CAPITULO 11 | parte 2

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- tu ex cambió el micrófono por los guantes - dijo Santino mientras merendaba mirando el celular

- eh? - preguntó Martina también comiendo

- anunció que va a pelear - mostrándole el celular - no sabe mas de donde sacar plata - soltó en una carcajada






Martu no respondió, se quedó impactada con la noticia.





- esta noche encima - agregó en otra carcajada - quiere que lo maten o que?





La chica siguió sin responder, este tipo está loco?, pensó; estaba muy segura que lo hacía porque estaba embroncado o triste, siempre se refugio en el box cuando se ponía mal, pero nunca salió de unos guantes y una bolsa, una pelea era un delirio.

Pasaron las horas y ya empezaba a anochecer, noche por medio Santino se va a cuidar a su mamá, está internada por una enfermedad en los pulmones, y se turnan con su hermano para ir a acompañarla, para la suerte de Martina, esa noche le tocaba irse; nunca lo había desobedecido, aprovechaba la soledad para llorar y pensar mas tranquilamente, pero justo hoy, no se podía quedar.





- estoy confiando en vos Martina, te dije que si hacías las cosas bien ibas a poder ver a tu vieja, no la cagues - habló Santino antes de irse

- *asiente con la cabeza* ya se

- chau - saludó poniéndose la campera

- chau - respondió el saludo haciéndose la que miraba la tele





Esperó unos minutos y después empezó a ver como se podía ir, claramente el chico se llevaba la llave de la puerta principal y la del patio, y además tenía enllavada la única habitación donde la ventana daba a la calle; parecía no tener escapatoria, pero la ventana de la pieza en donde dormía ella, podía abrirla tranquilamente, y aunque era bastante complicado, saltando el tapial, pasando por el patio del vecino, y saltando otro tapial más, podía llegar a la calle.

Eso fue lo que hizo, con mucho cuidado, pudo llegar a la vereda por fin, una vez estando allí soltó un suspiro y sonrió orgullosa, y muy precavidamente corrió hasta la casa más cercana, que era la de su amiga Candela.





- que haces acá? - preguntó la chica asombrada y contenta al abrir la puerta





Enseguida la abrazó, y aunque estaba apurada, Martina se lo correspondió, no pudo evitar soltar unas lágrimas, no había estado encerrada ni dos semanas, pero la había pasado tan mal que le parecieron meses.





- necesito que me lleves a donde pelea Mateo - separándose del abrazo

- ay amiga no tengo idea - tapándose la boca

- como que no? averigua porfavor





Todavía trataba de recuperar su respiración normal, no parecía estar tan lejos la casa de su amiga, pero corriendo desesperadamente como lo hizo ella, quedaba demasiado alejada.

Candela averiguo la dirección que le había pedido Martu y manejó hacia allí, claramente en el camino la protagonista fue atormentada con un millón de preguntas, a las cuales, la única respuesta de ella siempre fue...





- otro día hablamos





Estaba muy nerviosa como para andar respondiendo cuestionarios, necesitaba llegar a tiempo a interrumpir esa pelea porque se imaginaba todo lo peor.

Por fin llegaron al destino, Martina se bajó desesperada del auto y su amiga la siguió, pero claramente no iba a pasar gratis.





- si no tienen entradas no las puedo dejar pasar - repitió por tercera ves el seguridad

- bueno flaco cuanto queres? - soltó harta en un suspiro

- que? - preguntó asombrado

- que... que cuanto salen las entradas? - intentó arreglarlo Cande

- nono, que cuanto queres? - dejó en claro Martu - para dejarnos pasar, cuanta guita queres

- me esta queriendo extorsionar? - preguntó serio el hombre

- no se como se llama, le estoy ofreciendo plata y punto

- noo! plata para comprar la entrada - volvió a querer arreglarlo su amiga

- no Candela dios

- si Martina dios - alejándola - ahora compramos las entradas en puerta - caminando casi arrastrándola - sos pelotuda? - susurro ya lejos - como lo vas a querer coimear? queres ir en cana?

- daaaaa mira si me van a mandar en cana por eso

- si obvio que si, calmate, ya compro las entradas y pasamos





Martina soltó un suspiro y pasó sus manos por su cara, después de varios minutos la amiga pudo comprobar las entradas y entraron al salón.

Frenaron a un par de personas para preguntarles donde estaba el "camerino" de Mateo, hasta que por fin llegaron, el problema era que había otro seguridad custodiando, que las iba a hacer renegar un poco para entrar.




- porfavor - dijo con las manos juntas casi suplicando - dejenme pasar




Estaba ahí insistiendo hacía una semana mas o menos, pensaba que les iba a poder ganar por cansancio, pero parecía ser cada vez mas imposible.





- o por lo menos llámalo, que salga - insistió

- ya dijimos que no señorita, el peleador no puede recibir fans, necesita concentración

- disculpa pelado de mi corazón - habló ya demasiado harta pasando sus manos por su cara - te estoy diciendo que no soy fan, escuchaste?

- nena, como vos, ya vinieron 200 chicas más a decirme lo mismo

- tantas? - le ganaron los celos

- déjela pasar porfavor - se metió Candela - o llámelo a el, para que salga

- no, les repito por décima vez, no puede tener distracciones, así que, o se van, o esperan calladas, o las hago sacar

- o te empujo y paso - agregó Martu





El seguridad nisiquiera llegó a procesar lo que había escuchado, y ya estaba sintiendo el tacto de la mano de la chica en su hombro, haciéndolo correr para el costado.

Martina se mandó, pero claramente el hombre apenas pudo la agarró para detenerla, pero ella logró entrar igual, con el seguridad queriéndola llevar, pero entró al fin.





- que haces acá? - preguntó Mateo mirándola confundido




Camilo y Valentin que estaban ahí, la miraban igual.




- disculpe señor, no la pude frenar - se justificó el hombre





Mateo casi no lo escucho, se había quedado tildado en un cruce de miradas con Martu.





- llévatela - dijo Valentin

- eh? no! dejenme hablar con Mateo - corriéndose de ese choque de miradas que parecía infinito

- no molestes Martina, tiene que estar concentrado

- dejala - hablo el artista sin sacarle la mirada de encima - vayan ustedes - ahora si mirando a sus amigos




Los chicos se giraron a verlo, su seriedad les imponía que se vayan, así que no se iban a negar, optaron por dejarlos solos.

SOLO POR VOS | PARTE 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora