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08:35 pm | 10/03 mismo día

Habia quedado en un restaurante con Tom y es en donde estábamos ambos ahora.

Habíamos hecho esta salida con el fin de aclarar cualquier duda que tengamos del otro.

Mientras esperábamos la comida el ya me había explicado lo de esa profesora y ahora yo estaba haciendo lo mismo, pero con lo de Lucas.

— ¿Entonces solo son amigos? - preguntó el

— Claro que sí, no creo verlo como algo más.

El sonrió como si de alguna forma le hubiese dado alivio escuchar mis palabras, pero sabía que en el fondo aún no estaba satisfecho.

Siguió haciéndome más preguntas sobre lo que había pasado en este corto tiempo, no creí que fueran tantas sinceramente.

Me dí cuenta de lo celoso que podría llegar a ser, incluso por cosas insignificantes, pero a pesar de eso intentaba hacerme las preguntas con tranquilidad y paciencia.

En lo que estábamos hablando nos sirvieron lo que habíamos pedido. Miré al mesero y este era el mismo rubio de ojos claros que había visto la primera vez que salí con Tom.

Lo miré confundida por unos segundos, ya que este no era el mismo restaurante en el que me lo había encontrado anteriormente, pero rápidamente sonreí al ver que el también me había mirado

Así nos quedamos por un tiempo muy corto, ya que Tom se dió cuenta y tosió levemente, el chico volteó para mirarlo y habló

— Pueden llamarme si desean algo más.

No esperó respuestas y se despidió con una sonrisa. Esta vez no lo observé por más tiempo, por tenerle un poco de respeto a Tom.

Ambos comenzamos a comer. Su mirada había cambiado por completo, ahora no se le notaba tranquilo para nada, tenía esa mirada seria que a veces daba un poco de miedo, en serio no entendía cómo podía cambiar de humor tan de repente.

— ¿Estás segura de que no lo conoces?

Habló al notar que lo estaba viendo.

Recordé que me había hecho la misma pregunta hace días, y no, no lo conocía para nada, pero de verdad era imposible no mirarlo.

— No, ¿Por qué?

— ¿No es obvio?

Intenté fingir que estaba pensativa intentando adivinar lo que trataba de decir, cuando claramente sabía la razón de su pregunta.

— Bueno, para mí no.

Por fin contesté.

El suspiró y solo procedió a seguir comiendo, el sabía que yo sabía.

Incluso parecía que se había cansado de reclamarme tantas veces, la mayoría eran de Lucas, pero algunas cosas eran cosas que claramente no eran verdad, o sea, rumores que habían inventado.

Uno de los tantos fue que yo tenía un novio diferente cada día y cosas así. No me sorprendió de todas formas, supongo que ya sabía de quiénes venían.

En mi salón hay una chica con la que nunca había cruzado palabras, pero por alguna razón yo le caía fatal.

Se llama Emma, y aunque sea hermosa, parece ser una mierda de persona, ¿Quién inventa rumores sobre alguien solo porque si? Bueno, quizás haya una razón.

Hoy, antes de entrar a la habitación de la biblioteca, pude ver de suerte una sombra dirigiéndose hacia la salida, se notaba que nos había visto, pero en el momento no le tomé importancia ya que estaba lo suficientemente enojada y alterada con Tom, a tal punto de que no me importaba si nos descubrían, de todas formas lo echarían a el.

Estoy segura de que es ella, ya que gracias a su sombra pude apreciar su cabello muy largo. Además, ella había pedido ir al baño anteriormente, al parecer mintió y fue a leer.

Nadie más podía estar ahí en hora de clase, mucho menos si no estaban los dueños cuidando el lugar.

Y no solo eso, Ámbar anteriormente me había contado que en repetidas ocasiones la escucha hablar con su amiga sobre un profesor muy "atractivo", según ellas. Es obvio que hablan de Tom, ya que todos saben que además de ser el más joven, era el más lindo.

Estuve unos largos minutos pensando, ni siquiera estaba comiendo, me había quedado completamente quieta mirando un punto fijo, creando muchas conclusiones.

Pero rápidamente miré a la persona que tenía sentada frente mío al sentir que su mano se colocaba encima de la mía, luego escuché su voz.

— ¿Estás bien?

Se escuchó preocupado, pero no había razón para estarlo, no es como si hubiese estado pensando en cosas tristes o algo así.

— Si.

Respondí intentando sonreir sin dar a entender que era forzado, después comencé a comer, pero ya se había enfriado un poco.

En cambio Tom había terminado su plato.

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Estábamos fuera del restaurante, ya estaba anocheciendo y nosotros solo estábamos parados en una vereda, hablando y opinando sobre cualquier cosa que veamos.

En un intento de encontrar algo para criticar, pude ver a lo lejos a Lucas.

Me emocioné por verlo en otro lugar que no sea la escuela, quise saludarlo por eso y de paso tenía que explicarle por qué no fuí a su casa con Ámbar, como habíamos acordado.

Al intentar ir con el fuí interrumpida por Tom, quien había agarrado mi mano con un poco de fuerza.

— ¿A dónde vas? - preguntó el

Quedé unos segundos en silencio y mi vista regresó al lugar en donde estaba Lucas, pero ya no estaba ahí, decidió desaparecer de la nada.

— A ningún lado.

Suspiré y poco a poco me fuí soltando de su agarre, no sé si se habrá dado cuenta de que quería acercarme a Lucas o si simplemente no deseaba que me alejara de el.

Mantuve mi vista en el mismo lugar, buscando a mi amigo con la mirada. No quería esperar hasta mañana para explicarle la razón de por qué no pude estudiar con ellos, no me gusta hacer esperar a las personas.

Al no tener ningún resultado, mi vista se fue nuevamente a Tom, quien me estaba mirando fijamente y confundido

— ¿Me puedes llevar a casa? - pregunté

— No tienes que preguntar, ya tenía pensado hacerlo.

Sonrió y me dió un corto abrazo, se separó sin antes dejar un beso en mi frente

Se había puesto cariñoso de repente.

Caminamos hasta el coche y entramos. El asiento era tan cómodo que incluso hizo que me provocara sueño en cuestión de segundos.

Por eso mismo, me acomodé mejor y me abracé a mi misma por la cintura para no sentir frío.

Puse mi rostro mirando hacia la ventana y cerré los ojos lentamente, completamente segura de que me quedaría dormida, pero eso es lo que quería.

¿Qué tal si Tom decidía llevarme a su casa y me cargaría hasta la cama? No puedo arriesgarme a estar despierta y perderme de eso.

Fue lo que hice, quedé dormida por completo. Lo bueno era que el estaba manejando lento, así no podría golpearme con la ventana o caerme para adelante si frenaba de golpe.

Lo último que recuerdo antes de dormirme fue haber escuchado una pequeña risa de su parte.

¿Qué le causaba gracia?, ¿Y si me veía chistosa durmiendo?



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𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora