Shūmatsu no Valkyrie:Apocalypse

Capitulo 15:Odio en la tercera ronda.

Con la inesperada muerte de Nerón a manos del tirano Zeus los humanos de nuevo calleron en preocupación por llevar dos rondas perdidas en el Ragnarok, los emperadores romanos perdieron toda esperanza y con miles de humanos esperando pacientemente en las gradas su inevitable destrucción a manos de sus dioses en la séptima ronda.
Unas cinco derrotas mas y verán su inevitable final en un abrir y cerrar de ojos a manos de esos crueles tiranos poseedores de gran poder.
Pero Brunilda y Elías no se dejaron acobardar por su segunda derrota, ambos estaban centrados en poder lograr hacerle frente a sus enemigos  y poder vencerlos uno por uno en cada ronda de este horrible combate.
Ya decididos los siguientes luchadores de cada bando rápidamente iniciaron los preparativos para la tercera ronda,  y nuevamente los dioses con su poder reconstruyeron la arena de combate pero esta vez con unos ligeros cambios tales como un margen de agua salada en los bordes donde luego se alzan las paredes donde estarán en las gradas y en el centro el lugar donde se libraria la tercera ronda, y sobre ella estaba repleta de trincheras semejantes a las de la Primera y Segunda Guerra Mundial
Y con tan solo ver este particular diseño de la arena, los dioses expectantes se percataron de quien se trataba. Poseidon uno de los hermanos fundadores del panteón griego, el más temido de los siete hijos de Cronos y eso era por su temperamento fuerte e indiferente y el como reaccionaba ante cosas que le disgustaba o le pareciera ridículas.
Es muy extraña la forma de describir de este ser tan intimidante ante los ojos de los demas humanos, pero yo lo describiría como un ser con una existencia y vida mediocre.
Ya estando lista la arena de combate Heimdall apareció frente a todos los expectantes con un discurso desalentador hacia la raza humana exclamando:
—Hemos llegado a la tercera ronda del Ragnarok, los humanos llevan dos derrotas consecutivas por la culpa de sus representantes que brindaron falsas esperanzas al intentar hacerles frente a sus "creadores". Cinco derrotas mas y la humanidad dejará de existir de la faz de la tierra, ¡ahora es el momento de presentar a los siguientes luchadores de este tercer combate!. Primero del lado de los dioses tenemos a este majestuoso hombre. El no siente amor por los lamentables humanos. Incluso se podría decir que tal vez disfruta probándolos, pero eso es lo que define a este dios; las pruebas duras y esa indiferencia a la vida. En el reino de los dioses, es quien sigue luego del todopoderoso Zeus.
Exclamaba el presentador mientras la puertas de los representantes de los dioses se abrían lentamente y por donde el agua de la arena se colaba entre ellas.
—¡Y es el representante de los dioses en la tercera batalla!.— Y ya estando completamente abiertas esas grandes puertas rápidamente las aguas se desbordaban directamente hacia el dios que estaba dentro.
El levantó su tridente y golpeó el suelo partiendo esas corrientes al igual que Moises lo hiso con el Mar Rojo, para luego cruzar por el sendero seco que llegaba a la arena de combate.
—Si Zeus es el dios del cosmos, entonces este hombre gobierna todos los mares con un puño de hierro. ¡El gobernante de los mares!.
Al ver a ese ser con más claridad los humanos temblaban por el miedo que del emanaba con su presencia.
—Incluso los dioses tiemblan al pensar en invocar su ira. ¡Uno de los dioses más temibles!, segundo de los tres hermanos del Olimpo, conocido por el hombre como Zeus enalios. Su nombre es ¡Poseidon!
Y ahí estaba el tercer representante de los dioses indiferente y fria ante todos con su mirada en uno de los bordes de la masa de tierra donde pelearia contra el humano. Al igual que Zeus, Poseidon no se tomaría en serio este combate por esa vanidad que tenia impregnada en su ser incluso el creía que con no ver a su oponente podría ganarle en unos segundos sin ningun esfuerzo.
Los humanos se preguntaban quien sería el siguiente humano en luchar y Heimdall se dispuso a presentar al próximo humano.
—Durante millones de años han existido miles de líderes de poderosas naciones en la historia de la humanidad. Y si hay algo que la humanidad a demostrado es que dentro de cada uno de ellos hay una semilla de maldad y este hombre es un ejemplo de ello.
Las luces se posaron sobre la puerta de los representantes humanos, y las puertas se empezaron a abrir lentamente mientras sonaban notas musicales de los años de 1940 a 1944. En ese momento miles de humanos reconocieron de quien se trataba su siguiente representante con oír las piezas musicales de esas épocas.
—<<Yo conozco esa música, la ponían siempre en als trincheras.>>— Dijo un soldado de la Segunda Guerra Mundial.
—Década de los años 40, año en que se desarrollo una de las mas crueles guerras de la humanidad "La Segunda Guerra Mundial " causada y liderada por una de las almas más perversas. Creando campos de concentración donde iban miles de judíos los cuales terminaban muriendo de formas espontasas.
Otro sendero de tierra apareció en las aguas cuando las puertas de los representantes de los humanos quedaron completamente abiertas y de ellas salio caminando serenamente un hombre con el rostro mirando al suelo, vestido con un uniforme militar alemán de la Primera Guerra Mundial portando un casco de un soldado estadounidense que le cubría algo de su rostro cargando consigo armamento como granadas de humo, explosivas y de gas toxico y en la espalda una manta con su Volunder dentro.
—El segundo anticristo más cruel de todos, el hombre sin corazón con las manos llenas de sangre de milesdeinocentes, el Monstruo del Imperio Aleman.
—No lo puedo creer es, ¿realmente es el?.— exclamó impresionado el soldado Desmond Doss de la Segunda Guerra Mundial.
—¡El Tercer Reich de Alemania!, ¡El hombre más odiado de toda la HUMANIDAD! ¡ADOLF HITLEEEER!.
Y al estar el ya en la arena terminó empapado al cerrarse el sendero por donde entró pero no le molesto.
—Espera, ¿Eres tu Adolf Hitler?.— exclamó con impresión Heimdall al ver el aspecto joven de Hitler.
Ante esto Hitler suspiro sereno con algo de decepción, se agacho el humano y embarro uno de sus dedos con un poco de lodo de arena y se lo umento debajo de su nariz ilustrando su caracteristico bigote.
—¡Ahh!, lo lamento señor Hitler esque no lo reconoci con sin su bigote....— dijo avergonzado el presentador.
Pero en su rostro no se reflejaba ningún enojo de que Heimdall no lo reconociera, y el Fiurer procedió a limpiarse el lodo que tenia con un pañuelo de tela color gris y de repente miles de pequeñas piedras llovieron sobre el de parte de los humanos de las gradas.
Miles de humanos se indignaron al ver a Hitler como representante de ellos en la arena, ante este comportamiento  de los humanos Elias intervino haciendo sonar su voz como un trueno en las gradas de los humanos diciendo: —¡HERMANOS HUMANOS!, DEJEN DE ESTAR ACTUANDO CON INMADUREZ COMO UNOS MOCOSOS. DEVEN DE MANTENER ADENTRO ESOS IMPULSOS DE IRA, ADOLF PUEDE SER NUESTRA EXERANSA SOLO TENGAN ALGO DE PACIENCIA ANTE EL. ¡AGANLO POR FAVOR!.
Los humanos al oír esto no comprendían de quien se trataba pero terminaron obedeciendo inconscientemente a Elias por miedo.
Hitler no se le veía molesto pero tampoco agradecido. Y Heimdall lo sabía al ver ese rostro carente de cualquier emocion, aparentemente.
—<<Llegó el momento.>>— Dijo Hitler en su interior mientras veía fijamente la mirada indiferente de Poseidon.