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03:04 pm | 06/03

Estaba apunto de agarrar el teléfono, pero el agarró mi brazo con algo de fuerza

— No voy a permitir que alguien me interrumpa esto.

Iba a responder pero no me dió tiempo, se acercó de nuevo y volvió a besarme.

Intenté ayudarlo asi que mientras le seguía el beso desabroché mi sostén, haciendo que este cayera al suelo de inmediato

Cuando se dió cuenta se separó de mí para admirarme, estuvo unos segundos así mientras jugaba de nuevo con el piercing del labio. Levantó la mirada e hizo una corta sonrisa de lado.

De manera repentina tomó de mis muslos para levantarme, me llevó hasta el cuarto y una vez allí me recostó en la cama.

Mientras me miraba se quitaba el cinturón con rapidez, su desesperación era incluso más notoria que antes.

Logró quitarse todo en cuestión de segundos, quedando solo en bóxer.

Miré más abajo y pude apreciar su muy notable erección, no podía negar que se veía bastante grande, incluso más de lo que imaginaba.

— ¿Solo vas a mirar?

Preguntó el, dándose cuenta de que no podía despegar mi vista de su entrepierna

Reí levemente y me levanté de la cama, me arrodillé frente a el y fuí bajando la única prenda que le quedaba lentamente.

Entonces, su miembro quedó expuesto por completo. Lo miré varios segundos y luego empecé a masturbarlo.

De inmediato pude escuchar varios suspiros de su parte mientras hacía la cabeza para atrás, quería ver más de el asi que mientras seguía tocando también lo lamía.

Al notarlo ansioso y desesperado decidí meter mi boca, pero no por completo, el hecho de que era grande me lo impedía.

Los que eran suspiros ahora parecían ser gemidos por su parte, sabía que el quería meterlo por completo asi que con una de sus manos agarró mi cabello mientras que movía su cadera simulando embestidas.

Cada vez que hacía una "embestida" la metía aún más adentro, lo que provocó que varias lágrimas caigan por mis mejillas, pero me iba acostumbrando al tamaño.

Hasta que llegó el momento, esta vez tomó mi cabeza con las dos manos y de un solo movimiento la metió por completo, la dejó ahí unos segundos, disfrutando la sensación de tenerlo ahí.

Una vez que lo sacó creí que acabaría ahí, pero no, al parecer el quería seguir experimentando.

Sin previo aviso el mismo me bajó el pantalón y las bragas, me giró y apoyó mi pecho en la cama.

Al principio estuvo jugando con mi entrada, hasta que sentí como la iba metiendo de a poco

"Te va a doler" era lo único que pasaba por mi mente.

No pude evitar gemir cuando solo había entrado la mitad. Supuse que Tom se había prendido más que antes, ya que ahora estaba dentro por completo.

Sabía que no tenía intenciones de ser gentil conmigo, ya que empezó a penetrarme con rapidez.

Mis gemidos eran incluso más fuertes que antes, el dolor y placer eran tanto que tuve que agarrar una almohada para morderla, no quería hacer tanto ruido, de todas formas seguía siendo mi profesor y me daba algo de vergüenza.

Tom se dió cuenta de eso asi que tomó mi pelo con fuerza e hizo mi cabeza para atrás, luego se acercó a mí oreja para susurrarme.

— Quiero escucharte.

Fue lo único que dijo, después, aún con la mano sosteniendo mi pelo aumentó la velocidad, provocando que ahora mis gemidos sean casi como gritos y ahogados.

Sabía que el estaba apunto de venirse, su velocidad y lo ansioso que se notaba lo decían.

Pero yo estaba igual, nunca había vivido algo así, los demás eran muy delicados o tímidos y eso le quitaba la diversión, a tal punto que me aburría.

Pero el era lo contrario, no dudó ni un segundo y ahora mismo me estaba haciendo suya. Lo fuerte y atractivo que era me hacía olvidar del dolor que podría sentir en el momento y enfocarme solo en el placer que provocaba.

Antes de terminar, tomó mi cuerpo y lo volteó como si nada, ahora cruzando miradas.

Volvió a meterlo con la misma velocidad que antes. Ahora que lo veía, podía apreciar sus músculos formados, tanto en los brazos como en el abdomen, ahora entendía cómo podía mover mi cuerpo como si pesara 2 kilos o menos.

Y debido a eso el tenía el control de todo, con ambas manos sostenía mi cintura y se ayudaba con las embestidas para que estas sean lo más profundas posibles.

Yo parecía una pequeña muñeca en este momento, y el estaba jugando como quería conmigo.

Pasaron unos pocos minutos más hasta que la sacó por completo, dejándola un poco más arriba de mi entrada, mientras ese líquido blanco salía.

Luego de unos segundos se recostó a mi lado, ambos con la respiración agitada y cansados, aunque yo no haya hecho mucho.

Me acomodé mejor en el centro de la cama, ya que estaba casi en la orilla, me habían dado muchas ganas de dormir, asi que eso pensaba hacer.

Me tapé con unas cuantas sábanas y cerré los ojos, al parecer el hizo lo mismo ya que sentí sus brazos rodear mi cuerpo y cómo acomodaba mi cabeza en su pecho. Antes de quedar dormida por completo, dejó un beso en mi frente.

— Te amo.

Fue lo último que escuché.

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09:37 pm

Abrí los ojos al escuchar un celular vibrar, sin tomarle mucha importancia miré a mi alrededor y aún seguía en la habitación de Tom, pero el no estaba ahí.

— ¿No fue un sueño? - pregunté para mí misma

Miré mi cuerpo desnudo bajo las sábanas, luego, miré al pequeño sofá que el tenía a un lado de la cama y ahí estaba mi ropa, supuse que la había preparado para mí

Me levanté como pude, tomé la ropa y logré cambiarme, pero mis piernas temblaban y cualquier cosa que rozara me provocaba dolor.

Una vez cambiada, me dirigí a la puerta tambaleando, justo cuando pensaba abrirla alguien ya lo había hecho.

Ahí me encontré con Tom, con mi teléfono aún vibrando en su mano.

— Creo que es Nick - me ofreció el aparato

No dije nada, tomé el teléfono y contesté.

"¿Te quedarás a dormir ahí o qué?"

Habló sin ni siquiera decirme "hola".

Miré a Tom, el asintió algo emocionado.

"Si"

Quería colgar, pero el volvió a hablar

"Tu voz se escucha rara, ¿Estuvieron gritando?"

Miré a Tom nuevamente y pude ver que se estaba aguantando la risa, le dí un golpe en el hombro por eso.

"Hicimos algo parecido a un karaoke"

No esperé respuesta y colgué, una vez que dejé el teléfono a un lado, Tom pudo soltar su fuerte y escandalosa carcajada.

— ¿De qué te ríes? - pregunté

— Solo recordé un chiste - hablaba entre rísas

Suspiré ante su muy "creíble" excusa y volví a recostarme, apesar de haber dormido toda la tarde aún tenía mucho sueño.

El hizo lo mismo, se acomodó enfrente de mí nuevamente, apoyó su cabeza en mi pecho y abrazó mi cintura. Esta vez yo dejé un beso en su frente y volví a cerrar los ojos.

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Prometo hacer capítulos más largos


𝙙𝙚 𝙢𝙞 𝙥𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧 ; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora