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1:35 pm 03/03

— Mierda... - susurré al ver la hora

Al parecer no había escuchado la alarma y falté a clases, no me preocupe mucho por eso, pero luego recordé mis clases con ese profesor.

Suspiré y tomé mi teléfono para ver si tenía algún mensaje de Ámbar, de ella no tenía, pero de un número desconocido si.

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Chat

· Hola, Hanna. Soy tu profesor,
  ¿Por qué faltaste hoy?.
   ¹:¹⁵

Buenas tardes, lo siento, ·
Me quedé dormida
¹:⁴⁰

· Está bien, te espero en mi casa
  a las 2:00.
  ¹:⁴²

¿Está seguro de querer hacer la clase? ·
La hora ya pasó. 
¹:⁴²


· Si.
  ¹:⁴²

Visto

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Sinceramente no tenía ganas de ir, pero no podía decirle que no a un profesor, sentía que quedaba un poco maleducada.

Me arreglé tan rápido como pude y salí de mi casa, por suerte el vivía a tan solo unos pasos, asi que una vez llegué a la puerta de su casa toqué el timbre, no tardó casi nada en abrir, es como si hubiese estado esperando al lado de la puerta a que yo llegara.

— Buenas tardes, Hanna.

Me saludó y después se hizo a un lado para dejarme pasar, caminé lentamente hasta entrar

— Ven, vamos a mi habitación. - volvió a hablar

No dije nada, tragué saliva y solo fuí detrás de el, una vez en su habitación me senté en su cama esperando a que me dé la guitarra para seguir practicando.

— ¿Hoy quieres aprender alguna melodía en específico? - preguntó mientras me daba la guitarra

— Me gustaría algo tranquilo, no quiero cometer el mismo error de ayer.

Ambos reímos, después de unos segundos sacó una hoja de su cajón y me la dió

— Ten, esta es una de las más fáciles.

Recibí el papel, era raro, ya que parecía un guía para piano, pero mostraba perfectamente cómo tocar la guitarra.

No dije nada más, le sonreí como agradecimiento y empecé a practicar.

El solo se sentó enfrente mío.y otra vez pasó lo de ayer, me miraba con una mirada penetrante mientras jugaba con su piercing, sabía que el me quería poner nerviosa, pero era muy raro, ¿Por qué querría hacerlo?

Esta vez no me dejé llevar, iba muy bien y no quería arruinarlo solo por unas miraditas.

Seguí en lo mío, de alguna forma noté que el se dió cuenta de mis intenciones, ignorarlo por completo. De reojo pude ver como una sonrisa se formaba en su rostro, después se acercó a mí.

𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora