Capitulo trece.

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Lena miró su cuerpo en el gran espejo de su habitación mientras Kara se encontraba sentada en la cama comiendo un poco de helado. Lena notó los rastros de su encuentro con su joven esposa en su oficina y no pudo evitar sorprenderse al verse totalmente marcada con mordiscos, chupones y arañazos. Volteó a ver a Kara, quien tenía el rostro manchado de aquel postre, y levantó una ceja mientras carraspeaba para llamar la atención de la joven. Kara simplemente le sonrió y se acercó hacia donde estaba Lena. Lena tomó un pañuelo y limpió el rostro de su amada.

Lena: ¿Te parece correcto lo que has hecho, Kara? - preguntó con tono serio.

Kara: ¿Qué he hecho?

Lena: Me has marcado, esto no desaparecerá rápidamente.

Kara: Tú también hacías lo mismo conmigo, ¿recuerdas todas las veces en nuestros viajes que me marcabas para mostrar que era tuya?

Lena: Tú no eres yo.

Kara: Por supuesto, yo no soy tan celosa.

Lena: ¿Cómo te atreves? - recriminó. - ¿Cómo ocultaré esto mañana?

Kara: No debes hacerlo, y si lo haces, te marcaré aún más.

Lena: Tú no puedes... - No pudo continuar hablando, ya que Kara la besó sorpresivamente. - Kara, amor.

Kara: Eres mía, solo mía.

Lena se quedó mirando a Kara, procesando las amenazas que acababa de escuchar. Sus ojos reflejaban sorpresa y una leve preocupación. No podía evitar preguntarse si Kara estaba siendo completamente seria o si solo estaba bromeando. El hecho de que Kara estuviera dispuesta a marcarla aún más era algo que Lena no esperaba.

Después de unos segundos de silencio tenso, Lena decidió expresar sus sentimientos. Con un tono de voz calmado pero firme, dijo:

Lena: Kara, entiendo que marcar es una forma de mostrar posesión y amor en nuestra relación, pero también debemos considerar las consecuencias. Estas marcas son visibles y podrían afectar mi imagen en mi vida profesional. No puedo simplemente ocultarlas sin pensar en las implicaciones.

Kara, sin embargo, no parecía dispuesta a ceder. Con una sonrisa traviesa en su rostro, se acercó lentamente a Lena y apoyó suavemente sus manos en sus hombros.

Kara: Lena, sé que esto te preocupa, pero también sé que te gusta la idea de que te marque. Podemos encontrar una manera de equilibrarlo. Tal vez podamos establecer límites y acuerdos sobre dónde y cuándo se permiten las marcas. - Sugirió Kara, tratando de encontrar un punto intermedio.

Lena reflexionó sobre las palabras de Kara y finalmente decidió aceptar su propuesta. Sabía que su amor por Kara era profundo y que no quería privarse de estas expresiones de amor y posesión. Además, Lena también entendía que Kara no lo hacía con malicia, sino como una forma de conexión única entre ellas.

Con una sonrisa suave y una mirada llena de complicidad, Lena tomó la mano de Kara y respondió:

Lena: Está bien, Kara. Acepto tu desafío. Pero hagamos un trato: establezcamos límites claros y respetemos el espacio profesional. Quiero que nuestras marcas sean un símbolo de nuestro amor, pero también quiero sentirme cómoda en todas las áreas de mi vida.

Kara asintió, mostrando su aprobación y alivio. Las dos mujeres se abrazaron, sellando su acuerdo con un gesto de cariño. A partir de ese momento, Lena y Kara comenzaron a explorar nuevas formas de expresar su amor y posesión mutua, encontrando un equilibrio que les permitía disfrutar de su relación sin comprometer la vida profesional de Lena.

Juntas, Lena y Kara descubrieron que el amor puede ser juguetón y desafiante, pero también puede ser comprensivo y respetuoso. Su compromiso mutuo los llevó a encontrar la manera de mantener su relación emocionante y apasionada, sin dejar de lado la importancia de sus carreras y reputaciones.

Y así, Lena y Kara continuaron su camino juntas, navegando por los desafíos de la vida y encontrando la manera de equilibrar su amor y sus responsabilidades.

Un mes había pasado desde que Lena y Kara habían establecido su acuerdo sobre las marcas. Durante ese tiempo, Lena notaba cómo su esposa se había vuelto más divertida, desafiante y ardiente en el ámbito sexual. Cada encuentro era una aventura emocionante y apasionada, llena de sorpresas y nuevos descubrimientos.

Aunque Lena disfrutaba de esta nueva faceta de Kara, a veces se sentía frustrada por no poder controlarla por completo. Kara parecía tener una energía inagotable y una imaginación desbordante cuando se trataba de explorar su intimidad. Sus pedidos y propuestas eran constantes, y Lena se encontraba en un constante estado de sorpresa y risas ante las ocurrencias de su esposa.

Una noche, mientras estaban acurrucadas en la cama después de un encuentro particularmente intenso, Lena no pudo contener su risa mientras recordaba el último pedido de Kara.

Lena: ¡No puedo creer que me hayas pedido que use un disfraz de superhéroe mientras hacíamos el amor!, exclamó Lena entre risas. - Eres increíblemente creativa y atrevida, Kara.

Kara, con una sonrisa traviesa en su rostro, respondió: Bueno, desde que leí esas historias que vienen con el periódico he admirado a los superhéroes y pensé que sería divertido incorporar un poco de fantasía a nuestra vida íntima. ¡Y debo decir que fue una experiencia increíblemente emocionante!.

Aunque Lena a veces se sentía abrumada por los pedidos y propuestas de Kara, también apreciaba la pasión y la alegría que su esposa traía a su relación. Eran momentos de risas, complicidad y exploración mutua.

Con el tiempo, Lena aprendió a soltarse y a disfrutar de la espontaneidad y la intensidad que Kara le ofrecía. Aprendió a abrazar su propia sensualidad y a dejarse llevar por los deseos y las fantasías compartidas. Juntas, Lena y Kara crearon un vínculo aún más profundo y apasionado, basado en la confianza y la exploración mutua.

A medida que los días pasaban, Lena se dio cuenta de que su relación con Kara no solo era emocionante y ardiente, sino también llena de risas, amor y complicidad. Juntas, enfrentaban los desafíos y descubrían nuevas formas de mantener viva la chispa en su relación.

Y así, Lena continuaba sorprendiéndose y riendo con cada nuevo pedido de su esposa, sabiendo que su amor era único y especial.

Oficina de Lena.

Sam: Tu esposa ha estado gastando mucho dinero en ropa y otras cosas. Casi deja las tarjetas en cero.

Lena: Permítele que se divierta, Samantha.

Sam: Realmente me sorprende que tú aceptes su nueva personalidad.

Lena: La amo, y eso es más importante que el hecho de que ahora sea más rebelde y divertida, y que no siempre cumpla con mis órdenes.

Sam: Entonces, ¿no extrañas a la Kara sumisa?

Lena: Por supuesto que la extraño. Era perfecta para mí, era un sueño hecho realidad. Pero aunque tenía todo lo que quería, no era perfecta para sí misma. Kara, a pesar de sus ocurrencias, es completamente feliz ahora, y eso es lo que más me importa, más que el hecho de que a veces pueda ser un poco exigente.

Kara: Amor. - Entra corriendo a la oficina. - Quiero ser una artista.

Sam: Parece que sigue siendo un poco exigente, ¿no?

Dulce inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora