Shūmatsu no Valkyrie:Apocalypse

Capitulo 18:Duelo de tiranos

—¿Huyes?, ¿es acaso lo único que puedes hacer, humano?.- dijo Poseidón mientras se acercaba paso a paso al humano.
—<<Es egocéntrico, es demasiado egocéntrico. Ni si quiera se atreve a mirarme.>>
—<<¿Que estas esperando Adolf?, ¡atacalo de una vez!. ¿Me estas escuchando, Adolf?.
La balanza de la victoria en el combate durante la tercera estaba bastante inestable entre los terceros representantes, uno era un dios del mar que destruia a todos los seres que le intentenban matar con un rápido ataque y el otro era un mortal que se expuso y salió con vida cientos de veces a diversos peligros durante casi cuatro años de su vida, y el humano lo sabia perfectamente. Esa abismal diferencia de poder y peligrosidad que había entre ellos dos era demasiado notoria ante todos los expectantes, aunque halla sido un soldado de trincheras durante la Primera Guerra Mundial puede que posiblemente muera rápidamente ante los casi inpredecibles ataques del dios Poseidón por lo que decidió solamente estar alejado de él.
Ya estando distante del dios, Adolf dejó caer su arma al suelo y de su cinturón de arsenal tomó dos granadas a las que les removió el clip de seguridad, esto lo logró ver con claridad Poseidón y empezó a correr directamente hacia el humano teniendo como objetivo traspasar la cabeza con su tridente, rápidamente Hitler lanzó sus granadas hacia el dios, y el reaccionaba traspasandolas sin importarle que cuando explotarán le cegaran por un momento a su objetivo.
—Nuevamente el humano usa la misma técnica que uso contra el dios al comienzo de este tercer combate, pero esta vez usando granadas explosivas contra Poseidón, ¡el primer ataque que usa uno de los representantes de la humanidad de la manera más cobarde posible hasta el momento!.
—<<Maldito Heimdall eres un total ingreido, ¿que esperas Adolf?, ¡ataca a Poseidón ahoraaaaa!>>— le gritaba la valquiria a su compañero de forma insistente. Pero el humano ante los ojos de la valquiria parecía que la ignoraba en todo lo que decía.
—Lo tengo.— rápidamente el humano se posiciono y recito la palabra Volunder dándole ahora en posesión como arma un revolver. —Probemos con esto.
Al instante el humano empezó a disparar directamente por donde iba el dios, ante esto el dios empezó a correr en zigzag y en algunos momentos el destruia las balas con su tridente cuando impactaron contra el, el dios ceeia que ya tenia el juego ganado cuando había esquivado los anteriores disparos del humano, pero solamente con los primeros seis disparos.
La séptima bala dio directamente en la parte superior de su hombro derecho donde donde traía en manos su tridente al dejarlo desprotegido, y esto sucedió por la creencia de que el ya sabía a donde siempre dispararia el humano, al sentir el dios ese dolor punzante que le había causado el humano no dudo un segundo en acelerar su velocidad a la del rayo para destruir el craneo del humano traspasandolo con su tridente desde arriba de el, Heimdall se sorprendía al ver que el primer daño de los terceros representantes venía del de los humanos mientras exclamaba recitando: —¡Pero que!, la primera herida de la tercera ronda fue el impacto de una bala sobre el hombro de Poseidón que viene del arma del humano. Pero no se preocupen queridos compañeros dioses este combate acaba de una, ¡ahora!. Eso creeian los incrédulos de los dioses, Adolf al haber sido un estratega en el ataque durante la Segunda Guerra Mundial ya tenía previsto cuál sería el siguiente movimiento de ataque de Poseidón, y eso el dios lo paso accidentalmente por alto. Al hacer su salto el dios, el humano tomo dos más de sus granadas de humo de su arsenal y las tiro con fuerza al suelo antes de que Poseidón impactará su tridente contra el durante su rápido decender, afortunadamente su estrategia se logró realizar tal como lo planeo y frustrando con facilidad el ataque de su atacante. El único daño que pudo hacer Poseidón por así decirlo fue solo destruir la anterior posición donde estaba el humano, lleno de frustración e ira dentro de él; el dios alzó entremedio su tridente e hizo desaparecer la cortina de humo que le escondía la parte superior de su cuerpo y al ver luego su tridente no vio ninguna mancha de sangre de él, la única sangre que percibía que se demarramaba era la que corria de su hombro.
—Maldito humano, pagaras por esto, escoria de la humanidad.— dijo el dios despreciando al humano por todo el bombardeo de frustración e ira que le provoco dentro de su ser. Y mientras Poseidón desbordaba más su ira sus compañeros del panteón griego analizaban sus encuentros de violencia con el humano con mucho detalle, en especial Ares que se asombraba por esa gilidad tan fluida y la determinación que demostraba en combate.
—¡Es increíble, nunca había visto en miles de años una tan increible, estupenda y magnifica prediccion sobre los ataques en un humano, y mucho menos en uno tan despreciable como Hitler!.
—¿Te lamentas de no haberlo enfretarlo personalmente tu, hermano Ares?.— decía burlonamente Hermes de manera docil.
—Estas muy en lo cierto Hermes, a diferencia de Nerón y de Hidalgo puedo ver perfectamente que en el ser de Hitler que a el le apasiona el arte de la guerra y del combate tal como a mí, me hubiera gustado que el se hubiera enfrentado personalmente a mi en esa arena.
—La verdad, a durado mucho más de lo que me tenía previsto, impresionante.— confesó sin pena Hermes abiertamente.
—Lo mismo digo Hermes.— dijo de forma inmediata e interruptiva Zeus sentado en su trono. —Que envidia le tengo a Poseidón en este momento.
—¿Y cual es la razón, padre Zeus?.- respondió curioso Hermes.
—Creo que Hitler hubiera sido para mi un mejor oponente que Nerón, no me divertí en nada contra ese imbecil de el. Nunca creei que un simple humano me pudiera hacer daño y ahora me tendré que acostumbrarme a ver con un solo ojo como al aguafiestas de Odín.— exclamó fastidiado Zeus mientras tocaba el parche que le cubría la herida que le había dejado Nerón.
—Padre Zeus, ¿acaso se le olvidó que tenemos métodos de regeneración en las salas médicas del Coliseo?.
—Asi es cierto, no me habia acordado Hermes, supongo que le debo una disculpa a Odín por llamarle aguafiestas.— exclamó alegre Zeus sonriendole de forma sátira a Hermes al final.
En las gradas de los dioses, abundaba tanto como asombro al igual que una ignorancia de incredulidad entre los diversos panteones presentes, y esa ignorancia era mucho más grande entre los dioses menores de cada panteón, ninguno reconocía el poder del humano ni su peligrosidad y no fue hasta que oyeron el octavo disparo en la arena de combate.
Mientras Poseidón buscaba la actual posición del humano un bala salio disparada de entre la cortina de humo con dirección a su frente pero el dios logro esquivar aquel ataque inesperado.
—¡Pero que rayos!, una bala acaba de salir disparada de entre esa espesa nube de humo con dirección a la frente de Poseidón. Sin duda es otro ataque cobarde de parte de Hitler a Poseidón.
—<<Esa bala, venía de enfrente. Que ataque más patético, humano estúpido.>>— pensó el dios mientras alzaba su tridente para hacer desaparecer la nube de humo en la que estaba dentro. Las cortinas de humo se dispersaron rápidamente y el humano quedó al descubierto frente a frente al dios.
—Parece que tus acciones para acabar con mi vida no te sirvieron de nada, patético humano. ¿Ahora como crees que te vas a salvar de morir por mi mano, humano?.
—¿No sabes que son las distracciones?.
Una arena que replicaba las trincheras de la Primera y Segunda Guerra Mundial con total perfección incluyendo sus más pequeños y pasajeros detalles, una arena que fue solicitada por el tercer representante de los humanos.
—Creei que ustedes los dioses eran omniscientes en todo el tiempo, pero veo que ahora eso es solo un rumor.
—Como te atreves humano a mofarte de mi.
—Verás estas pisando en este momento una mina que reacciona al movimiento que este sobre ella y si piensas moverte terminas perdiendo la parte inferior de tu cuerpo y termiras muriendo pir desangramiento.— comentó el humano con un tono apagado.
—Escoria humana, eres un insolente. Espero que no me estés mintiendo Adolf Hitler.— exclamó el dios con un tono amenazante.
El humano solamente le respondió al dios con un suspiro de fatistidio y molestia, y por un pequeño tiempo Adolf se quedó mirando al cielo, pasado eso el humano le dijo al dios: —Señor Poseidón, le pido de favor que no me llame por ese apellido.— y sin que el dios se diera cuenta, el humano jalo del gatillo del revolver teniendo como objetivo una parte del lado izquierdo del rostro de Poseidón.
Viendo el dios que la muerte se le acercaba rápidamente, esquivo la bala, activando la mina terrestre en el proceso. Monticulos de tierra y pequeñas piedras sobrevolaron sobre Poseidón, nuevamente el dios ilusamente cayo en otra mentira del humano.
—Bienvenido a la guerra, donde se lucha por la supervivencia, dios Poseidón.
El tercer representante de los humanos parecía seguir un patrón que podría ser descifrado en muy poco tiempo; pero en realidad el sabia como actuar en cualquier situación que se le presentará en las trincheras que por casi cuatro años lucho en ellas día a día.