¿por qué ella?

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Últimamente no era muy cercana a mi familia. Podía responderles un mensaje de vez en cuando y esa era nuestra mayor conversación. Pero aún sea esa muestra relación, no podía soportar ver a mí hermana ahí tirada. Su cabeza gacha y tanta sangre al rededor de ella.


Grité. Grité todo lo que no grité con Jaramillo. Grité de frustración por no poder cuidarla. Grité de rabia por quién le había hecho eso.

- VALENTINA!! - quería correr hacia ella, quería abrazarla, quería pedirle perdón y no podía. Unos brazos alrededor de mí cintura me lo impedían. - ¡DÉJENME! ¡VALENTINA! ¿¡Por qué nadie la ayuda!? SAQUENLA DE AHÍ. ¡VALE!

- Poché... - cuatro personas se acercaron a mí hermana y la pusieron sobre una camilla para luego poner un plástico blanco sobre ella.

- ¿!QUE!? ¡NO! ¿!QUÉ HACEN!? Quitenle eso, ¡vale! ¡No pueden dejarla así! Ella... ella no... - no podía evitar las lágrimas en mis mejillas ni pegarle a quien sea que me estuviera sosteniendo al intentar correr. No podía calmarme, no podía callarme, no me importaba hacer un escándalo. Solo quería a Valentina. A mí vale, mí gemela, mí mini yo, mí mejor amiga. - ¡ELLA NO MURIÓ! - Y me derrumbe en los brazos de quién me sostenía, al ver cómo se llevaban a mí hermana. Alguien me abrazaba con fuerza y yo no pude contener todo lo que sentía.

Me había derrumbado. No fuí capaz de protegerla. No he sido capaz de hacer justicia por Jaramillo.

¿qué mierda estaba haciendo entonces?

POV NARRADOR

Del otro lado de la calle, un hombre muy contento hablaba con su jefe informándole lo que había sucedido. Toda la gente que había y la detective que se encontraba en el suelo llorando desconsoladamente.

- se llevaron a la hermana. Al parecer está muerta. - sonreía por su trabajo mientras hablaba al teléfono.

- bien hecho. Espero no te hayan visto ni te vean ahora. Sal de ahí. - hablaba una voz ruda del otro lado del teléfono.

- enseguida.

Y tan fácilmente, colgó la llamada, guardó su teléfono y siguió caminado como si nada mientras veía por última vez a la mujer desesperada llorando sobre los brazos de su compañera.

Lo que el hombre no veía era la expresión victoriosa de su jefe. Sabía que había hecho sufrir a la detective y eso era precisamente lo que quería.

Quería que sufriera y que se alejara de la investigación. Juan Pablo Jaramillo era un maricon que no supo cumplir su palabra.

Y el estaba dispuesto a hacer sufrir a la detective todo lo que sea necesario. O todo lo que su propio gusto quiera.

POV MARÍA JOSÉ GARZÓN

Abrí los ojos rápidamente, arrepintiéndome al instante. Mis ojos dolían demasiado, la cabeza me taladraba y el pecho me ardía. Solté una queja al tratar de moverme, sintiendo como me pesaba todo el cuerpo.

- ¿Maria José? ¿Maria José? - escuchaba como alguien al lado mío me hablaba y pasaba su mano suavemente sobre mi brazo, en una especie de caricia.

perdóname | cachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora