Capitulo once.

1K 167 10
                                    

A lo largo de incontables siglos, Lena había llevado una existencia marcada por la soledad. Lo que en algún momento parecía un regalo divino, una eternidad de posibilidades y deleites, se había convertido en un tormento insoportable. La inmortalidad, lejos de ser una diversión eterna, se había transformado en una carga aplastante que Lena cargaba sobre sus hombros con cada paso que daba en el transcurso de su interminable vida.

Pero en medio de la oscuridad, había un rayo de esperanza que iluminaba su camino. Mantener viva a su amada Kara era lo único que parecía darle un propósito y una razón para seguir adelante. Aunque sus esfuerzos hasta ahora habían sido en vano, Lena se negaba a rendirse. Con valentía y determinación, se sumergía en los reinos desconocidos de la ciencia y la tecnología, desafiando los límites de lo posible y desentrañando los misterios más profundos del universo. Su dedicación era inquebrantable y cada día encontraba nuevas formas de mantener viva la llama de la esperanza, alimentando la creencia de que algún día, Kara despertaría de su sueño interminable.

En el mundo exterior, Lena era conocida como Lena Luthor, una de las mujeres más ricas y exitosas de Ciudad Nacional. Su nombre resonaba en los círculos más influyentes y su genialidad científica era aclamada por todos. Sin embargo, detrás de esa fachada de éxito y fortuna, Lena cargaba una carga emocional inmensa. Su búsqueda incansable por salvar a Kara se había convertido en su obsesión, en el motor que impulsaba cada uno de sus pasos. A pesar de su intelecto y su vasto conocimiento en el campo de la ciencia, Lena se sentía como una erudita solitaria, atrapada en un mundo de secretos y desesperación que solo ella podía comprender.

A lo largo de los años, muchos humanos se habían acercado a Lena con la esperanza de ganar su amor y atención, pero todos fueron rechazados sin excepción. La inmortalidad y la carga emocional que llevaba consigo habían creado una barrera impenetrable alrededor de su corazón. Aunque algunos intentaron conquistarla con regalos lujosos y gestos románticos, ninguno pudo romper las defensas que Lena había construido para protegerse del dolor y la soledad.

En el presente, la prensa la consideraba la mujer más hermosa y envidiada del mundo. Su elegancia y encanto la convertían en un objeto de deseo para muchos, pero la realidad era que Lena vivía una vida totalmente privada y alejada de los reflectores. Su imagen de sexy dueña de un imperio empresarial solo era una fachada cuidadosamente construida para ocultar su verdadera lucha interna.

Detrás de las cámaras y los titulares de revistas, Lena era una mujer atormentada por la búsqueda de la salvación de su amada Kara. Su vida estaba dedicada a encontrar una solución para liberar a Kara de su prisión onírica, y eso la mantenía alejada de las relaciones románticas y de la vida social que el mundo exterior le ofrecía.

A pesar de su belleza y éxito, Lena se sentía atrapada en una jaula dorada, deseando encontrar un amor verdadero y duradero con Kara, pero temiendo las consecuencias y los obstáculos que su inmortalidad le imponía. Su corazón anhelaba la conexión y la compañía, pero la realidad de su existencia le recordaba constantemente que su destino era uno de soledad y sacrificio.

 Su corazón anhelaba la conexión y la compañía, pero la realidad de su existencia le recordaba constantemente que su destino era uno de soledad y sacrificio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día era como cualquier otro en la oficina de Lena Luthor, llena de actividad y el constante zumbido de llamadas telefónicas y reuniones. Lena estaba absorta en su trabajo, inmersa en su mundo de investigaciones y proyectos científicos, cuando de repente, la puerta se abrió de golpe y Samantha, su fiel servidora, irrumpió en la habitación con una expresión de asombro y emoción en su rostro.

Samantha, ¿qué sucede?, preguntó Lena, sorprendida por la entrada repentina de su leal compañera.

¡Lena, Kara ha despertado!, exclamó Samantha, apenas logrando contener su entusiasmo. Está esperándote en la habitación, completamente despierta y consciente.

Un torrente de emociones inundó el corazón de Lena en ese momento. La esperanza que había mantenido viva durante tanto tiempo se materializaba frente a ella. Sin perder un segundo, Lena dejó todo lo que estaba haciendo y siguió a Samantha hacia la habitación donde Kara la esperaba.

El corazón de Lena latía con fuerza mientras cruzaba el umbral de la habitación. Allí, en su lecho, yacía Kara, con los ojos abiertos y una sonrisa en su rostro. Lena se acercó lentamente, sin poder creer lo que veía. Las lágrimas de alegría llenaron sus ojos mientras tomaba la mano de Kara entre las suyas.

Kara, ¿eres tú?, susurró Lena con voz temblorosa.

Kara asintió débilmente, sus ojos llenos de amor y gratitud. Lena no pudo contener la emoción y se dejó caer de rodillas junto a la cama, abrazando a Kara con fuerza. En ese momento, todos los años de soledad y desesperación se desvanecieron, reemplazados por una inmensa felicidad y alivio.

El mundo exterior se desvaneció mientras Lena y Kara se sumergían en su propio universo de amor y conexión. En ese instante, todas las barreras y los obstáculos que habían enfrentado parecieron insignificantes en comparación con la alegría de estar juntas nuevamente.

 En ese instante, todas las barreras y los obstáculos que habían enfrentado parecieron insignificantes en comparación con la alegría de estar juntas nuevamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kara: Lena, recuerdo todo. - Dijo la rubia viendo a la mujer mayor a los ojos. - Incluso mi nombre real.

Lena: Anastasia, mi amor. - Besa sus labios.-

Kara: Quiero ir a casa, llévame.

-
-
-

Días después.

La noticia de la recuperación de Kara se propagó rápidamente, y el mundo de los vampiros que antes veía a Lena como la sexy dueña de un imperio atrapada en su dolor ahora la veía como una mujer triunfante y llena de amor. Pero para Lena, lo único que importaba era el milagro que había ocurrido en su vida y la promesa de un futuro junto a Kara.

La había llevado a su actual hogar en Ciudad Nacional, una mansión enorme justo a las afueras de la ciudad mientras Samantha, su fiel amiga, quedaba a cargo de todo lo que se fuera a necesitar.

Dulce inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora