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chapter nine
La dinastia continua

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A principios del 129 D.c la reina Alyssa entró en trabajo de parto, fue el más doloroso y agotador que tuvó en todos estos años era como si un dragón estuviera dentro ella. El rey Keylan que se encontraba en Alto Jardin no pudo estar presente pero sus hijas la ayudaron a sobrellevar su angustia, no se sabía si la reina podía resistir a diferencia de su primer alumbramiento que era menos complicado, según los informes del maestre el bebé se encontraba con el cordon umbilical enredado al cuello impidiendole una sana respiración pero lo más preocupante era si podía resistir mucho tiempo, la reina se retorcia de dolor, sus gritos o gemidos eran desolador, en algunas ocasiones se desmayaba y las sirvientes la reanimaban.

─Meria estoy preocupada por mamá, ¿Crees que sobrevivirá? ─habló Daerys.

─Solo los dioses sabrán, ¿Dareen se habrá enterado?.

─No lo creo, el esta en Wolfgrove con nuestro tío, la única manera que reciba la noticia es mediante un dragon y nadie saldrá de este palacio hasta que la reina se recomponga.

─Será mejor hablarle ─sugirió Nymeria.

─No, nadie sabe lo que pueda suceder, madre esta cada vez peor y nuestro hermano ni siquiera ha nacido.

─Denle leche de amapolas ─ordenó la princesa Nymeria ─, su dolor es fuerte es mejor aliviarlo.

─No podemos, princesa. Aliviaría su dolor y terminará descansando, necesitamos que siga consciente, el bebe debe salir.

─No quiero que siga así ─detuvó nymeria ─,tengo que buscarlo.

─¿Buscar que?.

─El cetro es nuestra única opción, aquel niño no es un humano, es un dragón ─explicó la princesa, ella salió deprisa de los aposentos.

─¡Nymeria aguarda! ─gritó su hermana ─¿Maestre eso servirá?.

─No lo sabemos, su Alteza, nadie sabe de que realmente este hecho el cetro, no hay datos verídicos solo leyendas, si falla nuestra reina podría fallecer.

─D-daerys ─susurró la reina.

─¡Madre!.

─El cetro ─balbuceó ─,usalo.

Daerys no dijo nada, permaneció en silencio hasta la llegada de su hermana, las sirvientas limpiaban el desastre causado por el posparto, recompusieron a la reina con unas almohadas para levantarla.

─No hay nada por hacer ─dijo el maestre.

La mente de la princesa Daerys colapsaba, solo un digno heredero puede usar el cetro de manera correcta, al ser ella la mayor tendría cierto beneficios según las leyes. ¿Mi hermano debería utilizarlo? decía así misma, con los nervios comenzó a juguetear con sus anillos esperando la llegada de su hermana, el tiempo se hacia largo y su desesperación aumentaba, su madre y el bebé corrian peligro, si el rey se llegaba a enterar en las condiciones que se encontraba su esposa jamás hubiera querido un hijo. El maestre hizó su último esfuerzo, brindarle tranquilidad a la reina, confiando en su último recurso, el cetro.

𝗟𝗢𝗦 𝗩𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢𝗦 𝗗𝗘 𝗙𝗨𝗘𝗚𝗢   |   Lucerys Velaryon. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora