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7:57 AM | 10/03

Me dirigía a clases junto a Ámbar y Lucas, el me había aclarado lo de ayer.

"Fue para ponerlo a prueba y ver si era capaz de venir."

Con su explicación pude entender su risa después de ver que el se había alejado, asi que se lo dejé pasar.

Los tres habíamos llegado al salón, nos sentamos en nuestros lugares y esperamos al profesor que por suerte había llegado rápido.

Podía notarlo diferente, su mirada se veía más seria y no parecía estar de humor, pero se notaba que se había esforzado para vestirse bien, ya que su forma de vestir también había cambiado un poco.

Su ropa era más holgada y de colores oscuros, la manera en la que se acomodaba las zapatillas era algo rara pero combinaba con las otras prendas. No podía negar que si se veía bastante atractivo.

— ¿Piensas mirarlo toda la mañana? - habló Ámbar de repente

Voltee para mirarla, iba a responderle pero su cuello llamó mi atención.

La miré confundida al notar marcas en su cuello, estas bajaban hasta un poco más arriba de su escote asi que probablemente también habrían algunas mucho más abajo.

Ella se dió cuenta de mi mirada y pude ver que se había puesto algo nerviosa, no parecía querer hablar asi que lo hice yo.

— ¿Y eso? - apunté las marcas

— No dirás nada si te cuento ¿Verdad?

Me ofendí un poco ante su pregunta, obviamente no diría nada sobre ella, mucho menos si era algo íntimo.

— Claro que no.

Entonces suspiró y luego sonrió como si se hubiese acordado de algo.

Comenzó a contarme lo que había pasado la noche anterior, Bill había invitado a Ámbar a su casa.

A medida que me iba diciendo los detalles de las cosas que habían hecho pude darme cuenta de que el había cometido las mismas acciones que Tom.

Los dos dijeron e hicieron exactamente lo mismo, con la única diferencia de que Bill la había dejado descansar en su casa y faltar a clases.

Y aunque se hayan comportado de igual manera en esa ocasión el parecía ser más dulce, incluso llegó a decirle cumplidos tiernos, sabiendo que lo que estaban haciendo no era para nada adorable.

Entonces pensé mejor y analicé cada cosa que recordaba de aquel día con Tom, el solo parecía estar ansioso por tener mi cuerpo junto al suyo y no por conocerme mejor.

Al final de cuentas yo tenía razón, el solo se quería ganar mi confianza para llevarme a su casa y mientras más lo pensaba, más odio y rencor le tenía.

Ámbar se dió cuenta de lo centrada que estaba en mis pensamiento y me miró algo preocupada por eso.

— ¿Qué piensas?, ¿Lo que hice estuvo mal?

Volví a mirarla, esta vez prestándole más atención.

— No, para nada - quedé unos segundos en silencio — Bueno, quizás un poco.

La noté algo culpable por lo había hecho, asi que puse una mano en su hombro y volví a hablarle.

— No te preocupes, el parece ser un buen tipo para tí. - sonreí

Ella me devolvió la sonrisa, quiso responderme pero sentí que alguien habla tocado mi hombro.

Voltee y me encontré con Tom, su cuerpo estaba muy cerca a mi rostro, lo que provocó que me alejara un poco.

— La quiero fuera del salón.

Fruncí las cejas por su orden, ni siquiera había hablado tanto como para que me eche de su clase, incluso Ámbar había conversado más que yo.

— ¿Perdona?

— Ahora.

Bufé, me paré del asiento y "sin querer" lo empujé levemente con mi hombro al pasar por su lado.

Quizás no se lo tomó bien ya que fue detrás de mí. Cuando salí cerré la puerta, pero el rápidamente volvió a abrirla para dirigirse hacia mí.

Se aseguró de que nadie esté cerca y tomó con fuerza uno de mis hombros, no quise soltarme de su agarre por tener un poco de miedo.

— ¿Qué estabas hablando con ella?

Preguntó de la nada.

Creí que me gritaría cosas por empujarlo, pero en vez de eso habló sobre un tema que ni siquiera debía de importarle.

— No te interesa.

De repente me soltó, entró de nuevo al salón y supongo que solo dijo algunas palabras porque a los pocos segundos volvió a salir.

Sin decirme nada agarró mi mano y me guió hasta la biblioteca, cuyo lugar estaba vacío por pura casualidad.

Entramos a una especie de habitación en la cual solo los dueños tenían permitido entrar, pero a él no pareció importarle.

Me empujó levemente para que entrase y cerró la puerta detrás de el.

Quedamos en silencio por unos segundos, luego el habló mientras se acercaba más a mí.

— ¿Qué pensabas hacer ayer?

Sabía a lo que se refería, claramente no le diría que había sido un plan de Lucas, sería ridículo.

— Nada de lo que haga te incumbe.

A menos que sean las tareas.

Estaba algo cansada de repetirle que no debería importarle cuando en el fondo me encantaba verlo así y que me reclame.

Pero no podía seguir pensando así, ¿No se supone que yo lo odio?

— Quiero que te alejes de el.

Me sorprendí por lo que acababa de decir, incluso tuve que procesarlo por un pequeño tiempo.

Se aleja de mí como si no le importara en lo absoluto, después me reclama cosas como si nada y ahora me pide que me aleje de mi primer amigo hombre que me entendía.

— No pienso hacerlo.

Podía notar como cada vez se enojaba más, el hecho de que no le hiciera caso en nada al parecer no le agradaba.

— Entonces yo mismo haré que suceda.

Lo miré confundida y el solo soltó una risa seca, de verdad temía lo que haría.

— ¿Por qué haces esto? - pregunté

Puso ambas manos en mis mejillas, dejó un corto beso en mis labios y respondió

— Porque eres mía, lo eres desde que me viste.

Nuevamente me sorprendí, quizá me estaba manipulando o quizá no, pero había caído de nuevo por unas ocho simples palabras.

Aunque no lo había dicho de forma tierna y probablemente sea el comentario más posesivo que me hayan dicho no pude evitar soltar una pequeña sonrisa.

El igualmente sonrió al ver que yo lo había hecho, luego volvió a juntar nuestros labios, pero esta vez no había sido un simple y corto beso, este era más apasionado pero no contaba con otras intenciones.

Sus manos bajaron a mi cintura y las mías se colocaron en su cuello, nos separamos por falta de aire y entonces comencé a procesar mejor lo que había hecho, todos estos días tratando de evitarlo fueron en vano.

Pero no era momento para arrepentirse, ya lo había hecho y no había vueltas atrás, asi que volví a besarlo.

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𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora