𝗟𝗢𝗦 𝗩𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢 | Lucerys Velaryon.

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chapter thirteen
La dinastia Rempsey

౨ৎ

En las primeras horas de la mañana, en las costas de Shining Star, el rey convocó a sus tres hijas mayores: Daerys, Nymeria y Ragely. Se les instruyó que acudieran con sus dragones: Verax, Dyamex y Rassvet. Con el tiempo, esas bestias crecerían hasta igualar el tamaño de Caraxes,  debido a su vida autónoma, era decisión del dragon permanecer en Valle de Fuego, una de las leyes mas importantes de los Rempsey pues Un dragon no es un cautivo.

La gran bestia del rey rugió, anunciando la llegada de las princesas. Con un gesto imperioso, les indicó que lo siguieran. Se acercaron a la orilla del mar, donde el rey, inclinándose, sumergió sus manos en las aguas. Sus hijas lo observaban con indiferencia, de repente, una poderosa corriente se dirigió hacia una de ellas. El rey, con un movimiento súbito, la sorprendió, y la corriente arrastró a Ragely, quien cayó al suelo.

─Siempre hay que estar atentos a cualquier situación ─recrimino el rey─. Este entrenamiento estará dividido en tres partes; Karu, Swaru, Draku. 

─¿De verdad tenemos que hacer esto? ─preguntó Ragely con desdén.

─Por supuesto, nadie sabe cuando se puede librar una guerra y mas ahora con los nuevos acontecimientos de los Targaryen ─respondió su padre.

─El trono de hierro se divide en dos ─añadió Daerys.

─Desde tiempos inmemoriales, se ha dicho que los Rempsey están más cerca de los dioses que de los hombres, una afirmación que ha perdurado a lo largo de generaciones. Nuestros poderes son la fuente de la magia del mundo; sin ellos, los dragones perecerían. La gran diferencia entre los Targaryen y nosotros radica en el poder que poseemos. Si no aprendemos a manejarlo adecuadamente, será nuestra propia destrucción, pues un poder descontrolado puede acabar con su portador. Por esta razón, desde la era de Theorys el Conquistador, cada rey ha instruido a sus herederos en el correcto uso de sus habilidades.

Sus hijas prestaban atención a cada palabra del rey. Normalmente, su padre rara vez les hablaba sobre el pasado. Sus progenitores se habían criado en tierras Targaryen, lejos de su verdadero hogar, y aprendieron de los libros, encargándose de restaurar la dinastía Rempsey. Ellas, en cambio, habían crecido en sus propias tierras, inmersas en el auténtico poder, pues la dinastía más poderosa eran ellos, los Rempsey.

─Cada una de ustedes maneja un poder a la perfección ya sea Pyrar, Terrar, Aerar y Aquar. Daerys pyrar estar tar potenkar muestraror kuar tar karar farar (Daerys, el fuego es tu potencial, muéstrame que puedes hacer). 

─¡Pyrar inferor! (Fuego infernal) ─vociferó la princesa, su mano derecha desprendió una fugaz flama de tono verdoso la cual se dirigía a su hermana Nymeria.

─Detrar, gelo (Detente, hielo) ─curveo su mano al frente de la flama, deteniendo por completo el fuego, el hielo se desvaneció y el fuego cesó─. Oh nu, Daerys, vamos, sabera kuar nu karar farar pyrar inferor, si fararas kon Ragely ja estar mora (Oh no, Daerys vamos sabes que no puedes utilizar el fuego infernal, si lo utilizaras con Ragely ya estaría muerta).

  ─Nymeria tiene razón Daerys pero aun así, tu control con pyrar inferor es magnifico, el pyrar inferor es similar al fuego de dragon, ambos poseen la misma potencia de acabar con el enemigo, excederse mucho con su utilización puede causar desgastes en el cuerpo del portador. ─explicó el rey─ . Bien, tu turno, Nymeria.