk asumiera su posición designada. La noche envolvía el campo de batalla con su manto oscuro, pero Frisk se mantuvo alerta, vigilando atentamente los alrededores en busca de cualquier signo de peligro.

El sonido de disparos lejanos resonaba en la noche, recordándole a Frisk la constante amenaza que enfrentaban. Sus sentidos estaban agudizados, preparados para responder ante cualquier eventualidad. Cada sombra, cada sonido, era una señal potencial de peligro que debía ser evaluada con cautela.

El tiempo pasaba lentamente mientras Frisk permanecía en su puesto, su mente enfocada en su deber y en la seguridad de sus compañeros. Cada momento de calma era interrumpido por el chirrido de los insectos nocturnos y el ocasional estallido de lejanos proyectiles.

Frisk se mantuvo firme, resistiendo el cansancio y la fatiga que amenazaban con adormecer su vigilancia. Recordó las palabras del capitán y se esforzó por mantenerse alerta, consciente de la importancia de su tarea en la defensa de la trinchera.

La noche avanzaba sin incidentes mayores, y Frisk se sentía aliviado al ver el primer destello de luz del amanecer en el horizonte. Pronto sería relevado de su guardia, permitiéndole descansar y recuperarse antes de enfrentar otro día en la implacable guerra que los rodeaba.

Con un suspiro de alivio, Frisk esperó pacientemente el cambio de guardia, listo para informar a sus compañeros sobre cualquier actividad sospechosa durante su turno de vigilancia. La guerra no esperaba, y Frisk estaba decidido a cumplir con su deber con honor y valentía, incluso en los momentos más oscuros de la noche.

Frisk observó con creciente tensión cómo se acercaban los soldados monstruos en la distancia, advirtiendo a sus compañeros para que se prepararan para el inevitable enfrentamiento. La urgencia llenaba el aire mientras se preparaban para repeler el ataque enemigo.

Frisk: ¡Soldados monstruos al horizonte! ¡Preparen la ametralladora!

Los soldados que lo acompañaban reaccionaron con rapidez, agarrando sus fusiles y poniéndose en posición para defender la trinchera. Frisk sintió la adrenalina correr por sus venas mientras se preparaban para el enfrentamiento que se avecinaba.

El sonido ensordecedor de la ametralladora llenó el aire, marcando el inicio del tiroteo contra los soldados monstruos que se acercaban. Los disparos resonaron en la oscuridad de lo que quedaba de la noche, creando un caos frenético mientras ambos bandos intercambiaban fuego.

Frisk apuntó con determinación, disparando contra un monstruo que caía al suelo con un estruendo. Sin embargo, la victoria fue efímera cuando el enemigo lanzó una granada en respuesta, desatando el caos en el nido de ametralladora.

El soldado encargado de la ametralladora intentó desesperadamente devolver la granada, pero fue demasiado tarde. La explosión estalló en su mano, cobrándose la vida de casi todos los soldados en el nido. Frisk quedó aturdido por la violencia del estallido, incapaz de procesar la tragedia que acababa de presenciar.

El doloroso grito del soldado herido resonó en el aire, mientras la muerte se cernía sobre ellos en medio del humo y el caos. Frisk miró con horror mientras el soldado monstruo avanzaba hacia ellos, su rifle listo para disparar.

Soldado Monstruo: (dirigiéndose a sus compañeros) ¡Todos están muertos! Avancemos.

Frisk, paralizado por el miedo, observó impotente cómo el soldado monstruo se acercaba. Sin embargo, algo en la mirada de Frisk, lleno de temor y confusión, pareció tocar una fibra sensible en el corazón del enemigo.

El soldado monstruo detuvo su avance, desviando la mirada de Frisk hacia sus compañeros caídos en el suelo. Con un gesto de compasión, decidió dejar de apuntar a Frisk, reconociendo la humanidad en sus ojos a pesar de la guerra que los separaba.

Soldado Monstruo: (murmurando para sí mismo) No puedo... no puedo hacerlo. Se ve muy joven.

Con un suspiro de alivio, Frisk observó cómo el soldado monstruo y sus compañeros se alejaban del nido de ametralladora, dejándolo solo entre los escombros y los cuerpos de sus camaradas caídos.

La tensión se disipó lentamente mientras Frisk se dejaba caer al suelo, abrumado por la magnitud de lo que acababa de presenciar. La oscuridad lo envolvió mientras su conciencia se desvanecía y se sumía en la inconsciencia, dejando atrás el caos y la devastación de la batalla.

Wartale | AU "Donde Las Flores Mueren"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora