The Hood ♡Jikook♡(adap)

03

JungKook

¡Un nuevo día!

Abro la ventana y observo el exterior alegrándome de que esto no sea un sueño, pude escapar y pude dar con la cabaña de mi abuela.

Que bendición.

Me pregunto que estará haciendo esa familia tan desagradable, seguramente me buscan con mis padres pero ni ellos saben en dónde estoy, no creo que sospechen siquiera que estoy aquí y aunque lo hagan no saben llegar.

Mi abuela era quien me traía, era la única que conocía el camino así que estoy seguro de que jamás me encontrarán.

Bueno, mi barriga empieza a sonar lo que solo significa una cosa.

Saldré por comida.

Busco con la mirada el arma de mi abuela, tiene que estar por aquí, le encantaba esa cosa y...

Ahí está, su arco colgando de una pared.

Lo tomo así como las flechas que ella misma talló, me coloco mi abrigo y voy al exterior.

Me volveré a perder, estoy seguro.

Ah, ya sé.

Desgasto un poco de mi playera haciendo que sobresalga uno de sus hilos, es muy delgado pero creo que puede ayudarme, jalo fuertemente haciendo que el hilo se haga mucho más grande, lo corto, ato a una de las maderas y ahora sí, estoy listo.

No me alejaré mucho de todas maneras.

Vaya, y pensar que por estas cosas creían que mi abuela estaba demente, un día de la nada decidió vivir alejada de las persona que juzgaban su manera de pensar, hablaba con las plantas, estaba obsesionada con los libros tanto que fue lo único que se trajo de su antigua casa, bueno, eso y la vieja ropa de mi abuelo.

Y no la culpo, ella me inculcó la lectura, el amor por la naturaleza y sé una o dos cosas que pueden serme de utilidad aquí, gracias abuelita y gracias bosque.

JiMin

Tiene pésima puntería.

──Vamos, yo creo que ahora sí ──se dice a sí mismo apuntando a un ave que está sobre al árbol── solo debo concentrarme y sucederá, puedo hacerlo.

Es extraño.

Su técnica es buena y por lo que noté tiene buenos instintos de supervivencia, sabe escalar aunque lo hace con mucha dificultad.

──Rayos.

Pero falla.

Camina hacía el proyectil que no hizo más que asustar a su presa y la guarda, se acerca a una gran roca y se sienta decepcionado, no tiene lo necesario para estar aquí.

Mira directamente sobre un árbol, apunta hacía él y...

¿Qué carajos?

Cae una manzana con la flecha atravesada, tiene buen tino, sabe usar esa cosa pero no puede darle a una simple ave, ¿En serio?

Ah, ya veo lo que pasa.

No quiere matar.

Que estúpido, no puede vivir a base de manzanas aunque lo intente, estoy seguro de que al bosque no te molestará que coma porque a fin de cuentas pidió permiso para ello y lo hace por supervivencia, no por diversión.

Da un fuerte suspiro y regresa a donde la cabaña utilizando el hilo negro para guiarse, lo sigo para asegurarme de que llegué bien.

De acuerdo, es torpe pero sabe lo básico, si se esforzara fácilmente podría adaptarse.

Está en la cabaña mirando por la ventana mientras come su manzana, se ve pacifico, podrá tener hambre pero está en paz, desde ayer noté los moretones en su rostro que debió haber soportado por liberarme pero no parece importarle.

Él está tranquilo.

Oh, ha empezado a llover, es una leve brisa que seguro se detendrá pronto pero creo que debería volver a mi refugio.

Aunque no quiero dejar de mirarlo, simplemente es cautivador.

Mira las gotas caer con una gran sonrisa, desaparece brevemente y sale con un par de botes que deja al exterior para recolectar un poco de agua.

Debería entrar pero no lo hace.

Aspira fuertemente y se sienta en la banca que está al exterior de su cabaña, alcanza a cubrirse pues está techado pero seguro tiene frío.

──Amo el olor de la tierra mojada ──informa── para ser mi primer día no creo que lo haya hecho mal, pensaba que para este punto ya estaría muerto pero sigo aquí, contigo y aprecio eso.

Que niño tan dulce, se ve distinto a cuando lo vi en la aldea, ahí estaba triste, desganado, resignado.

Pero aquí es libre.

JungKook

La lluvia es relajante, hasta tengo sueño.

Creo que debería dormir y así se me pasará el hambre, sé que debí traer algo de carne pero no puedo hacerlo, no estoy cómodo matando, al principio mi abuela tampoco estaba contenta con eso, fue lo que más le costó.

Lo superó y eso pero no creo que yo pueda hacerlo, creo que puedo intentar sobrevivir de bayas y fruta.

Aunque me duele el estómago.

¿Qué es eso?

Un ruido como de ramas partiéndose se hace presente cerca de aquí, ¿Debería entrar a la cabaña y esconderme? Creo que sí.

Me pongo de pie y me dispongo a entrar.

Mierda, es tarde.

Un lobo.

Me mira atentamente mientras sostiene un par de peces entre sus dientes, debí salir con mi arco para defenderme o por lo menos ahuyentarlo.

¿Qué?

Deja los peces en la tierra y me mira de nuevo, agacha su hocico apuntando a ellos y luego me mira a mí.

¿Será qué?

──H-hola ──saludo algo temeroso sin dejar de mirarlo── ¿Quieres que me acerque?

Asiente y vuelve a apuntar a los pescados, ¿Para qué pregunté? Bien, poco a poco, camino lentamente siendo muy cauteloso, paso a paso, intentando captar cualquier movimiento que tenga preparado.

Estoy a centímetros de distancia y empuja los peces con su nariz hacia mi dirección.

──Son, son, ¿Para mí? ──cuestiono y asiente de nuevo.

Vaya, ¡El bosque me quiere! Estoy tan halagado, ha enviado a uno de sus hijos para ayudarme.

──Muchas gracias ──digo tomando el obsequio── lo aprecio demasiado.

Se queda estático observándome, no esperaba que respondiera con palabras obviamente pero de alguna manera creo que puedo entenderlo.

Un segundo, no apoya su patita y se ve muy dañada...

──¡Eres tú! ──grito haciendo que se ponga en guardia── lo siento, no quería asustarte, es que, eres tú.

Retoma su posición dócil pero yo estoy muy emocionado.

──Gracias por venir, me alegra saber que llegaste con bien a casa, tu pata debe doler, ¿Puedo ver?

Niega con la cabeza y esconde más tu extremidad afectada.

──De acuerdo, te dejare en paz, muchas gracias por la comida y por dejarte ver, me alegra mucho encontrarte de nuevo.

Insisto en que no usa palabras pero podría jurar que intenta decirme algo.

A él también le da gusto verme de nuevo.