Capitulo 16:El monstruo de Alemania.

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NOTA DEL AUTOR:Cabe aclarar que no estoy de acuerdo con los ideales del partido NAZI ni a los de Adolf Hitler, tampoco trata de hacer creer y ver a los lectores que este dictador es como un salvador para la humanidad y alguien a quién reapetar. Solo trato de meterme en su mente y tratar de averiguar como pensaría y actuaría en una situación como esta, tratare ser lo más realista y seriamente posible en los siguientes capítulos que aparesca Hitler. Gracias Leonardo727 y todos los demás

Hemos llegado a la tercera ronda del Ragnarok de él lado de los dioses tenemos al temible tirano de los mares, Poseidon. Del lado de los humanos tenemos como tercer representante al dictador más odiado de la historia; el temido Adolf Hitler.
—<<Adolf Hitler, la escoria de la Segunda Guerra Mundial. No me tomará casi nada en quitármelo de encima, que patéticos son los humanos.>>
—¡Oye Hitler ojalá no te vayas a suicidar durante la batalla!.— exclamó gritando burlonamente el dictador Joseph Stalin desde las gradas para luego estallar en una gran carcajada.
Pero Adolf ni se inmutó ante el insulto ni se mostraba molesto, parecía ignorarlo ¿era por orgullo?, solo siguió ignorando a los demás que se le mofaban, a los que le insultaban y a los que le maldecian.
—Como veran querido publico la arena tiene algunas unas modificaciones a las de las dos primeras rondas. Los humanos solicitaron este cambio a los dioses para que este batalla entre sus terceros representantes sea mucho más igualada a lo que ellos aceptaron sin ninguna queja ahora sin nada más que decir, ¡PELEEN!.
Rápidamente el humano tomo una de sus granadas de humo y la lanzo directamente a la cara de Poseidon a lo que el reacciono traspasandola con su tridente cegando su vista con el humo que se escapaba de la perforación que provocó.
—Que patético de ti humano.
Al instante se percató de su error así que tomo la granada perforada y la lanzó lejos de el y al querer ver al humano se percató que se le habia esfumado de su vista.
—Estúpido humano, que cobardía la tuya.
El humano acaba de usar como distracción una granada de humo contra Poseidon para esconderse cobardemente entre las trincheras.
Desde las gradas del panteón griego la reina Hera se burlaba del pequeño error que cometió su hermano Poseidon al no intentar predecir el movimiento de sí rival.
—Suerte Adolf.— dijo susurrando el Profeta.
—¿Como va la batalla Elías?.
—Ah, Bruni; recién está empezando la ronda. Adolf se escondió de Poseidon entre las trincheras.
—Espero que Hitler sepa que es lo que esta haciendo, Elías.
—No te preocupes Bruni, todo está va a salir bien para nosotros, te lo aseguro.
—Eso espero Elias ya que tu lo escogiste, espero que no nos decepciones amigo.
—Me disgusta cuando desconfias de mi Brunilda.— comentó dócilmente Elias a su amiga.
—<<Hace tiempo que Brunilda no era así con los demás hombres, es muy raro que se lleve tan bien con Elías.>>
—Hola Goll, ¿te sientes mucho mejor?.
—Ah, si estoy mucho mejor, Elías ¿estas seguro de que Hitler podra hacerle frente a Poseidon?.
—Obvio que si Goll, ¿acaso tu también desconfias de mi?.
—No, no, no para nada Elías, bueno la verdad es que si desconfío de ti un poco porque recién te conozco, y no se nada de ti.
—Si te entiendo Goll, que aparesca de la nada una persona derrumbando una puerta y que luego se presente de una forma tan casual también empezaría a no confiar mucho en esa persona. A lo que quiero llegar esque no soy un enemigo, Goll, soy un amigo y un aliado y se muy bien lo que hago.
—<<¿Enserió esa es su forma de ser de Elias?, pues parece que es alguien que nunca se enoja.>>— exclamaba la pequeña Goll dentro de sí, acerca de cómo creeia que era el ser de Elias con los demás y con el mismo.
De Adolf Hitler se oía murmullos y habladurías entre los de su raza, no les agradaba tener como representante a uno de los hombres más viles y crueles como salvador en la tercera ronda del Ragnarok. Miles de su época le despresiaban y odiaban con todo su ser por todas las desgracias y calamidades que el provocó al querer ser el hombre más poderoso de los años 40 y sabiendo que ese hombre nunca cambiaría y seguiría con el propósito que el se dio en vida y que nunca lo cambiaría por nada del mundo.
—<<Adolf Hitler, ¿por que le desprecian tanto los demás?.>> Disculpe joven me podría decir por favor el por que odian tanto a ese hombre que esta en la arena luchando por nuestra supervivencia.— dijo un caballero treintañero de la época de 1888.
—¿No conoce a Adolf Hitler?.
—Lamentablemente no, no logré llegar al siglo 20.
—Bueno pues verá, durante los años 40 hubo una guerra que involucro a las grandes potencias en un conflicto con el representante de Alemania osea Adolf Hitler.
—Continúe.
—Y durante esa gran guerra el ordenó a matar a miles de judíos en campos de concentración. Miles de ellos murieron dejando a sus familiares llenos de tristeza y dolor. Yo tuve que vivir una de las peores cosas que el provocó.
—¿Y que fue, joven?.
—Los campos de guerra, tal vez el es como todos dicen; es un hombre que no tiene corazón ni remordimiento por sus terribles acciones.
—Talvez no sea un montruo como todos dicen.
—¡Que, oye tu como te atreves a decir que Hitler no es un monstruo!, ¿quien te crees que eres tu para decir tal estupidez?.— grito furiosa la joven Ana Frank al caballero. Este comportamiento no le agrado al hombre y se levantó se su asiento y le encaro a la joven hablándole de forma docil:
—Jovencita ese comportamiento no es muy sano que digamos.
—¿Y que?.
—¿Y qué?, vaya pregunta jovencita, que no puedes juzgar a los demás ya que no tienes la autoridad para hacerlo.
—¿Y quien eres tu?.
—Jack, Jack el Destripador, jovencita. Cada persona tiene una forma de ser y actuar debido a diversas razones de su pasado que definieron su personalidad y destino, ¿entendiste pequeña?.
—<<Jack el Destripador, ¿por que se presenta de una forma tan casual un asesino serial?, ¿de qué está hablando?.>>— pensaba temerosa la joven Ana guardando silencio.
—Tomaré tu silencio como un sí, jovencita. Mira bien la batalla.
—<<¿Que hace un asesino serial al lado mío en las gradas?, espero que no se salga de control.>>— exclamaba nervioso en su interior el soldado Desmond Doss.
—Esto se me hace tan familiar.
El humano avanzo corriendo entre las trincheras llendo a un refugio cercano entre las trincheras escondiéndose en el.
—<<¿Adolf por qué te alejaste de Poseidon?.>>— exclamaba su valquiria confundida por la acción de su compañero. Pero no le respondió.
En vez de aclarar la duda de su compañera empezó a analizar las armas en su arsenal y el como reacciono Poseidon con su arma, se quito de encima la manta donde traía su arma divina. Al quitarle la manta a su arma, vio que no podría hacerle frente con una pala de combate a Poseidon, haci que le quito la hoja a la pala y la cambio por la hoja de un cuchillo de tres filos.
—<<¿Que es lo que piensas hacer Adolf?.>>
—La hoja de una pala de combate no me va a servir de nada contra alguien tan peligroso como Poseidon. Necesito algo con mucho más filo.— dijo el ex dictador con un tono frío y apagado que se asemejaba un poco al tono de hablar Poseidon. —Volunder.
Y de nuevo se le forjó otra arma divina al humano, un arma divina improvisada como las que los soldados de las trincheras forjaban con lo que encontraban a su alrededor.
—Me pregunto que es el porqué pelea Poseidon. Miseria la mía.
Estos representantes eran tan diferentes en su interior. Tomo el humano su arma y se dirigió a la zona de artillería donde atacaría a Poseidon desde la espalda.
Poseidon no se movio de su lugar, se quedó quieto como una estatua esperando el siguiente movimiento de su rival.
Poseidon no reacciona, ¿que estará planeando?, ¿y en donde estará el tercer representante?, esperen acáb9 de verlo.
—<<¿Vas a atacarlo por la espalda, Adolf?.>>
—Más o menos. Aun no entiendo como es el modo de pelear de Poseidon.— comentaba en humano mientras recargaba un ametralladora que estaba cerca de el.
—<<Está recargando un arma de fuego, estúpido humano, ya te tengo justo donde queria.>>
Ya recargada el arma, disparo contra Poseidon, y el dios agarro fuertemente su tridente y con el repelio las ráfagas de balas devolviendolas al humano rozando el parapeto y casi matándo al humano al repeler su ataque.
—<<Sus ataques son rápidos, concisos y precisos. Será demasiado difícil dañarlo, aunque intente hacerle un simple rasguño el intentara partirme por la mitad rápidamente.>>— Dijo Adolf mientras se mordía el labio inferior izquierdo al ver el estilo de pelear de Poseidon.
—Po, po, po, Poseidon acaba de repeler los ataques de Hitler.— exclamaba Goll temblorosa al ver el como estaba iniciando la tercera ronda. —¡Hitler debes de pelear de una vez!, no debes solamentequedarte escondido entre las trincheras.
—<<Hitler; no te distraigas. Tendré que usar toda mi energía para poder dañarlo sin que se de cuenta. >>
Los músculos de su cara se tensaron mientras analizaba el modo de actuar del dios mientras los segundos pasaban frente a el.
—¿Qué estas esperando humano patético?.
Y fue ahí cuando la acción comenzó.
—Volunder.
El humano salió de su escondite dando un gran salto y su arma cambió a un pesado mazo con una enorme cabeza.
¡Que rayos acaba de pasar!. El humano acaba de cambiar su arma divina a otra.
Poseidon ni siquiera se inmutó ante el cambio repentino de arma de su oponente, pero aún así le esperaba para acabarlo con su tridente de una vez, pero antes de que el dios quisiera realizar su cometido el humano lo realizó primero. Y el sitio donde estaban ambos retumbó con horror al ser impactado con una tremenda fuerza de parte de humano haciendo retroceder al dios por instinto.
Decenas de pequeñas piedras volaron por la arena, y el primer encuentro detructivo de batalla del humano con Poseidon fue un gran hondo cráter que mostraba la fiereza del humano de querer acabar de una vez con su oponente.
—Que insignificante, maldito humano.

Shūmatsu no Valkyrie:ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora